REPOSO

v. Descanso, Paz
Exo 16:26; 20:10


Reposo (heb. domî, yâthar, yether, mânôaj, menûjâh, najath, yôthêr, shattâthôn, etc.; gr. anápausis, ánesis, eirene, katápausis, loipós, etc.). El término se usa para: 1. El descanso del sábado. Después de completar su creación, Dios “reposó”; es decir, cesó en su obra. Por supuesto, no necesitaba descansar, porque “no desfallece ni se fatiga con cansancio” (Isa 40:28). El sábado llegó así­ a ser un “reposo” para el hombre (Exo 16:23; 31:15; 35:2; etc.). 2. El reposo que Dios prometió a la nación israelita (33:14), que significaba exteriormente la cesación de la peregrinación como nación sin paí­s, libertad de la guerra (cf Deu 12:9, 10) y el establecimiento en su tierra. Sin embargo, de acuerdo con Heb 4:3-9, habí­a en juego algo más que el descanso fí­sico. Josué dio “reposo” a la nación (Deu 3:18-20; Jos 21:44; 23:1), pero por causa de la rebelión y la apostasí­a (cf Jdg 2:11, 12; 10:6; 2Ki 17:9-20; Jer 7:30; Eze 3:7; etc.) el pueblo no tuvo, en ningún momento, el reposo espiritual que Dios habí­a proyectado para ellos (Heb 4:8, 9). Los israelitas, como nación, fueron finalmente excluidos de este “reposo” (Heb 4:5, 6; cf Mat 21:43, etc.), pero está a disposición de la iglesia cristiana (Heb 4:3, 9-11; cf v 1). 3. Un reposo interior del alma, que Cristo ofrece a cada persona (Mat 11:28, 29). Este descanso es una experiencia que no depende de condiciones externas, sino de una confianza suprema en Jesús (Joh 14:17; Phi 4:6, 7; etc.). 4. El fin de la persecución que los cristianos sufrirán antes de la 2ª venida de Cristo (2Th 1:6, 7). Reptil. Animal vertebrado que se distingue de las bestias, las aves y los peces porque no camina ni corre erguido sobre 2 ó 4 patas, y no vuela ni se impulsa en el agua por medio de aletas. Más bien se arrastra sobre su vientre, o sobre patitas muy cortas. La clasificación moderna considera reptiles a los vertebrados de sangre frí­a con tales caracterí­sticas. En la Biblia, expresiones como “animales que se arrastran”, “todo lo que se mueve” y “reptiles” son traducción de 4 vocablos: 1. Heb. remes (proviene del verbo râmas, “arrastrarse [moverse]”). En general, describe criaturas pequeñas que se arrastran en tierra y/o se mueven en agua (Gen 1:21, 24-26; 6:7, 20, DHH: 7:14; 9:3; Hab 1:14; etc.). Se suele traducir “animales que se arrastran”, pero también “reptil” serí­a aceptable. En sus discursos, Salomón reveló su conocimiento de estos animales (1Ki 4:33). 2. Heb. sherets (proviene del verbo shârats, “pulular [bullir]”, “rebosar [abundar]”; de allí­ que la traducción más exacta serí­a “cosas [animales] que pululan”, “enjambre”). El término sherets incluye criaturas que pululan en el agua (Gen 1:20; Lev 11:10), animales que se arrastran (Lev 11:41-44), reptiles (Lev 5:2; 22:5), insectos alados (Lev 11:20-23; Deu 14:19) y criaturas terrestres (Gen 7:21; Lev 11:29; etc.). 3. Heb. zôjalê, que describe las criaturas que se deslizan y se esconden por sus propios medios, como las serpientes (Deu 32:24; Mic 7:17; etc.). 4. Gr. herpetón (proviene del verbo hêrpí‡ [en griego clásico], “moverse lentamente”, “reptar [arrastrarse]”). Se refiere a los reptiles (Act 10:12; 11:6; Rom 1:23; Jam 3:7, BJ). En la LXX se usa como traducción de remeí‘ y sherets.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(heb., nuah, menuhah, reposo, paz, quietud; gr., anapausis, katapausis). Es una palabra que ocurre con frecuencia en la Biblia, en ambos Testamentos. Se usa en relación con Dios como descansando de su obra (Gen 2:2), y como teniendo su reposo en el templo (1Ch 28:2). Dios ordenó que el séptimo dí­a deberí­a ser uno de reposo (Exo 16:23; Exo 31:15) y que la tierra debí­a tener su descanso cada siete años (Lev 25:4). Dios le prometió reposo a los israelitas en la tierra de Canaán (Deu 12:9). La palabra es algunas veces usada en el sentido de confianza y dependencia (2Ch 14:11). Cristo ofrece descanso al alma (Mat 11:28; Hebreos 4).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(descanso).

