Salvar en InfomeDenlaceS        RSS Artículo        RSS Artículos relacionados

Los refrescos instantáneos y gaseosos, y los jugos artificiales contienen diferentes tipos de sustancias no nutritivas, que se añaden, generalmente, para mejorar su aspecto, realzar el sabor o favorecer su conservación. El consumo de estas bebidas no siempre es aconsejable, pues favorecen la ingesta excesiva de aditivos, no siempre inocuos, como el ácido fosfórico y la cafeína, a la vez que proporcionan exceso de calorías. El consumo de bebidas naturales (refrescos y jugos de frutas, leche, yogur) resultan más saludables.

Componentes principales
Saborizantes sintéticos más utilizados
Efectos nocivos para la salud
Importancia de la ingestión de alimentos naturales
Precauciones para el consumo de los productos sintéticos

¿Se ha preguntado alguna vez qué beneficio le proporciona la ingestión de un refresco instantáneo, un refresco gaseado o un jugo sintético? Es posible que la satisfacción de ver colmada su sed, no le haya llevado a conocer más sobre estas bebidas refrescantes que consume.

Componentes principales
Estas bebidas contienen diferentes tipos de sustancias no nutritivas conocidas como aditivos, los cuales se añaden para mejorar el aspecto, realzar el sabor o favorecer su conservación. Los aditivos pueden ser naturales o sintéticos siendo su naturaleza química muy variable. Se acostumbra a denominarlos comenzando por la letra E seguida de un número, mejor que por su nombre químico o común: colorantes (E-100 a E-199), edulcorantes (E-950 a E-967), conservantes (E-200 a E-299), antioxidantes (E-300 al E-399), emulsionantes y estabilizantes (E-400 a E-483). Para establecer la dosis máxima que puede consumirse sin efectos nocivos para la salud se les realizan estudios de toxicidad y seguridad para determinar IDA (ingesta diaria admisible) o DDA (dosis diaria aceptable), expresados en miligramos (mg) de aditivo por kilogramo (kg) de peso corporal. Estos se establecen mediante investigaciones científicas y según criterios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de estas normas de seguridad el consumo de aditivos no es aconsejable, ya que por una parte es difícil precisar si una persona sobrepasa o no el IDA de un aditivo, puesto que este puede encontrarse en diferentes alimentos, y por otra parte está la garantía que puede ofrecer el fabricante en el cumplimiento de las normas exigidas.

Los colorantes, saborizantes, edulcorantes y conservantes son componentes principales en refrescos instantáneos, jugos artificiales deshidratados y refrescos gaseosos. En general, los colorantes figuran entre las sustancias con inducción potencial de alergias o garantías de seguridad engañosas. El caramelo (E-150) es un colorante natural que da el color marrón y es el más frecuente en las bebidas refrescantes, junto con el amarillo quinoleína (E-104), que da el color naranja y cuyo empleo no está autorizado en países como, Estados Unidos, Canadá y Japón. El azul patente (E-131) que da el color azul violeta, se reporta que puede producir anafilaxia en niños predispuestos. La tartrazina (E-102) es utilizada para dar color rojizo, está prohibido en muchos países, pero se sigue empleando en refrescos, yogures de fresa, batidos, helados. Produce reacciones adversas (alergias no graves con manifestaciones cutáneas o respiratorias) en personas asmáticas y en alérgicos al ácido acetilsalicílico (aspirina). La dosis diaria admisible está en 7,5 microgramos, pero si se consumen varios alimentos que lo contengan es fácil superar esta cantidad.

Saborizantes sintéticos más utilizados
Entre los saborizantes sintéticos más empleados están los ácidos cítrico, tartárico, fosfórico (en bebidas de cola), láctico (en bebidas de jarabe de glucosa), málico, acético, ascórbico y nicotínico. Algunos cumplen más de una función, por ejemplo, el ácido cítrico (E-330), también se utiliza como conservante o antioxidante. Aparece en algunas listas negras como "potencialmente cancerígeno", aunque también se dice que se trata de un aditivo inofensivo.

