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De cómo hacer feliz a una vaca

Claudia Herrera Pahl19 de agosto de 2003

¿Si hay hombres que hablan con los caballos, por qué no uno que hable con las vacas? En Alemania existe y su agenda está completamente llena pues cientos de granjeros piden su asesoría.

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Así se ve una vaca feliz.Imagen: AP

Es un experto en secretos de vacas felices. Sabe lo que les gusta y ha puesto sus conocimientos a disposición de quien pueda pagarle. Los granjeros están convencidos de sus enseñanzas, pues la práctica demuestra que las vacas felices dan más y mejor leche. El sueño de cualquier granjero.

No hay nada que Heinz Dieter Maack deteste más que escuchar una frase muy difundida en Alemania: "Dumme Kuh", lo que significa tanto como "vaca tonta", un insulto bastante usado. Cómo surgió, es difícil de explicar, especialmente para Maack que no se cansa de aclarar que las vacas no son tontas, son simplemente animales muy sensibles. Les encanta la comodidad y especialmente la regularidad y la libertad.

Hienz Dieter Maack tenía una granja bovina que tuvo que cerrar por enfermedad. Desde entonces ha puesto su know how a disposición y visita a más de 400 campesinos en toda Alemania para introducirlos en los secretos vacunos.

Vaca linda, vaca buena

Todo se basa en una regla de tres fácil de aplicar: puntualidad, buen trato y espacio. A la hora de ordeñarlas las vacas son muy inglesas, por lo mismo hay que ser puntuales.

De vital importancia resulta mimarlas con cariños y palabras dulces lo que reduce el estrés al que están expuestas al ser ordeñadas. Una vaca da alrededor de 8.000 litros de leche al año, imagínese cuántas veces debe ser ordeñada.

Kühe mit Kirche in Bayern
¡Espacios amplios y mucha calma, muy bien!Imagen: AP

Finalmente la cuestión del espacio; a ninguna vaca le gustan las condiciones de estrechez. No hay cosa peor que mantenerlas hacinadas. Además les encanta dar paseos prolongados por el campo.

Verde que te quiero campo

Los campesinos que han recibido asesoría de Maack se muestran satisfechos. En el trajín diario suelen perder la objetividad. Maack, con ojo de experto, indica dónde se pueden hacer mejoras ya sea en la limpieza de los corrales o en los alimentos de los animales. Y sus conocimientos se amplían constantemente. Desde hace poco recomienda algo así como una color-terapia para estos cuadrúpedos. Después de años de experiencia y aguda observación llegó a la conclusión de que hay colores que no les gustan a las vacas. El amarillo, por ejemplo, les disgusta. El verde y el negro son más de su agrado.

Radio Kuh Lila
Delantal verde y un poco de música, muy bien!Imagen: AP

Vaca feliz, chequera gorda

El éxito de sus consejos se puede medir. Mientras mejor se sienta una vaca mejor resulta la calidad de la leche, lo que se puede apreciar en que baja la cantidad de gérmenes.

Tal vez el ejemplo más concreto del éxito que tienen los consejos de Maack lo ofrezca la comunidad de agricultores del pueblo de Eldorfer Heideblume. Esta es la única en toda Europa en donde el precio de la leche varía según su calidad. Aplicar la regla de tres les ha traído a las lecherías de la región varios miles de euros adicionales al año.