Ver “Domingo”.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

(Véase SíBADO)

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

La existencia del hombre consta alternativamente de trabajo y de reposo, de agitación y de quietud; parece ser que para vivir plenamente deben coexistir los contrarios, la búsqueda y el goce, la caza y la captura, el *deseo y el abrazo. Si halla el hombre, es para buscar de nuevo, insaciablemente; el Eclesiastés conoce esta situación, pero rechaza este vaivén, en espera de la muerte, que ha de poner fin a la vanidad: “dí­a y noche no tiene reposo el hombre; ¿para qué buscar, puesto que no se alcanza nunca?” (Ecl 8,16s); le basta con disfrutar bajo la mirada de Dios, del modesto goce del momento presente (2,24: 9,7-10). La tradición bí­blica en su conjunto mantiene, no obstante, la alternancia y descubre su sentido: lo que en el hombre es sucesión y fatiga, coincide, purificado, en Dios. El verdadero reposo no es cesación. sino consumación de la actividad: entonces viene a ser ya acá en la tierra un gusto anticipado del cielo.

I. REPOSO Y TRABAJO. Desde los orí­genes debió Israel “santificar el *sábado” (Ex 20,8), consagrar al Señor un dí­a de reposo, aunque fuera en tiempo de las faenas del campo y de la recolección (34,21). Dos motivos principales se dieron de este precepto.

1. Reposo, signo de liberación. El código de la alianza precisa que se debe dejar reposar a los animales y a los trabajadores (23,12). A este motivo humanitario añade el Deuteronomio un motivo de orden histórico: Israel debe así­ acordarse de que fue liberado de los trabajos forzados de Egipto (Dt 5,15). Reposar es signo de *libertad.

2. Reposo, participación del reposo del Creador. Según la tradición sacerdotal, el hombre que observa el sábado imita a Dios, que después de haber *creado el cielo y la tierra “descansó y cobró aliento el séptimo dí­a”; esta observancia es un “signo que une a Yahveh y a sus fieles)) (Ex 31,17; Gén 2,2s). Si, pues, el sábado santifica, es que Dios lo santifica (cf. Ez 20,12). Reposar es mostrarse *imagen de Dios: esto significa que uno no es sólo libre, sino también *hijo de Dios.

3. Reposo y fiesta. El sábado no consiste sencillamente en cesar en el trabajo, sino en aplicar las fuerzas, a celebrar con *gozo al creador y al redentor. Puede llamarse “delicia”, pues el que lo ponga en práctica “hallará en Dios sus delicias” (Is 58,13s). El sábado podí­a hacer entrar en el misterio de Dios; pero para identificar el reposo sabático con Dios mismo habrá que aguardar la venida de Cristo.

II. HACIA EL REPOSO DE DlOS. Por otro camino fue llevado Israel a descubrir el carácter espiritual del reposo que se le imponí­a. Otros temas se mezclarán con el precedente: el del sueño, el de la respiración, del respiro después del peligro o la fatiga. Israel reconocerá que sólo Dios da el reposo después de las inquietudes del nomadeo, de la guerra o del exilio.

