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Inevitablemente, en el curso de tu vida te encontrarás con muchas personas excesivamente obstinadas. Se trate de amigos, familiares o compañeros de trabajo, este tipo de gente puede destrozar tus nervios. Sin importar el tema de la discusión, los obstinados se impondrán como "expertos" y le darán consejos a quien sea que los escuche. Cuando se trate de personas excesivamente obstinadas, tendrás que decidir si las confrontas o simplemente aprendes a aceptarlas tal y como son.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Confrontar a una persona obstinada

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  1. Puedes evitar las interacciones con las personas obstinadas, así que tendrás que elegir tus batallas con sabiduría, a fin de estar seguro de que no te involucrarás en una guerra verbal cada vez que este tipo de personas crucen tu camino.
    • Si la persona obstinada es un compañero de trabajo, tal vez puedas lidiar con esta conducta irritante escuchando amablemente o desconectándote. Pídeles consejos a otros compañeros de trabajo. Es probable que tu colega tenga la reputación de ser obstinado y que otra gente haya desarrollado métodos para lidiar con sus tendencias.
    • En los casos en los que la persona obstinada sea un conocido social o un miembro lejano de tu familia, podrías simplemente decidir verlo con menos frecuencia o pasar tiempo con él solo en compañía de otras personas que puedan formar una barrera de contención. Nuevamente, pídeles consejos a los amigos mutuos sobre cómo lidiar mejor con el obstinado.
    • Si la persona obstinada es un amigo o familiar cercano, tal vez lo más aconsejable sea que lo confrontes y hables del tema antes de que su conducta cause un daño irreparable a la relación. Es probable que tengas que hablar del tema más de una vez, particularmente si la persona obstinada es tu pareja. Habla de la situación antes de que tus sentimientos heridos hagan que te retrotraigas y te alejes de tu ser querido.
  2. No importa a quién confrontes, querrás llevar a la persona a un lugar privado y hablar con ella a solas. Ten presente que sostener esa conversación en público solo generará vergüenza y sentimientos heridos.[1]
    • Mantén un tono respetuoso. Tu tono y actitud serán importantes si quieres dar el paso de hablar de la situación con la persona obstinada. Asegúrate de que tu tono no sea de enojo o sarcasmo y habla suavemente al tiempo que mantienes una postura no amenazadora. Si la otra persona se enoja, no levantes la voz ni te agites como ella.
    • Permanece calmado y contenido en tus interacciones. La peor manera de interactuar con una persona obstinada es ser agresivo y dominante. Este enfoque inevitablemente generará un juego de poder en el que ambas partes intentarán probar quién sabe más o quién puede dominar al otro. Ten presente que en estas situaciones nadie gana.
  3. No puedes exigirle a alguien una conducta que sea superior a la que tienes tú mismo. Por lo tanto, en el caso del sabelotodo, lo mejor es demostrar que tú no lo sabes todo y que piensas que admitir tus errores no es una señal de debilidad.
    • Usa oraciones en primera persona, no en segunda. Aunque sentirás que el otro es la causa del problema, es aconsejable que te resistas a la tentación de hablar de manera acusatoria. En su lugar, habla del problema desde tu perspectiva.
      • Decir algo como "Siento que no siempre respetas mi opinión" es mucho mejor que decir "Hablas todo el tiempo y no me respetas".[2]
    • Escucha tanto como hables. Ten en cuenta que es posible que a la persona obstinada la enoje o indigne el hecho de que la confrontes. Si este fuera el caso, respira profundamente y asegúrate de escuchar y de no hablar al mismo tiempo que ella. Si tienes que alejarte antes de que la conversación escale a una discusión, no temas hacerlo.
    • Practica la escucha activa.[3] Si la persona se pone a la defensiva e intenta explicar su perspectiva, repítele lo que diga para probar que estás escuchando todo lo que dice con atención.
      • Podrías decir algo como "Por lo que estás diciendo, entiendo que no quieres ofenderme y que estoy exagerando, pero aun así me molestan tus comentarios y desearía que tomes en cuenta mis sentimientos".[4]
  4. Aun en el caso de que la persona obstinada sea un bufón y que no sepa nada sobre los temas de los que está hablando, deberías tratarla siempre como a un ser humano con creencias y sentimientos sinceros.
    • Formular preguntas también es una señal de respeto. Es menos probable que la persona obstinada ignore tu preocupación si da la impresión de que estás intentando comprender su punto de vista.
      • Los ejemplos de las preguntas que podrías formular durante una confrontación incluyen: "¿Cómo podría comunicarme mejor contigo?" o "¿Qué piensas que podríamos hacer ambos para mejorar nuestra relación laboral?".
    • Apóyate con hechos. Cuando confrontes a una persona obstinada, es importante que le demuestres de qué manera su conducta es perjudicial para los demás, incluyéndote a ti. Comparte hechos y cifras sobre cómo la colaboración en el trabajo se merma cuando una sola persona dirige las cosas, o cómo se rompen las amistades cuando no se valora la voz de alguien.[5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Lidiar con una persona obstinada

