En primer lugar, podemos empezar por determinar la diferencia entre firma y rúbrica. La firma corresponde al nombre, siglas, apellido… es decir a la escritura y la rúbrica es aquello que empleamos para decorar, para personalizar nuestra firma.
La situación correcta de la firma sería en la zona inferior de la hoja, a la derecha, debe finalizar antes que el margen derecho. Respetará una distancia, respecto a la última línea de texto escrita, de unos 5 centímetros en cartas personales, y un mínimo de 7 centímetros en cartas profesionales. Es importante que la firma y la rúbrica no invadan el texto, no lo tachen.
Debe existir una concordancia entre la firma con su rúbrica y el texto, es decir, que el texto no tenga una letra muy pequeña y la firma sea con letra grande, o peor aún, con una rúbrica desproporcionada.
La firma es lo que mostramos a los demás, todos recordaréis cómo en el instituto o en el colegio practicabais la firma con los compañeros hasta conseguir una que os resultara bonita. Es vuestro sello personal.
Cuando hacemos una carta de presentación debemos aprovechar para dar a nuestro futuro entrevistador un imagen de lo que busca, alguien responsable, formal, ordenado, metódico. Todo ello va en total disonancia con una firma grande, con una rúbrica llena de lazos, envolvente, con florituras.
La sencillez es la mayor muestra de elegancia en todos los aspectos, en el maquillaje, en la ropa, en el peinado… por supuesto también lo es en la escritura.
Rubricalia 
Me parece que cuando se hace una carta de presentación, o se hace entrega de algún documento, la mejor manera de mostrar a nuestro entrevistador esa imagen de nuestra personalidad, de que se tiene presencia, respeto, de que se es capaz de afrontar cualquier reto laboral, etc. una firma grande o medianamente grande soportará nuestra personalidad y hablará bien de nosotros, en vez de presentar una firma pequeña, cerrada o que denote inferioridad. Tampoco habrá que exagerar en la magnitud de la firma. Saludos
Cesar, en primer lugar muchas gracias por participar y por tu aportación. El tipo de personalidad que cada trabajo requiere será, en realidad, quién nos de la oportunidad de optar al puesto. Seguramente una empresa que busque un relaciones públicas para el local de copas de moda preferirá alguien con una firma grande, abierta…que indique un carácter extrovertido, labia, confianza en sí mismo. La regla general nos dice que lo aconsejable es que existe una concordancia entre el texto manuscrito y la rubrica, es decir entre cómo somos y cómo nos mostramos.