Efectos nocivos para la salud
Para endulzar los refrescos gaseados es común el empleo de la sacarosa o azúcar de caña, alimento muy calórico. Entre los sintéticos, los más utilizados son el aspartamo (E-951), los ciclamatos (E-952) y la sacarina (E-954), sustancias de muy bajo contenido calórico. Los estudios realizados en humanos demuestran la inexistencia de riesgo al consumir en los niveles de 11 mg/kg de peso los ciclamatos y 5 mg/kg de peso la sacarina. Este es un edulcorante muy potente, 200 veces más dulce que la sacarosa, con un típico sabor amargo post-deglución. No se metaboliza por el organismo y es excretado en la orina; se le relaciona con la formación de bloqueos en la función renal, otros efectos son objeto de discusión actualmente. En diversos países estos mensajes aparecen en las etiquetas de las bebidas que la contienen: "El consumo de esta sustancia puede ser peligroso para su salud" o "Este producto contiene sacarina, sustancia que ha sido determinada como agente causante de cáncer en animales de laboratorio".

En 1991 se prohibió su uso por la Food and Drug Administration (FDA) EE.UU., luego de numerosas investigaciones. De los ciclamatos (ácido ciclámico y sus sales de sodio y calcio) no se conocen aún muy bien sus efectos, aunque se le relaciona con la interferencia en la síntesis de las hormonas tiroideas y en la inducción de alergias en los humanos. Estudios recientes realizados por la OMS y otros permiten suponer potencialidades cancerígenas y efectos mutagénicos; se encuentran totalmente prohibidos en Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña y Francia, desde 1970. El aspartamo es unas 180 veces más dulce que el azúcar de caña. Está totalmente desaconsejado en pacientes que padezcan fenilcetonuria, porque les aporta cantidades suplementarias de feninalamina, producto de su biodegradación. Algunas investigaciones europeas señalan que tiene propiedades neurotóxicas y está relacionado con cánceres cerebrales. Se sospecha que tiene alguna correlación con el mal de Alzheimer. En Europa y el Japón se han dispuesto prohibiciones relacionadas con ciertos usos del mismo.

El conservante benzoato de sodio (E-211) es uno de los más utilizados. Se discute su relación con alergias y síndrome de hiperactividad en niños.

Las bebidas gaseosas, además de los aditivos mencionados tienen una buena proporción de agua carbonatada en su composición, a diferencia de los refrescos instantáneos y jugos deshidratados que carecen de ella. El gas contenido en los refrescos gaseosos es el dióxido de carbono, adicionado a presión, en el momento de su expendio o durante los procesos de embotellado o enlatado.

Los refrescos de cola se diferencian de los de otros sabores por su contenido de cafeína, sustancia excitante. A la cafeína son particularmente sensibles los niños, ancianos y embarazadas (su efecto alcanza la placenta). A dosis moderadas (85-250 mg/día) produce efectos agradables en el organismo de los adultos sanos, es un tónico cardiaco, lo que conduce a un pulso más amplio y fuerte y a un aumento temporal de la tensión arterial, y actúa sobre el sistema nervioso, facilitando el trabajo intelectual y la actividad muscular. Sin embargo, si las cantidades ingeridas son demasiado elevadas (400-600 miligramos de cafeína diarios, durante más de una o dos semanas), sus efectos para el organismo pueden llegar a ser muy nocivos, dando lugar a crisis de ansiedad, insomnio, temblores, etc.

Una lata de refresco de cola, es una fuente importante de cafeína, contiene en torno a 40-50 mg. Algunos tienen cantidades nada despreciables de ácido fosfórico, sustancia que tiene un efecto desmineralizante del hueso cuando se eleva su ingesta en la dieta. Las calorías que aportan estos refrescos son "vacías", es decir, no nutren al organismo. Una lata de refresco de cola convencional (330 mL) que lleva incorporado sacarosa o azúcar común, contiene unos 30-35 g de esta sustancia; lo que supone unas 140 calorías por lata. Los refrescos de cola, consumidos ocasionalmente y en cantidades razonables, pueden considerarse inocuos, pero su consumo desmesurado, conduce a la ingesta excesiva de aditivos como el ácido fosfórico y la cafeína, a la vez que proporcionan exceso de calorías, lo que resulta perjudicial para el desarrollo y mantenimiento óseo, el equilibrio del sistema nervioso y para el alcance de un peso adecuado.

