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La crónica y sus elementos. La crónica es un estilo situado a medio camino entre la noticia, la opinión y el reportaje. Se trata, por lo tanto, de un estilo híbrido. Puede emplearse el estilo de crónica cuando se trate de informaciones amplias y detalladas escritas por especialistas del periódico en la materia de que se trate, corresponsales en el extranjero, enviados especiales a un acontecimiento o comentaristas deportivos, taurinos o artísticos. La crónica debe contener elementos noticiosos y puede incluir análisis (y, por tanto, cierta opinión o interpretación). El autor debe, no obstante, explicar y razonar las interpretaciones que exprese, y construir su texto de modo que la información prime sobre la interpretación. No es conveniente, en cambio, expresar opiniones personales o hipótesis aventuradas. Las exigencias informativas de rigor y edición en una crónica son asimilables a las de las noticias. La crónica debe mostrar un estilo ameno, a ser posible con anécdotas y curiosidades. La crónica permite un vocabulario más rico y un estilo más flexible, incluso literario. Una crónica explica las expresiones, las enmarca en un contexto, las evalúa, refleja las sorpresas y describe el ambiente. La crónica de acontecimientos deportivos o taurinos no debe olvidar los datos fundamentales para los lectores que no los han presenciado, aunque fueran transmitidos por radio o televisión. Por influencia de la terminología norteamericana se llama también crónica a la información que suministran los corresponsales y los enviados especiales, que viven de cerca un acontecimiento en un lugar determinado. Este tipo de crónica se publica con continuidad durante varios días. De este modo, el periodista informa del desarrollo del acontecimiento. Tipos de crónica Existe una gran variedad de tipos de crónica. Cualquier noticia es susceptible de convertirse en una crónica. Aquí señalamos las más importantes. La crónica parlamentaria La crónica deportiva La crónica de guerra La crónica de viajes La crónica de sociedad La crónica de sucesos La crónica taurina La crónica cultural Estructura de la crónica La crónica disfruta de mucha libertad para su redacción. No tiene una estructura fija como en el caso de la noticia o del reportaje. No obstante, distinguimos algunas partes que no deben faltar en una crónica bien redactada. Título. Debe ser claro, conciso y atractivo para despertar el interés de los lectores. El receptor ha de decidir al instante si es de su agrado o no y decidirse si va a detenerse a leerla. Noticia. Es la información objetiva sobre los hechos ocurridos. Lo normal es que los datos esenciales aparezcan al comienzo, pero el cronista añade más datos a medida que escribe la crónica. Comentario. Son las reflexiones que el cronista va haciendo sobre los hechos que narra. Estas reflexiones suele hacerlas en tercera persona. Busca un distanciamiento para dar mayor verosimilitud y credibilidad a lo que está contando. La narración y sus elementos La narración es la forma de contar hechos reales o ficticios, siendo lo más normal utilizar el tiempo pasado para presentar esos hechos. Una narración puede ser muy breve y referirse a actos de una manera muy rápida y general. Por ejemplo: "Ayer tardé cinco horas en llegar a Madrid". O pueden constituir escritos de muchas páginas como ocurre con gran cantidad de novelas. Elementos de la narración En una narración distinguiremos los siguientes elementos: El narrador: Es el sujeto que, desde un punto de vista concreto, cuenta los hechos de la historia, presenta a los personajes, los sitúa en un espacio y tiempo determinados, observa los hechos que le rodean y muestra su forma de pensar y su forma de comportarse. La manera de contarlo todo es importante para la comprensión de la historia. Entre los distintos tipos de narrador, señalamos los siguientes: Narrador en 1ª persona: Cuando quien cuenta lo hechos participa en la historia que cuenta. Narrador en 3ª persona: Cuando quien cuenta la historia está fuera de ella. La acción: Está formada por todos los acontecimientos y situaciones que componen una historia. Dichos acontecimientos se pueden organizar en núcleos con cierta autonomía, llamados episodios. Los personajes: Son aquellos que realizan las acciones que cuenta el narrador. Por su importancia en el desarrollo de dicha acción, los personajes pueden ser principales o secundarios. Dentro de los principales se encuentra el protagonista, que es el personaje más importante de todos y el antagonista que es el oponente al protagonista. La estructura: Este término se refiere a la organización de los elementos de la narración, los cuales están interrelacionados formando un todo. De manera general, distinguiremos tres partes en una narración: Planteamiento: Es la parte inicial del relato donde se proporciona la información necesaria para que se desencadene la acción posterior. Nudo: Es el momento de mayor complejidad de la historia y donde se continúa lo iniciado en el planteamiento. Desenlace: Es el episodio final en el que se resuelve o finalizan los conflictos. A veces el final puede quedar abierto. Tiempo: Es el elemento de la narración que tiene en cuenta la duración, sucesión y ordenación en que se producen los distintos acontecimientos. El orden temporal en que se puede desarrollar la historia puede llevarse a cabo de forma lineal cuando se cuenta en el orden en el que sucedieron los hechos. A veces, el narrador altera el orden temporal anticipando o posponiendo hechos, con los que se produce una ruptura del orden cronológico. La duración del tiempo que se narra puede ser diverso: varios años, un día, unas horas... Espacio: Es el componente narrativo que se refiere al lugar en el que se desarrolla la acción y por el que se mueven los personajes. Puede haber espacios urbanos, rurales, domésticos, idealizados.