1. La tierra prometida, figura del reposo de Dios. Los hebreos, saliendo de Egipto huí­an hacia la *tierra de libertad, hacia el reposo después de la esclavitud; este reposo esperado debí­a ser fruto de una lenta conquista (p.e. Jue 1,19.21; cf. Jos 21,43s), hasta que el rey David quede por fin “desembarazado de todos sus enemigos)) (2Sa 7,1). Salomón pudo exclamar con motivo de la consagración del templo : “i Bendito sea Yahveh que ha concedido reposo a su pueblo Israel según todas sus promesas!” (lRe 8,56) : en el tiempo del “hombre de paz)) da Dios a Israel “paz y quietud)) (IPar 22,9). Ahora ya se puede “vivir a sus anchas, cada uno bajo su viña y su higuera” (lRe 4,20; 5,5). Reposo todaví­a muy terrenal, pero garantizado por Yahveh, que decidió tomar él mismo su reposo en el *templo (Sal 132,14): *buscó a los que le buscaban y les otorgó el reposo (2Par 14,6).

La fidelidad a la *alianza condiciona, pues, la naturaleza y la duración del reposo en la tierra. Ahora bien, éste degeneró pronto en abandono y en rebelión contra Dios (Dt 32,15; Neh 9,25-28); siendo así­ que la salvación está en la conversión y en la calma (Is 30,15), Ajaz tiene miedo de los enemigos de Yahveh (7,2.4) y cansa a Dios por su falta de fe (7,13). Consiguientemente pesa sobre el pueblo la amenaza del exilio y del nomadeo; pero después de las penas del *castigo el pueblo comprende mejor que será liberado por Yahveh en persona (Jer 30,10s); e Israel va a marchar de nuevo hacia su reposo (31,2), hacia la danza, la alegrí­a, el consuelo y la saturación de bendiciones (31,12s). El *pastor conduce sus ovejas a los buenos pastos (Ez 34,12-16; Is 40,10s). En esta perspectiva, Dios, que da, adquiere más importancia que la tierra dada: Israel se encamina hacia el reposo de Dios.

2. Gusto anticipado del reposo definitivo. Israel no aguardó la venida del *dí­a del Señor para descubrir por diversos caminos los goces del reposo espiritual. En la persecución (Sal 55,8), en la prueba (66,12) o en la experiencia de su nada (39,14) el salmista pide a Dios que le deje “respirar un poco)), o hallar “el reposo de su carne” (16,9); se abandona al pastor que conduce a las aguas del reposo (23,1ss). Este reposo interior lo ofrece la *Ley: tomar el *camino del bien es “hallar el reposo” (Jer 6,16). Los *pobres podrán “apacentarse y reposar sin que nadie les moleste” (Sof 3,13); por el contrario, los malos se parecen a un mar atormentado que no puede calmarse as 57,20).

A partir de la experiencia del amor, que es a la vez búsqueda y abrazo, afán y goce, la esposa del Cantar sueña con la hora de mediodí­a, la del pleno reposo que pone fin al errar (Cant 1,7); en realidad, unas veces se dice enferma de amor entre los abrazos del amado (2,5s), otras persigue perdidamente al que pensaba no dejar jamás (3,1s.4). Cierto que *gusta ya la presencia del amado, pero no se verá libre de estas vicisitudes y de esta alternancia hasta que el amado la haga pasar por la muerte (8,6). Por su parte la Sabidurí­a promete el reposo a quien la busca; después de la persecución viene la captura (Ecio 6,28); y si el sabio observa que “ha tenido poco trabajo para procurarse mucho reposo” (Eclo 51,27), es que la Sabidurí­a se ha adelantado tomando a Israel por lugar de su propio reposo, de un reposo que es soberana actividad (24,7-11).

