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Si eres un fumador de pipa habrás tenido que lidiar en algún momento con tabaco seco. A menudo cuando lo compras en una tienda o bien el paquete no estaba bien cerrado o había estado en la estantería durante bastante tiempo. A algunos fumadores realmente les gusta el tabaco crujiente. Aquí encontrarás algunas formas de rehidratar las hojas para que puedas volver a dar caladas.

Método 1
Método 1 de 3:

Rehidratar con calor

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  1. Consigue una tetera con una bolsita de té que entre por su agujero superior. Añade suficiente agua hirviendo para que no toque la bolsita y estropee el tabaco. Coloca el tabaco en la bolsita, tapa la tetera y déjala reposar durante 30 minutos.
    • Echa un vistazo al tabaco para comprobar que esté suficientemente hidratado. En caso de que no lo esté, déjalo un poco más.
  2. Calienta previamente la plancha de vapor en la configuración más caliente. Coloca un periódico en una superficie resistente al calor. Esparce el tabaco sobre el periódico y usa un vaporizador para echar un poco de agua sobre el tabaco una o dos veces.
    • Mantén la plancha sobre el tabaco y deja que suelte vapor durante 10 segundos.
    • Ten cuidado de no tocar el tabaco con la plancha.
  3. Coloca el tabaco en un bol de ensalada limpio de acero inoxidable. Humedece el tabaco con un vaporizador, echando 3 o cuatro veces una fina capa de agua para humedecerlo. Mezcla el tabaco con una cuchara o espátula. Coloca el tabaco en un bote grande especial que tenga cierre al vacío, es decir, una tapa con goma en su interior que ejerza presión y cree el vacío al cerrarla cuando la enrosques.
    • Calienta el bote metiéndolo en un horno a aproximadamente 100º C (200º F) durante 20 minutos o hasta que el bote esté caliente al tacto. Deja reposar el bote durante 10 minutos.
    • Retira el bote y déjalo enfriar durante la noche en un lugar seco y fresco. No lo abras hasta la mañana siguiente.
    • Asegúrate de empaquetar el tabaco bien presionado y cierra con fuerza la tapa.
Método 2
Método 2 de 3:

Hidratar con productos alimenticios

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  1. Pon todo el tabaco en una bolsa de plástico o bote con cierre hermético. Añade un 1/4 de cáscara de naranja a la bolsa. Sella la bolsa con todos los contenidos y déjala reposar durante la noche.[1]
    • Por la mañana, la cáscara de naranja se habrá secado y el tabaco se habrá hidratado.
  2. Pon el tabaco en una bolsa de plástico. Añade un trozo pequeño de patata cruda. Sella la bolsa. Comprueba la bolsa una vez cada hora ya que el tabaco se hidratará rápidamente.[2]
  3. Pon el tabaco en una bolsa de plástico sellada. Añade una rebanada de pan o media rebanada en caso de que sean pequeñas cantidades. Sella la bolsa y echa un vistazo cada pocas horas para comprobar que se haya hidratado el tabaco.
    • El tabaco se hidratará demasiado en caso de que lo dejes toda la noche.
Método 3
Método 3 de 3:

Hidratar con un producto humidificador

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  1. Esparce de forma homogénea aproximadamente la mitad del tabaco sobre un trozo de papel. Humedece ligeramente el tabaco con un vaporizador de agua. Mezcla ambos productos con los dedos hasta que el tabaco esté ligeramente húmedo. Mezcla el tabaco humedecido con el resto del tabaco seco en una bolsa de plástico.
    • Agita la bolsa para que se mezcle completamente.
    • Espera media hora aproximadamente para que se iguale la humedad.
  2. Pon el tabaco en un bol (uno más grande ofrecerá una mayor exposición). Cubre el bol con un paño limpio y húmedo (no completamente mojado) evitando que toque el tabaco. Fija el paño con una goma elástica para asegurarte de que no toque el tabaco.
    • Echa un vistazo al tabaco cada pocas horas.
    • Este método es de los que menos afectará a la integridad de tu tabaco.
  3. Consigue una esponja nueva sin usar y corta una esquina pequeña. Usa agua para humedecer el trozo pequeño de esponja. Elimina el exceso de agua y asegúrate de que no gotee. Añade la esponja humedecida en un bote especial con cierre al vacío y añade el tabaco. La esponja humedecida actuará como un humidificador del tabaco.

Consejos

  • En caso de que optes por dejarlo toda la noche, es posible que quieras separar una pequeña cantidad de tabaco seco para mezclarlo si se hidrata demasiado.
  • Es mejor rehidratar el tabaco poco a poco. El tabaco no debe permanecer húmedo durante mucho tiempo porque se pudrirá o le saldrá moho.

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