Decíamos en el artículo anterior que debíamos colocar a la bandera, símbolo de libertad, civilización y justicia, como al escudo y al himno,  en un lugar muy elevado y exigir que se le brinde un tratamiento reverente con un criterio de orden y respeto.

Señalábamos, entre otras cosas, que el lugar donde se guarde la bandera de ceremonias debía ser acorde al otorgamiento del máximo honor y respeto ya que ella simboliza la afirmación de los valores patrióticos del país. Lamentablemente no todos lo tienen en cuenta, y para fundamentar lo dicho sólo necesito de una imagen.

Sinceramente me avergüenza tener que publicar esta fotografía, tomada en una escuela pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero estoy seguro que lo mismo debe pasar en muchos establecimientos del país, y me atrevería decir, del mundo.

Para guardar la bandera de ceremonias existen distintos tipos de vitrinas y cofres. En las primeras no será necesario desarmarla y en los otros sí. Vean algunos ejemplos.

A la derecha observamos la bandera mexicana en una vitrina que permite guardarla armada.

En cuanto a cofres los hay de diferentes calidades y precios. Unos muy sencillos, y otros que son verdaderas obras de arte de un ebanista. Estos últimos son más para los museos y se los destina a la guarda de las banderas históricas o que ya no se usan.

No todos los establecimientos cuentan con los fondos o el presupuesto para la adquisición de este tipo de cosas, pero supongo que coincidirá con nosotros en que el gasto está por demás justificado, y si se tratara de una escuela muy humilde o rural, debería ser preocupación del Ministerio de Educación correspondiente efectuar la provisión.

Federico A. Luque Caamaño

Autor del Curso: «Cómo Aprender Ceremonial y Protocolo En Su Casa»; «Oratoria – Hablar sin Miedos»; y del libro “Urbanidad y Cortesía” publicado en Los Ángeles, California, U.S.A.