Este gusto anticipado del reposo de Dios ¿bastaba a Job para superar sus *pruebas? Dios no le dejaba “tomar aliento” (Job 9,18); ¿cómo no habí­a de desear la *muerte y su “sueño reposados” (3,13)? Todo cambiará cuando la luz de la resurrección penetre en las tinieblas de la tumba: “Y tú camina, tómate tu descanso y te levantarás al fin de tus dí­as” (Dan 12,13). Ahora ya el *sueño de la muerte es para el creyente un gusto anticipado del reposo de Dios.

III. JESUCRISTO, REPOSO DE LAS ALMAs. 1. Reposo y redención. Contra los fariseos, restaura Jesús el verdadero sentido del sábado: “el sábado se ha hecho para el hombre y no el hombre para el sábado” (Mc 2,27): el reposo debe significar ‘la liberación del hombre y magnificar la *gloria del creador. Jesús da a este signo su verdadero sentido curando en tal dí­a a los *enfermos: “libera” a la mujer “ligada” hací­a ya muchos años (Lc 13,16). De este modo se muestra “dueño del sábado” (Mt 12,8), pues realiza aquello que *figuraba el sábado: por Cristo significa el reposo la liberación de los hijos de Dios. Para merecernos esta liberación y este reposo quiso el “redentor no tener donde reposar (klinein) la cabeza” (Mt 8,20), como se la reclina sobre una “yacija” (kline); no la “reposará” (klinein) hasta el momento de la muerte (Jn 19,30), y entonces sobre la cruz.

2. Revelación del reposo de Dios. Para justificar su actividad y su reposo dice Jesús: “Mi Padre trabaja sin cesar y yo también trabajo” (Jn 5,17). En Dios no se excluyen *trabajo y reposo, sino que expresan el carácter trascendente de la *vida divina; tal es el misterio que anunciaba la Sabidurí­a en reposo al mismo tiempo que trabajaba (Eclo 24,11). El trabajo de Cristo y de los obreros de la mies consiste en socorrer con *gozo a las ovejas fatigadas y abatidas (Mt 9,36; cf. Jn 4,36ss), pues Jesús ofrece el reposo a las almas que acuden a él (Mt 11,29).

3. El reposo del cielo. El “reposo de Dios” que los hebreos habí­an creí­do alcanzar penetrando en la tierra prometida, estaba reservado al “pueblo de Dios”, a los que se mantuvieran *fieles y *obedientes a Jesucristo : tal es el comentario del salmo 95 que hace la epí­stola a los Hebreos (Heb 3,7-4,11). Este reposo es el *cielo, en el que entran “los muertos que mueren en el Señor: ahora ya reposen de sus fatigas, pues sus obras les acompañan” (Ap 14, 13). Por lo demás, reposar en el cielo no es cesar en la propia actividad, sino perfeccionarla: al paso que los adoradores de la *bestia no conocen reposo ni de dí­a ni de noche (14,11), los vivientes no ces:::’ dé repetir, dí­a y noche, la alabanza del Dios tres veces santo (4,8).

-> Bienaventuranza – Buscar – Cielo – Deseo – Paz – Sábado – Sueño – Trabajo.

LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas

La traducción común de Gn. 2:2, que Dios «reposó» el séptimo día, puede inducir a errores graves. El verbo usado aquí es šāḇaṯ (no nûaḥ) y ante todo quiere decir «cesar» o «desistir» (véase Driver WC o Skinner ICC ad loc., donde se interpreta correctamente como «desistir de la obra de creación»). Estos dos verbos se yuxtaponen en Ex. 23:12 (cf. ASV margen); allí el reposo es un resultado de desistir de trabajar—cuando se quiere indicar el descanso del trabajo siempre se usan nûaḥ y sus derivados. Este falso matiz de significado en nuestras traducciones es lo que hace que algunos encuentren una contradicción entre Gn. 2:2 y Jn. 5:17. La obra que Dios continúa haciendo en el presente es de preservación y salvación más que de creación. Para Israel, el šabbāṯ no era tanto un día de reposo como de cesación del trabajo diario. En Ex. 23:12, el reposo es para los animales.