Hoy día, existen refrescos sin calorías o light, que sustituyen el azúcar común por edulcorantes no calóricos (ciclamato, sacarina, aspartamo), que son un arma de doble filo, y otros con un contenido bajo en cafeína, más adecuadas para niños y adolescentes. Sin embargo, las light, siguen aportando cantidades significativas de ácido fosfórico, y en el caso de las descafeínadas tienen mayor cantidad de endulzantes que las cafeínicas. Un refresco contiene unas 150 calorías, de las cuales como mínimo 100 proceden del endulzante. Beber una gaseosa al día significa ganar medio kilo al mes y más de 5 kilos en un año, aproximadamente.

Importancia de la ingestión de alimentos naturales
Para lograr mantener un peso adecuado nada mejor que la ingestión de las frutas y vegetales frescos, son los más saludables, ya que aportan una cantidad más o menos considerable de vitaminas, minerales y oligoelementos, son una fuente excelente de enzimas, sustancias que facilitan las reacciones bioquímicas, esenciales para la digestión y la absorción de alimentos y para la producción de energía a nivel celular. Es mejor comer fruta que beberla en jugos para no eliminar parte de la fibra y de sus nutrientes, pero muchas frutas nos resultan más agradables en forma de jugos o refrescos y hay ocasiones en que los alimentos líquidos pueden ser los más deseados. Se deben tomar justo después de preparados, pues mantienen todas sus propiedades, al contacto con el aire pierden vitaminas. Una ventaja innegable es que incrementan el aporte de agua necesaria para el óptimo desempeño de las funciones vitales del organismo. Se recomienda la ingestión diaria de al menos ochos vasos de agua al día, ya sea como agua potable o en otros alimentos, los jugos y refrescos naturales pueden contribuir a hacer mas placentera esta necesidad orgánica.

En la cocina tradicional cubana tenemos bebidas tan agradables como, el agua de coco, el refresco de tamarindo, el jugo de mango, guayaba, piña o naranja, los batidos de mamey o frutabomba que presentan valores nutricionales y medicinales comprobados. Algunas recetas de antaño preparadas a partir de frutas, como el agua de coco y mamey, la garapiña (a partir de la cáscara de piña), la champola (a partir de la pulpa de la guanábana) o el prú oriental y el agua loja, a partir de especies y/o plantas, que prácticamente hoy no se consumen, ni se conocen. También, la leche y el yogur natural resultan bebidas muy nutritivas, recomendadas especialmente para los pequeños de la casa, por ser fuente de proteínas y por el aporte de calcio y vitaminas; la leche de soya es una bebida con casi el mismo valor nutritivo que la leche de vaca. Para hacer el yogur en casa, basta añadir una cucharada del mismo a un litro de leche(que debe estar previamente hervida y a una temperatura de alrededor de 45 grados para que pueda realizarse la fermentación correctamente). Esa mezcla se coloca en un lugar templado durante unas 3 horas (a 45 º C). Después de cuajar se guarda en el refrigerador.

Sin embargo no siempre sabemos elegir lo más saludable y preferimos consumir bebidas artificiales, producidas a partir de un cierto número de sustancias sintéticas, que resultan agradables al paladar y son muy fáciles de adquirir o preparar, pero que tienen componentes que a corto o largo plazo resultan perjudiciales a la salud.

Precauciones para el consumo de los productos sintéticos
Si finalmente se opta por una de esas bebidas “chatarra” es aconsejable realizar una lectura detenida de las etiquetas a la hora de adquirir un producto, especialmente, si van destinados al consumo infantil, para elegir aquellos que tengan menos aditivos. Es fácil que algunos de estos aparezcan disimulados bajo su nombre común, digamos sorbitol, en vez de usar el código establecido (E-420) o que la poca información sobre la valoración nutricional no refleje con certeza si contienen o no aditivos. No son los alimentos de colores más atrayentes o intensos los más saludables, es tarea de los mayores educar a niños y niñas en este aspecto. Si se gana una cierta cultura a la hora de la compra, también se garantiza la salud.

¿Está usted ahora en condiciones de elegir que es lo más conveniente para refrescar?

Palabras claves: refrescos cola, aditivos, jugos y refrescos deshidratados

Enlaces relacionados

Artículos en Ponle Vida
Alimentos chatarra

Artículos en Salud Vida
Sobre cafeína y salud 

Artículos en la red nacional
Tratan de reducir consumo de comida chatarra por aumento de obesidad
 

Asesora: Lic. Isabel Martín
Edición: Diana Suárez Companioni
Fotografía: Diana Suárez Companioni

24 de mayo de 2006

Salud Vida