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Los derechos de los niños y las niñas y... los deberes también

Los derechos de los niños y las niñas y... los deberes también

Bet Bartrina Comalat
Docente de cursos de tiempo libre educativo
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19.11.19

Los derechos de la infancia son aquellos derechos que tienen los niños y las niñas y los adolescentes por el mero hecho de haber nacido. Estos derechos son innatos, irrenunciables, inalienables y esenciales para una buena infancia y, por lo tanto, se convierten en obligatorios.

La primera declaración de los derechos del niño y la niña fue la Declaración de Ginebra de 1924 y fue redactada por Eglatyne Jebb, fundadora de la organización Save the Children. En el año 1959, las Naciones Unidas aprobaron una Declaración que incluía 10 principios contemplados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, pero que no bastaba para proteger a los niños y niñas porque no era obligatoria. Después de años de negociaciones con gobiernos, líderes religiosos, ONGs y otras instituciones, el 20 de noviembre de 1989 se aprobó el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña.  La Convención se convirtió en ley en 1990 y fue firmada y aceptada por 20 países.

Algunos de los derechos que aparecen en la Declaración de los derechos de los Niños y las Niñas son:

  1. Derecho a la igualdad, sin distinción de etnia, religión o nacionalidad.
  2. Derecho a una protección especial que asegure un crecimiento mental y social sano y libre.
  3. Derecho a un nombre y a una nacionalidad.
  4. Derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuados.
  5. Derecho a una educación y atención especiales para los niños y niñas con diversidad funcional.
  6. Derecho a la comprensión y al afecto por parte de las familias y de la sociedad.
  7. Derecho a la educación gratuita. Derecho a divertirse y a jugar.
  8. Derecho a una atención y ayuda preferentes en caso de peligro.
  9. Derecho a la protección contra el abandono y la explotación en el trabajo.
  10. Derecho a recibir una educación que fomente la solidaridad, la amistad y la justicia entre todos.

Hay muchos lugares en el mundo en los que estos derechos no están contemplados. En países como el nuestro todavía tenemos mucho por trabajar pero los derechos de los niños y niñas están tomando fuerza poco a poco.

Pero, ¿qué deberes comportan estos derechos en los niños, niñas y jóvenes?

Los adultos somos las personas responsables de facilitar el entorno y las condiciones para que los niños y las niñas puedan llevar a cabo estos deberes, porque como futuras personas responsables deben conocer que tienen unos derechos y los tienen que defender, pero también deben saber que tener derechos comporta tener deberes.

¿Cuáles son los deberes que acompañan implícitamente los derechos de los niños y las niñas?

Derecho a la igualdad: El deber de los niños y las niñas es saber ver a las otras personas como iguales: los compañeros y compañeras de la escuela como a niños y niñas que tienen una familia y que tienen unas obligaciones similares a las suyas y la familia como a personas que compartimos un hogar y que tenemos unas tareas a desarrollar que han de quedar bien repartidas, para estar en igualdad de condiciones. Evidentemente, las tareas en el hogar deben ser coherentes con la edad y las posibilidades de cada uno de nosotros. Los niños, niñas y jóvenes no sólo pueden hacerlo, sino que tener una responsabilidad en casa les ayudará a crecer como persona.

Derecho a una protección especial que asegure un crecimiento mental y social sano y libre:  Las familias, a menudo, a parte de proteger a nuestros hijos y hijas también  los apuntamos a hacer extraescolares entre semana o actividades de tiempo libre educativo el fin de semana como ir al cau o a l’esplai. El deber de los niños y las niñas es tratar bien a las personas que los cuidan y comprometerse a ir a las actividades de tiempo libre educativo, participando activamente en lo que se propone. Las actividades de educación no formal son el sitio donde los niños y niñas y jóvenes conocen la realidad de su entorno más cercano con personas con características y inquietudes parecidas a las suyas. En estos marcos educativos los niños y niñas conocen diferentes maneras de hacer de las de casa y se complementan con el objetivo de desarrollar el espíritu crítico del niño, niña o joven.

El derecho a un nombre y a una nacionalidad: Tener un nombre y una nacionalidad significa tener una identidad. De la misma manera que nos gusta que nos llamen por el nombre que tenemos es un deber de los niños, y las niñas y jóvenes hablar con respeto a las personas que los rodean, ya sean familiares, comerciantes, maestros... porque estas personas también tienen un nombre. Sentirse identificado con una nación significa conocer su historia, cultura y tradiciones y respetarlas. En cada lugar del mundo hay unas normas que se deben conocer y respetar para vivir en comunidad y armonía.

Derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuadas: Para disfrutar de una alimentación es importante saber comer de todo. Quizás un tipo de alimento no guste tanto pero es necesario aprovechar el momento en que se ofrece para degustarlo y, si es necesario, colaborar en su elaboración. Los deberes que se derivan de la vivienda son mantenerla limpia y ordenada y colaborar para que siga así. Disfrutar de una atención médica se traduce en tener el deber de seguir las indicaciones y pautas del doctor o doctora aunque, a veces, puedan parecer difíciles de seguir: hacer actividad física, mantener una dieta equilibrada y variada, dedicar menos tiempo a las pantallas y evitar el consumo de drogas, entre otras.

Derecho a una educación y atención especial para los niños y niñas con diversidad funcional: Todas las personas somos diferentes y por eso necesitamos una educación adaptada a nuestras características. El deber de los niños, niñas y jóvenes es aprovechar este derecho respetando las diferentes características de los compañeros y compañeras del grupo porque es una oportunidad para aprender y crecer como persona. Debemos trabajar para que todo el mundo encuentre su lugar en la sociedad.

Derecho a una comprensión y afecto por parte las familias y la sociedad: El deber derivado de este derecho es que toda persona, tanto niños, niñas como jóvenes y adultos, tenemos que ser capaces de escuchar a los demás y, siempre que sea posible, hacerlo desde la empatía. Las personas tenemos sentimientos y emociones y debemos tenerlo presente al hacer o decir cualquier cosa. Las acciones hechas con afecto posiblemente nos lleven a obtener resultados más palpables. Recordar de mostrar afecto a los demás nunca está de más y hace el camino más agradable a todos.

Derecho a una educación gratuita. Derecho a divertirse y a jugar: En nuestro país este derecho se convierte en un deber que es obligatorio hasta los 16 años. Ir a la escuela significa aprender de las personas que te rodean, niños, niñas y profesores, respetando las características de cada una de estas personas y trabajando y aprovechando todas las herramientas que se ofrecen día tras día. Jugar y divertirse está implícito en el hecho de ser un niño, niña o joven. Aprovechar los diferentes recursos y espacios con los que poder llevar a cabo esta acción: la escuela, la calle, las personas, la variedad de juegos y juguetes y los diferentes momentos que ofrece el día a día.

Derecho a recibir atención y ayuda preferente en caso de peligro: El deber es conocer a las personas y a las instituciones a quien dirigirse y por eso es necesario que los adultos que los acompañamos en el proceso de crecimiento les ofrezcamos la ayuda necesaria para llegar a las personas y a las instituciones que realmente les puedan ayudar. Es necesario saber cómo ofrecer ayuda a las personas que viven en una situación más vulnerable.

Derecho a la protección contra el abandono y la explotación en el trabajo: El deber de los niños y las niñas es ser niños y niñas y disfrutar de esta etapa de la vida. Es un deber de los adultos no permitir ni el abandono ni la explotación en el trabajo. Los niños y las niñas deben jugar, ir a la escuela y, sobre todo, ser amados y los responsables de que esto sea así somos los adultos. Los niños y las niñas tienen el deber de no dejar de lado a nadie ni hacerlo sentir mal.

Derecho a recibir una educación que fomente la solidaridad, la amistad y la justicia entre todos: El deber del niño y la niña es ser receptivo, colaborar en el proceso, ayudando a quienes más lo necesiten, respetando y cuidando de las personas que nos rodean y siendo críticos ante las acciones que no les parezcan correctas tratando de reconstruirlas para hacer un mundo mejor.

La Convención de las Naciones Unidas de 1989 sobre los Derechos del Niño y la Niña recoge los derechos de todos los menores de 18 años. Todos los derechos son igual de importantes y tenemos que trabajar para que se cumplan por todo el mundo. En este artículo, solo hemos trabajado 10.

Los niños y niñas han de conocer cuáles son sus derechos y también cuáles son sus deberes porque tener derechos es sinónimo de tener responsabilidades. Para que cada niño y niña pueda vivir con dignidad y desarrollarse, es necesario que estos derechos sean reconocidos y queden reflejados en las actitudes que tenemos en nuestro día a día.

 

Fuentes:

https://www.parlament.cat/document/cataleg/48039.pdf

http://www.amnistiacatalunya.org/edu/docs/nu-dec-infants-resum.htm

https://ca.wikipedia.org/wiki/Drets_de_la_inf%C3%A0ncia

https://www.unicef.es/sites/unicef.es/files/comunicacion/unicef-educa-CONVENCIO-SOBRE-ELS-DRETS-DE-L-INFANT-versio-resumida-cat.pdf