Elementos de un mural es una serie de artículos con los cuales entenderás el amplio y apasionante equilibrio invisible detrás de la composición de un mural, a través de mi experiencia como muralista.

Este es el artículo número 4 de la serie, quizás también te interese leer:

Elementos de un mural (I): Temática, o sobre qué pintar
Elementos de un mural (II): Superficies y técnicas de intervención sobre muros
Elementos de un mural (III): Cómo se trasladan bocetos a muros
Elementos de un mural (V): Formas, texturas y linea
Elementos de un mural (VI): Composición, cuando nada es aleatorio


Existe una expresión popular para reflejar una diferencia muy grande entre dos elementos o personas:

No hay color.

La vida es color, y sin él nuestro entorno perdería los matices con los que nos sorprendemos y emocionamos.

En mi trabajo, lógicamente, el color lo es todo, y el medio por el cual traslado ese color desde mi mente hasta un mural, pasa inevitablemente por los materiales que utilizo.

Puede parecer que a la hora de pintar un muro, solo se unen a la fiesta un bote de pintura o una lata de spray.

Para que veas que en realidad es algo más complejo de lo que parece, atento a los materiales que intervienen en un proceso cualquiera.

Materiales que intervienen en el proceso de pintar un mural

1- Analizar la pared

No se trata de llegar con una lupa y analizar la superficie cual CSI de turno, sino de responder a la pregunta:

¿Está la pared limpia o sucia?

La respuesta a esta pregunta determina el primero de los pasos en este proceso, que supone que se retire o añada material.

Si la pared está sucia, debe retirarse todo resto de material anterior para poder comenzar a trabajar, por ejemplo, moho, óxido y restos de otro tipo.

Paisajismo y murales Añorga humedad

Una vez la pared está limpia, damos la bienvenida al primero de los materiales:

2- Añadir imprimación

Se trata de una base que genera una película sobre la que se pintará posteriormente, fija la superficie y se consigue que la pintura que se añada después no sea absorbida tanto.

El tipo de imprimación variará en función de la superficie, por ejemplo, en caso de pintar sobre una superficie de chapa utilizo un tipo, pero si pinto sobre una fachada otro.

El mundo de las imprimaciones es amplio y sujeto al gusto del profesional, lo relevante es entender que se trata de un material fundamental, que condiciona el trabajo posterior, y que cada superficie pide un tipo de imprimación.

3- Considerar el diseño

Esta es la fase en la que el diseño se traslada a la pared, y empiezas a pensar en los materiales que serán más convenientes en base al tamaño de la pieza, o la cantidad de colores que seleccionas.

Este momento es relevante, porque entra en juego el color, ya que debe seleccionarse aquel que se plasmará primero en el muro, que servirá como fondo, y lógicamente tiene que pegar con el diseño que se haya seleccionado.

4- Aplicar la primera base de pintura como fondo

Puede tratarse de un fondo en pintura plástica, o si las dimensiones de la superficie lo requieren, utilizar una pistola airless, como hice cuando me tope con esta cantidad de metros cuadrados a pintar:

Peñascala_antes despues II

5- Acabado con sprays y pinturas plásticas

Solo a partir de aquí el propio diseño empieza a cobrar vida como tal, y seleccionas los materiales que utilizarás para esa fase final.

En exterior, yo trabajo con dos materiales básicamente: sprays y pinturas plásticas, y la pregunta más lógica en este punto es:

¿Por que selecciono trabajar con uno u otro material?

En ocasiones la propia superficie dirige la elección, por ejemplo, si es rugosa, trabajar con pintura complica la tarea en exceso y el spray resulta más resolutivo por su forma de aplicación.

Otras veces lo condiciona el diseño, por ejemplo, si opto por detalles minuciosos, la pintura aplicada con pincel es mucho más precisa que el spray, con el que es más complicado llegar a ese nivel de detalle.

Supongo que es como el cirujano que opera con bisturí en lugar de hacerlo con un cuchillo de cocina…sus errores son más críticos, claro.

Otro factor a tener en cuenta es la rapidez del spray vs la pintura, que puede suponer ganar muchas horas de trabajo, con todo lo que ello supone.

El acabado, al tratarse de murales, suele ser similar y dificil de diferenciar para el transeunte medio, con lo que ambas opciones tienen el potencial de dar color y vida a un muro a partes iguales, que es de lo que se trata.

6- Otros materiales para interior

Cuando el muro es en interior, las alternativas se amplían y entran en juego materiales más versátiles, que permiten a su vez diferentes acabados.

Por ejemplo, en lugar de aplicar algún color de base, puede aprovecharse el fondo existente si está en condiciones, que es lo que hice en trabajos como este:

En esos trabajos también se ve cómo utilizo pintura aguada, lo que hace que se parezca a un tipo de acuarela, aportando un efecto similar al de un cuadro.

Leyendo estas líneas, quizás entiendas lo importante que es para mi la palabra materializar, que se refiere a materiales, pero también al proceso desde la idea hasta la ejecución.

Pinturas y disolventes, sprays e imprimaciones…¡les debo la vida!