¿De dónde se obtienen las cenizas usadas en el Miércoles de Ceniza?
El uso litúrgico de las cenizas se originó en los tiempos del Antiguo Testamento. Las cenizas simbolizaban el luto, la mortalidad y la penitencia.
Millones de católicos alrededor del mundo celebran el primer día de la Cuaresma, que da inicio con el Miércoles de Ceniza, acto en el que un sacerdote aplica cenizas en la frente en forma de cruz.
Por otro lado, el sacerdote invita a los fieles a reflexionar y meditar sobre las frases: “Polvo eres y en polvo te convertirás”, así como “Conviértete y cree en el evangelio”.
Pero, ¿de dónde vienen exactamente las cenizas que utilizan?
Según las instrucciones del Misal Romano, las cenizas son el resultado de la quema de los restos de las palmas bendecidas durante el Domingo de Ramos del año anterior.
Estas ramas se queman en un polvo fino y se mezclan con agua bendita o aceite de crisma para crear una pasta ligera.
Asimismo, en algunas partes del mundo, a veces se rocían cenizas secas en la cabeza, en lugar de convertirse en una pasta, según Time.
La abstinencia de comer carne es obligatoria desde los 14 años todos los viernes de cuaresma.
Compradores de ceniza
Si bien muchas parroquias usan el Miércoles de Ceniza como una oportunidad para agotar las palmas del año pasado, la Iglesia también permite la compra de cenizas a proveedores de artículos religiosos.
Foto: Mario Tama/Getty Images)
Foto: Mario Tama/Getty Images)
¿Por qué las palmas del Domingo de Ramos?
Hay un significado litúrgico en su uso. De acuerdo con el padre Randy Stice, director asociado de la Secretaría de Culto Divino para la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos:
“Esas ramas anuncian la Semana Santa, la muerte sufrida y la resurrección de Cristo”, dijo Stice.
“La fiesta del Domingo de Ramos ocurre al comienzo de la Semana Santa, que conduce a la Pascua. “Entonces eso nos ayuda a identificarnos con (Jesús) en la Cuaresma … nos conecta con eventos en la vida de Cristo”, dijo.
Las cenizas también han sido durante mucho tiempo un símbolo de arrepentimiento y conversión, incluso en el Antiguo Testamento, agregó Stice.