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  1. En algunos casos, como por ejemplo cuando la persona obstinada tenga un puesto de más autoridad que tú, no tendrás más opción que sacar lo mejor de una mala situación.
    • Evita tocar temas de conversación que te hagan sentir incómodo. Si no quieres hablar de los temas que toque la persona obstinada, cambia el enfoque a otros que consideres más interesantes. Pregúntale sobre su familia o sus intereses, cualquier cosa que sea preferible a hablar de temas que la hagan subirse a su pedestal.
  2. Si sabes que vas a tener que pasar un tiempo con una persona obstinada, haz planes para acortar el momento que pases con ella.[6]
    • En el trabajo, esto tal vez signifique evitar las áreas en las cuales esté esa persona o tener preparada una respuesta a fin de excusarte y alejarte de la situación. En los eventos familiares, planea actividades que te permitan evitar las conversaciones cara a cara.
  3. Si la persona obstinada insiste en hablar de religión, política o cualquier otro tema que te incomode, intenta decirle en privado que no te agrada hablar de esos temas y que apreciarías que evite esas discusiones.
    • Sé firme. Si la persona continúa sacando a colación esos temas, recuérdale que no quieres tener esa discusión.
    • Di algo como "Sé que no tienes la intención de ofenderme, pero ese tema me incomoda y realmente no deseo hablar de eso".
    • Simplemente desvía el tema "¿Qué te parece si hablamos de un tema más agradable? Dime, ¿cómo está tu nuevo bebé?".
  4. [7] Si la persona obstinada te da consejos constantemente o intenta mostrarte una manera mejor de hacer algo, simplemente responde con un educado "Gracias por tu sugerencia" o "Aprecio que me hayas señalado eso". Si la persona está en lo correcto, querrás seguir su consejo y, de no ser así, simplemente podrás ignorar su comentario y hacer lo que consideres mejor.
    • Ten en cuenta que podrías descubrirte reaccionando en contra de la persona obstinada. Podría haber ocasiones en las cuales la persona obstinada realmente sepa de lo que está hablando, aunque esté planteando sus opiniones de una manera desagradable o dominante. En esos casos, tal vez te sientas tentado a ignorar sus consejos, simplemente para dejar clara tu opinión. No permitas que la ira nuble tu juicio.
    • Resiste la tentación de ser pasivo agresivo. Aun en el caso de que no te involucres en una discusión a gritos con la persona obstinada, tal vez te sientas tentado a mirar al techo o a murmurar comentarios sarcásticos ininteligibles. Considera que hacerlo solo aumentará la tensión entre la persona obstinada y tú.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Considerar a la persona obstinada desde otro punto de vista

