¿Cuánto se engorda de un día para otro?

YES

MARIA PEDREDA

NO TE OBSESIONES con esos sustos que te da la báscula. Por mucho atracón que te hayas metido, para ganar un kilo de grasa tendrías que consumir 7.716 calorías en un día.

03 dic 2017 . Actualizado a las 17:57 h.

Basta ya de sentirse culpable por el atracón de comida del fin de semana. Si el domingo por la tarde tuviste un día tonto y te pusiste morada a Conguitos, no es motivo suficiente para que, al día siguiente, te exploten los vaqueros y la báscula te marque un kilo y medio más. ¿Y por qué eso te pasa también el día en que no has cometido ningún exceso? Hay muchos otros factores que influyen en esas oscilaciones de peso diarias: gases, deposiciones pendientes o un aumento del agua en el cuerpo después de comidas más condimentadas. Además, «para engordar un kilo de grasa, tendrías que excederte en 7.716 calorías en un día, lo que es casi imposible», explica el doctor Manuel Viso.

UN ATRACÓN = 200 GRAMOS

Hagamos un cálculo sencillo. Imagínate que te has metido entre pecho y espalda una bolsa entera de patatas fritas de las grandes, de las de 300 gramos. Pues bien, con esas 1.500 calorías -a mayores de las 2.000 que tu organismo consume normalmente- habrías engordado solo unos 200 gramos ese día. Entonces, ¿de dónde salen los dos kilos de más que te da la báscula? Porque que sepas que una palmera de chocolate son solo [bueno, «solo» ;-)] 550 calorías y una pizza entera, 2.000. «Un kilo de manzanas no se traduce en un kilo tuyo. Eso hay que metabolizarlo. Por eso, siempre se recomienda pesarse después de ir al baño. Es muy importante».

Para la nutricionista Viki Lorenzo, «esto tiene que ver más con la retención de líquidos que con un verdadero aumento de la grasa corporal». Si, por ejemplo, el fin de semana deglutiste una rica fabada, luego cenaste pizza y, además, tomaste algo de alcohol, te habrá aumentado muy rápido el nivel de agua en el cuerpo, consecuencia típica de la ingesta de alimentos ricos en sal y en sodio. De ahí la hinchazón y de ahí que, cuando te peses el lunes, hayas aumentando un kilo y medio o dos kilos tu peso. «¡Es mejor esperar al jueves para pesarse!», aconseja Viki Lorenzo. Soluciones, según la experta: «Reducir la sal; aumentar el consumo de frutas y verduras -que son ricas en líquidos y en potasio-; y mantenerse hidratado y activo».

Otra explicación para esos días en los que sientes que no te das abrochado el pantalón está en los gases. «Por cada 1.000 calorías extra que yo me meto, almaceno unos 60 gramos de grasa, así que el volumen es muy poco como para que una persona lo note de esa manera. A veces, es más un tema intestinal o de distensión abdominal por flatulencia, cosa que sí le ocurre a mucha gente», aclara el doctor.

Para engordar de verdad, el exceso de comida tiene que ser sostenido en el tiempo durante semanas o meses. Es decir, por dos días de atracones, no te vas a convertir en Sancho Panza. Esta es la razón de que las personas delgadas también cometen excesos de vez en cuando y, sin embargo, ¡siguen siendo delgadas! Resuelto este injusto misterio de la naturaleza, tenemos dos malas noticias para ti y una buena. Empecemos por la buena: ¿cuánto es el tope que se puede engordar? ¿Realmente hay un límite? «Fisiológicamente, no existe un tope», asegura Viso. Y las malas nuevas son estas:

-1) Se engorda mucho más fácil que se adelgaza: «Si yo gano un kilo en una semana, me lleva dos semanas bajarlo. La primera semana, cuando adelgazo, lo que pierdo es agua y azúcares. En condiciones normales, tardo el doble de tiempo en quemar la grasa que primero almaceno», afirma Manuel Viso.

-2) Las personas que llevan toda la vida a dieta, tienen más facilidad para ganar peso. «Esto es debido a que tienen un metabolismo más bajo, porque han acostumbrado a su cuerpo a ser ahorrativo». Si la media del metabolismo de una persona son 2.000 calorías de gasto al día, hay quien tiene 1.200, que son esas personas a las que todo les engorda. La verdadera lotería sería que nos tocase un metabolismo de 3.500 calorías, para que todas esas patatas fritas, pizzas y Conguitos tuvieran cabida eternamente en nuestra dieta sin que lo notase nuestra báscula jamás.