Este múltiplo calcula el retorno que obtendrá el inversionista por recibir los dividendos del periodo.  Adicional a la rentabilidad del dividendo, un buen inversor estará atento a la política de reparto de utilidades de la empresa.

Cálculo:

Dividend Yield = Dividendo / Precio

Un inversionista que adquiere una acción a 3.000 pesos y espera recibir un dividendo durante el año de 100 pesos, obtendrá un retorno anual de 3,33%.  El retorno se expresa en términos anuales, pese a que el inversionista puede adquirir la acción meses antes del pago de dividendos y no completaría un año con ella en su portafolio.

Para el cálculo se suele tomar el último dividendo anual conocido.  Si se tiene un pago de diferente periodo, como trimestral o semestral, este se debe anualizar y ajustar por estacionalidad.  También es útil calcularlo con el dividendo proyectado del periodo siguiente.

Este múltiplo se usa para evaluar que tan rentable puede ser el mantener la inversión y recibir los dividendos.  En primera instancia, acciones con tasas de dividendos altos suelen ser más atractivas, no obstante depende de su potencial de crecimiento y la tasa de retención de la compañía.

Una empresa que paga un alto porcentaje de sus utilidades como dividendo, podría tener un alto dividend yield, lo que la hace atractiva en el corto plazo y riesgosa en el largo plazo.  Compañías que no reinvierten sus utilidades pueden limitar su crecimiento en el largo plazo. 

El inversionista debe estar al tanto de la etapa en la en que se encuentra la compañía y su política de reparto de dividendos, esta última equivale al porcentaje de las utilidades que la compañía retiene y al que paga como dividendos.
Las compañías en crecimiento no suelen pagar dividendos, lo que equivale a retener el 100% de utilidades.  En este caso es más rentable reinvertir los recursos en el negocio que dárselos a los accionistas, este último podrá ganar más por la valorización dela acción que por el reparto de utilidades.

Cuando la compañía llega a la madurez, tiene un flujo de caja ahorrado y ve menor potencial de crecimiento, decidirá repartir dividendos.  En esta etapa se suele repartir el 50% de las utilidades y reinvertir la otra parte.  Para el inversionista empieza a pesar mucho más la decisión de recibir dividendos que la valorización.

Por último, una empresa que reparte 70% o más de sus utilidades, tiene que estar en un sector de altos márgenes de rentabilidad y en crecimiento, de lo contrario puede atentar contra la valorización de la acción en el largo plazo.  Compañías que no reinvierten utilidades limitan su potencial de expansión y de nuevas inversiones, incluso terminarían incrementando su nivel de endeudamiento afectando su posición financiera.

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