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  1. Muchas personas aprenden a no tener una opinión o no expresarse en lo absoluto. Si este es el caso, puedes sentirte muy incómodo al estar cerca de alguien que no solo tiene una opinión sólida, sino que está dispuesto a expresarla con claridad (en particular, si a esta persona le gustan los debates intensos e incluso los busca de forma no solicitada). Esto puede deberse a muchos motivos:
    • Diferencias culturales: algunas culturas le restan importancia a la conversación abierta y sincera sobre temas delicados, mientras que otras consideran que es grosero no hablar de estas cosas.
    • Crianza según el sexo: a las mujeres (con más frecuencia que a los hombres) se les enseña a ser tranquilas y recatadas, no extrovertidas y francas. Una mujer elocuente y franca podría considerarse como dominante, mientras que un hombre que hace los mismo suele ser evaluado de forma mucho más positiva.
    • Crianza familiar: en algunas familias, a los niños se les anima a expresar sus opiniones, mientras que a otros se les enseña que los niños pueden estar presentes en las conversaciones, pero no deben hablar. El orden de nacimiento también puede marcar una diferencia.
    • Diferencias personales: algunas personas son más extrovertidas y prejuiciosas, mientras que otras se preocupan más por llevarse bien con los demás y mantener una mente abierta que en realizar críticas rigurosas y rápidas. Un tipo de personalidad no es mejor que el otro. El tipo de personalidad adecuado para ser un juez podría no ser el mismo que el más apropiado para ser un ministro.
  2. Cada persona tiene una opinión diferente sobre las cosas. En ocasiones, las personas pueden tener dificultades para lidiar con ello. A otras personas, ¡les parecerá muy incorrecto sentir lo que sienten! Sin embargo, estas son algunas cosas que debes recordar:
    • Tener una opinión diferente no hace que la persona se menos que tú. La opinión no es un reflejo de la persona. Ella puede tener la misma opinión que tú, pero esto no siempre hace que sea mejor que alguien con otra opinión.
    • Escuchar no significa estar de acuerdo. Tan solo escuchar el punto de vista de otra persona no significa que estés de acuerdo con ella. Esto solo quiere decir que escuchas lo que dice.
    • No tienes que participar en toda discusión a la que te inviten. A algunas personas les gusta discutir, pero esto puede ser agotador y no siempre ganarás. No hay ningún problema si pasas por alto las discusiones, sobre todo si tienes poco o nada que ganar ni mucho que perder.
  3. En la mayoría de los casos, el obstinado no tiene la intención de ser ofensivo y podría preguntarse por qué lo evitan los demás. Si le ofreces empatía en vez de juzgarlo, tu apoyo podría ser fundamental para que comprenda mejor la situación.
  4. Si la persona no te agrada será difícil que quieras llegar a conocerla mejor. Aun así, trata de verla como a un ser humano, con una familia, amigos y una vida. Considera que cuanto más la conozcas como persona, más sencillo te resultará demostrarle empatía.[8]
  5. Dado que la persona obstinada no carece de opiniones que ofrecer, tal vez puedas sacar provecho de los conocimientos que tiene.
    • Por ejemplo, la persona podría saber algo sobre las dinámicas de la oficina en la que trabajas y ser lo suficientemente abierta como para darte información que ningún otro compañero te daría. Si el obstinado es un familiar, a lo mejor te puede contar historias que todos los demás son demasiado respetuosos como para mencionar. Tal vez te sorprendan las cosas de las que te enteres.
  6. [9] Aun en el caso de que la persona te resulte desagradable, es casi seguro que tendrán algunas áreas de interés en común. Si no quieres hablar de política, tal vez compartan un interés por la música o, si no quieres hablar de deportes, a lo mejor podrían hablar de las aventuras de la familia y de ser padres. Encuentra las áreas que tengan en común y concéntrate en ellas.
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Consejos

  • Aprende la diferencia entre las opiniones y el acoso.[10] Si un compañero de trabajo insiste en hablar de temas sexualmente inapropiados o de naturaleza excesivamente personal, no tienes que involucrarte en la conversación. Tales comentarios pueden crear un ambiente de trabajo hostil, y tienes el derecho de hablar con la administración.
  • Si confrontas a un compañero de trabajo o a otro profesional conocido que sea excesivamente obstinado sobre su comportamiento y él no te escucha o empeora su conducta, podría ser necesario que recurras a alguien en un puesto de autoridad. Sin embargo, sé precavido, una vez que des este paso no podrás predecir el resultado, te podrían considerar conflictivo o descontento o podrías causar que alguien sea reprendido o que pierda su empleo.
  • Si el estrés que te causa tener que tratar con personas obstinadas se está saliendo de control, no temas hablar con un terapeuta. Tal vez te resulte difícil ver la situación objetivamente si estás sumido en ella. Una persona objetiva, que no esté involucrada, te podría ofrecer un enfoque que tú no puedas ver.
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Acerca de este wikiHow

Tasha Rube, LMSW
Coescrito por:
Máster en Trabajo Social con licencia
Este artículo fue coescrito por Tasha Rube, LMSW. Tasha Rube es una trabajadora social con licencia con sede en Kansas City, Kansas. Tasha está afiliada al Centro Médico VA Dwight D. Eisenhower en Leavenworth, Kansas. Recibió su maestría en Trabajo Social en la Universidad de Missouri en 2014. Este artículo ha sido visto 27 080 veces.
Categorías: Relaciones sociales
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