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Un dormitorio en suite

Texto y Proyecto by Nerea

Un dormitorio en suite

No sé si será que añoro la adolescencia, aquella época en la que mi «espacio vital» se reducía a mi dormitorio y era allí en dónde pasaba gran parte del tiempo, que cada vez envidio más a aquellos que tienen la suerte de contar con dormitorios de grandes dimensiones. Espacios amplios y diáfanos llenos de posibilidades, en los que a veces se integran baños y vestidores e incluso pequeñas zonas de estar o de estudio. Es decir, dormitorios en suite. El común de los mortales, por norma general, destinamos esta habitación de la casa a lo que es su función principal, el descanso, ya que las dimensiones de la misma tampoco permiten realizar cualquier otro tipo de planteamiento en ellas. Pero si por el contrario, somos de los afortunados de contar con un dormitorio amplio y con los suficientes metros, podemos crear una estancia en la que pasar mucho tiempo en un ambiente más íntimo y reservado.


Un dormitorio en suite

Las opciones para diferenciar diferentes zonas de uso dentro del dormitorio son muchas. Desde paneles separadores en cristal a roperos con funciones divisorias, pasando por pequeños cambios de altura en el pavimento o juego de volúmenes en el techo. Todo ello integrado gracias a la continuidad visual que nos proporciona el uso de pavimentos, colores o revestimientos similares en todas las zonas que conforman el mismo.


Un dormitorio en suite

En este caso, al diseñar este dormitorio tipo suite, he optado por el contraste de las paredes revestidas en mármol y los suelos en madera de wengue. El travertino, una piedra natural con gran tradición en la construcción, es una terminación fría y elegante, de suave textura y gran belleza estética. El wengue, por el contrario, es una madera pesada, nerviosa y de aspecto duro que crea un claro contraste de color con las paredes. La distribución está focalizada en cuatro puntos estratégicos, zona de descanso, de estar, vestidor y baño. Ambos conectados en línea y sin tabiques que obstaculicen el paso entre ellos. De tal manera que se crea una sensación de amplitud, orden y a la vez recogimiento, que creo resulta muy efectista.


Un dormitorio en suite

El mobiliario depurado y sin sobresaltos, está acompañado de piezas clásicas como la silla BKF o mariposa, en hierro y cuero blanco, creada en 1938 por el Grupo Austral y la más conocida silla Barcelona. Un vestidor de puertas transparentes sólo apto para personas muy ordenadas, que integra en uno de sus módulos un pequeño tocador con cajones y espejo, en un puro homenaje a la coquetería. Y para mí, el plato fuerte, una bañera semi-empotrada de Philippe Starck para Laufen que no sólo promete el relax más absoluto, sino que además me ha servido para dar mayor intimidad a la zona del urinario y bidé. Un dormitorio en conjunto, que invita no sólo al descanso, sino además a pasar agradables momentos en un ambiente lleno de confort y armonía.


Un dormitorio en suite

Y una vez escrito esto, me voy a mi mini-dormitorio de mi mini-casa a soñar con que otra vida «más amplia» es posible. Suerte que tengo Blophome para curarme mis traumas y poder crear cosas que por el momento sólo puedo imaginar.


Un dormitorio en suite

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