El reposo para el pueblo de Dios debe ser un reposo sabático (Heb. 4:9, sabbatismos), «no un šabbāṯ [sábado aislado, sino una vida sabática» (Westcott, The Epistle to the Hebrews, p. 98), puesto que la meta de Dios para ellos debe ser consonante con su naturaleza, su reposo (katapausis, hebreo mәnûḥāh») debe ser un sabbatismos. A pesar de la vasta mayoría de los comentaristas y las analogías rabínicas citadas por SBK III, p. 687, no hay sugerencia alguna en Hebreos de que este reposo sea diferido al cielo, a pesar que no logrará su perfección hasta ese tiempo. Cuando un hombre está crucificado con Cristo, cesa de sus propias obras. Es altamente probable que Cristo haya estado implicando la misma verdad en Mt. 11:28ss. Anapausis («reposo») se usa regularmente en la LXX para referirse al reposo sabático.

BIBLIOGRAFÍA

HDB IV, artículos «Rest» y «Sabbath»; G.H. Lang, The Epistle to the Hebrews, pp. 73–80; A.B. Davidson, Hebrews, pp. 91–101.

H.L. Ellison

WC Westminster Commentaries

ICC International Critical Commentary

ASV American Standard Version

SBK Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch (Strack and Billerbeck)

LXX Septuagint

HDB Hastings’ Dictionary of the Bible

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (525). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

El sentido no teológico del vocablo “reposo” figura en forma prominente en la Biblia. Por ej. el Señor reposa de sus actividades (Gn. 2.2s); el sábado ha de ser día de reposo (Ex. 31.15); la tierra de promisión debía reposar cada séptimo año (Lv. 25.4s); y el templo era el lugar de descanso para el Señor entre su pueblo (Sal. 132.8, 14).

En el sentido teológico de la palabra, “reposo” ocupa un lugar aun más prominente en la Biblia; A Israel el Señor le prometió reposo en la tierra de Canaán (Dt. 3.20), y a este reposo los exiliados volverían de Babilonia (Jer. 46.27). Reposo y felicidad habrían de ser los grandes dones de David a Israel (1 Cr. 22.7–10). Desgraciadamente, este gran ideal de reposo quedó sin cumplirse en la experiencia de Israel (He. 3.7–4.10) debido a su incredulidad y desobediencia (Sal. 95.8–11).

No obstante, aunque el reposo en el AT permanece en la esfera de las promesas, en el NT ellas se cumplen. Los creyentes, por fe en Cristo, han entrado en el reposo (He. 12.22–24). Él es su paz. A todos los que a él se allegan les concede reposo, reposo que significa alivio, libertad, y satisfacción para el alma (Mt. 11.28–30).

Pero el vocablo “reposo” en las Escrituras tiene también contenido escatológico. “Queda un reposo” tanto para el creyente como para Israel (He. 4.9). La ciudad y la patria celestiales (He. 11.10, 16) todavía están por delante. En la actualidad se debe enfrentar la tarea (1 Co. 3.9), la buena batalla de la fe (Ef. 6.10–20), el peregrinaje (He. 11.13–16). Y aun el reposo del cual la muerte es el preludio (Ap. 14.13) no es la plenitud del reposo (Ap. 6.9–11). Pero aquellos que han entrado en el reposo de la fe, al echar su ancla dentro del velo donde Cristo ha entrado, saben que el estado final de reposo está completamente asegurado.

Bibliografía. G. von Rad, Estudios sobre el Antiguo Testamento, 1976, pp. 95–103; R. Hensel, “Descanso”, °DTNT, t(t). II, pp. 20–21.

J.G.S.S.T.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico