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Desafortunadamente, de manera ocasional, todas las personas han experimentado los insultos verbales de otros. Algunas veces, las personas insultan a manera de broma. Algunas veces, las personas ni siquiera son conscientes de que sus palabras han sido hirientes; sin embargo, hay veces en las que las personas dicen cosas crueles y maliciosas para causarte intencionalmente dolor emocional. Si los insultos de alguien te han herido, hay varias cosas que puedes hacer para lidiar con este problema.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Proveer una respuesta directa a los insultos

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  1. Muchas veces, es beneficioso abordar de manera privada a la persona que te ha insultado. Hablar privadamente es mejor para evitar que la situación se salga de control enfrente de otras personas y para reducir la probabilidad de que la persona insultante se avergüence o se ponga a la defensiva. Antes de hablar con la persona, respira profundamente e invítala con tranquilidad a hablar en privado.
    • Una vez que estén solos, haz saber a la persona que no te agradaron sus insultos e infórmale de tus expectativas y de qué acciones tomarás si sucede de nuevo. Por ejemplo, puedes decirle a un colega “Me sentí herido e insultado cuando me llamaste estúpido. Quiero que me hables con el mismo respeto con que yo te hablo. Te he pedido que no me insultes anteriormente. Si sucede de nuevo, voy a presentar una queja formal a RR. HH. con respecto a tu acoso”.
    • Algunas veces, hablar menos es mejor. Puedes abordar el insulto hablando del problema brevemente.[1] Por ejemplo, puedes decir “Esa declaración estuvo totalmente fuera de lugar. No voy a tolerar que me hables de esa manera. Si sucede nuevamente, dejaré de invitarte a las reuniones familiares”.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Dr. Niall Geoghegan, PsyD

    Dr. Niall Geoghegan, PsyD

    Psicólogo clínico
    El Dr. Niall Geoghegan es un psicólogo clínico que reside en Berkeley, California. Se especializa en terapia de la coherencia y aborda problemas como la ansiedad, la depresión, el manejo de la ira y la pérdida de peso, entre otros. Recibió su doctorado en Psicología Clínica en el Instituto Wright en Berkeley, California.
    Dr. Niall Geoghegan, PsyD
    Dr. Niall Geoghegan, PsyD
    Psicólogo clínico

    Habla con la persona acerca de cómo te sientes. Niall Geoghegan, un psicólogo clínico, dice: "Si es alguien que conoces, puede ser de ayuda ponerte en contacto con la persona y decirle que no te hace sentir bien cómo te habla". No deshacerá ninguno de los insultos hirientes, pero te da la oportunidad de defender tu autoestima y mostrar respeto por ti mismo".

  2. Una estrategia efectiva para responder a un insulto es preguntar cuál es la raíz de este. Hazlo preguntando a la persona qué la indujo a hacer el comentario que pudo ser potencialmente hiriente.[2] Como consejero, debes lograr que la persona reflexione íntimamente en la causa principal de sus acciones, lo cual la obligará a aceptar la responsabilidad por sus palabras y pos sus acciones. Asegúrate de concentrarte en la intención real detrás del insulto y no en las palabras que se dijeron.[3]
    • Por ejemplo, puedes decir “¿Me puedes ayudar a entender qué es lo que sucede? ¿Qué es lo que hizo que quieras herirme insultándome de esta manera?”.
    • También puedes tratar de adivinar qué sentimiento subyacente provocó el insulto. Por ejemplo, “Entiendo que no estamos de acuerdo con respecto a este tema y que te molesta; sin embargo, preferiría que te ciñas al tema en vez de recurrir a insultos personales”.
  3. Es muy importante que establezcas los límites de la comunicación al lidiar con personas que recurren a insultos personales. Algunas veces, se requiere que determines directamente en qué temas de conversación puede participar la persona. Además, es probable que también debas establecer límites para cuando la persona deba hablar contigo.[4]
    • Si debes lidiar con un colega que tiende a insultar, puedes decirle algo como “Pedro, te pido amablemente que no menciones mi vida íntima durante nuestras reuniones de personal. De hecho, preferiría que nos centremos en conversaciones profesionales en todo momento aquí en la oficina”.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Proveer una respuesta indirecta a los insultos

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  1. Muchas veces, el humor puede ser una manera efectiva de responder a un insulto por varias razones. Debilita al insulto, reduce la tensión de la situación y hace que la otra persona se ponga de tu lado. Considera la posibilidad de usar el humor la próxima vez que alguien hable mal de ti. Quizás incluso sea apropiado exagerar o prolongar el insulto, lo cual sirve para reducir aun más su poder.[5]
    • Por ejemplo, si alguien te insultó con un comentario como “Tienes las orejas muy grandes”, puedes ofrecer una respuesta humorística como “Sí, es cierto. Son para escucharte mejor” (una referencia a Caperucita roja).
  2. Reírse de un insulto puede ser una respuesta muy poderosa. La risa hace que el insulto parezca insignificante y también hace entender que el insulto no te ha herido.[6] Además, resta el poder emocional que la persona insultante esperaba ganar al hablar mal de ti.
  3. [7] Por lo general, los bullies buscan que reacciones o que estés en desacuerdo para alimentar su deseo de causarte dolor. En vez de dar al bully lo que busca, dale una respuesta inesperada estando de acuerdo con lo que haya dicho para insultarte. Simplemente di algo como “Tienes mucha razón. Estoy totalmente de acuerdo” y sigue estando de acuerdo a medida que prosiga con el insulto. Debido a que no has provisto una reacción, pronto se aburrirá de molestarte.
  4. La persona que lanza el insulto probablemente busque que te involucres negativamente. Al alejarte, esencialmente ignoras el insulto y a la misma persona.[8] Trata de alejarte la próxima vez que alguien diga algo cruel. Si deseas, puedes hacer un breve comentario a medida que te alejas.
    • Por ejemplo, si tu cónyuge dice algo como “Eres un idiota”, puedes responder “Perfecto” y luego alejarte.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Desviar el insulto

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  1. Por muy tentador y natural que pueda parecer, evita responder a un insulto con otro insulto. Esto solo te pondrá al mismo nivel del ofensor. Te convertirás en parte del problema junto con la persona que inició el ataque.[9]
    • En vez de devolver el insulto, solo decide ignorarlo o incluso reconocerlo. Esto hace entender al ofensor que su insulto ha sido totalmente insignificante e ineficaz.
  2. Nada emociona más al bully que ver el sufrimiento y el dolor que ha infligido en su víctima. No le des el placer de atestiguar tu dolor. Hacerlo solo confirma que su insulto ha funcionado tal como lo planeó. En vez de eso, mantén una sonrisa en el rostro y repítete a ti mismo “No dejaré que esta persona me vea sufrir”.
  3. Lo más probable es que el insulto tenga menos que ver contigo que con la inseguridad de la otra persona. Muchas veces, los bullies tratan de hacer que los demás se sientan mal como una forma de sentirse mejor ellos mismos. Recuerda que las opinión de otra persona no te define.[10]
    • Si te sorprendes repasando palabras hirientes en tu mente, reemplaza las palabras negativas con pensamientos o palabras positivas. Por ejemplo, si alguien te insultó llamándote feo, repítete a ti mismo “Soy hermoso interior y exteriormente” o imagínate a ti mismo parado frente al espejo usando tu mejor atuendo.
  4. Sin importar que tan tentador pueda ser expresar el primer comentario que venga a tu mente o sacar rápidamente el prohibido dedo medio, piensa antes de responder.[11] Retrasa tu respuesta respirando profundamente y contando de manera lenta de 10 a uno. Esta medida te dará tiempo suficiente para tener un mejor control de tus emociones.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Tomarte el tiempo de sentir y de reflexionar

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  1. Es normal que te sientas molesto cuando alguien dice cosas hirientes. Sentirte ofendido es natural después de recibir un insulto. No hay problema con permitirte sufrir verdaderamente. Es poco saludable no reconocer y aceptar personalmente que alguien te ha herido. Tómate el tiempo a solas que necesitas para lidiar en privado con el dolor. Solo trata de no obsesionarte.
    • No dudes en hablar con alguien en quien confíes si tienes problemas para superar los sentimientos heridos. Esto te ayudará a verbalizar tus sentimientos y, como resultado, te permitirá finalmente seguir con tu vida.
  2. Puedes responder y reaccionar a un insulto de varias maneras. Por ejemplo, puedes sentir enojo, tristeza, deseos de venganza o incluso resentimiento hacia la persona que te insultó. Puedes haber respondido tomando represalias con un insulto o rompiendo en llanto. Tómate el tiempo para analizar por qué reaccionaste y respondiste de la manera en que lo hiciste.
    • Por ejemplo, si recuerdas que el insulto hizo que te enojaras tanto que no pudiste pensar con claridad, tómate el tiempo para reflexionar en la razón. Puedes preguntarte algo como “¿Qué es lo que hizo que me molestara tanto? ¿Fue por la vergüenza que produjo el insulto o porque siento que no estaba justificado?”.
  3. Si alguien te insulta, es bueno que te tomes el tiempo para reflexionar en algunas cosas. Piensa en la persona que profirió el insulto, en la razón por la que lo hizo y en si es cierto lo que dijo. Por lo general, si el insulto provino de alguien a quien respetas, como un padre, un profesor o un buen amigo, tomar en cuenta el insulto tiene sentido. Por otro lado, si te insultó alguien a quien no respetas, tiene sentido cuestionar la validez del insulto.[12]
    • Por ejemplo, si tu madre te dice algo como “Deja de ser perezoso y trata de conservar un empleo por más de 30 días”, tómate el tiempo para reflexionar en lo que dijo. Si efectivamente estás desempleado y acabas de renunciar a tu tercer empleo en seis meses, la declaración no es un insulto sino la verdad, aunque no se haya expresado de manera ideal. Puedes usar esta verdad revelada para superarte.
  4. Algunas veces, es difícil admitir y aceptar que mereces las palabras hirientes de alguien. Se requiere coraje para admitirlo y para ofrecer una disculpa cuando estás en falta; sin embargo, debes reconocer y admitir tus errores para que puedas ser una mejor persona.[13]
    • Por ejemplo, si tu hermano sufrió lesiones potencialmente letales después de un accidente automovilístico y, al llamarlo dos días después, te dice que no tienes corazón por preferir ir a una fiesta en vez de visitarlo en el hospital, lo mejor que puedes hacer sería decir algo como “Lamento mucho haber sido tan egoísta y no haberte puesto en primer lugar cuando más me necesitaste. Espero que me perdones con el tiempo”.
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Dr. Niall Geoghegan, PsyD
Coescrito por:
Psicólogo clínico
Este artículo fue coescrito por Dr. Niall Geoghegan, PsyD. El Dr. Niall Geoghegan es un psicólogo clínico que reside en Berkeley, California. Se especializa en terapia de la coherencia y aborda problemas como la ansiedad, la depresión, el manejo de la ira y la pérdida de peso, entre otros. Recibió su doctorado en Psicología Clínica en el Instituto Wright en Berkeley, California. Este artículo ha sido visto 17 226 veces.
Categorías: Relaciones
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