POLVO

v. Ceniza
Gen 2:7 Dios, formó al hombre del p de la tierra
Gen 3:19 la tierra .. pues p eres, y al p volverás
Gen 13:16 tu descendencia como el p de la tierra
Gen 18:27 he comenzado a hablar .. aunque soy p
Exo 8:16 extiende tu vara y golpea el p de la
Num 23:10 ¿quién contará el p de Jacob, o el
Deu 9:21 reducido a p; y eché el p .. en el arroyo
Deu 28:24 dará Jehová por lluvia a .. p y ceniza
Jos 7:6 él y los ancianos .. echaron p sobre sus
Job 2:12 esparcieron p sobre sus cabezas hacia el
Job 5:6 la aflicción no sale del p, ni la molestia
Job 7:5 mi carne está vestida .. de costras de p
Job 10:9 diste forma, ¿y en p me has de volver?
Job 20:11 su juventud, mas con él en el p yacerán
Job 21:26 yacerán ellos en el p, y gusanos los
Job 27:16 amontone plata como p, y prepare ropa
Job 30:19 lodo, y soy semejante al p y a la ceniza
Job 34:15 perecería .. y el hombre volvería al p
Job 38:38 cuando el p se ha convertido en dureza
Job 39:14 sus huevos, y sobre el p los calienta
Psa 30:9 ¿te alabará el p? ¿Anunciará tu verdad?
Psa 104:29 el hálito, dejan de ser, y vuelven al p
Psa 119:25 abatida hasta el p está mi alma
Ecc 3:20 hecho del p, y todo volverá al mismo p
Ecc 12:7 el p vuelva a la tierra, como era, y el
Isa 40:15 como menudo p en las balanzas le son
Isa 47:1 desciende y siéntate en el p, virgen hija
Isa 65:25 el p será el alimento de la serpiente
Lam 2:10 echaron p sobre sus cabezas, se ciñeron
Mic 1:10 mucho; revuélcate en el p de Bet-le-afra
Mat 10:14; Mar 6:11; Luk 9:5 sacudid el p .. pies
Luk 10:11 el p .. que se ha pegado a nuestros pies
Act 13:51 sacudiendo contra ellos el p de sus
Act 22:23 ellos gritaban .. y lanzaban p al aire


tierra muy deshecha y menuda que se levanta fácilmente en el aire.

Los hebreos se echaban en la cabeza polvo y ceniza en señal de duelo Jos 7, 6; 1 S 4, 12; 2 S 1, 2; 15, 32; de aflicción, Jb 2, 12; para hacer penitencia, Ne 9, 1; Lm 2, 10; se sentaban en él como señal de pena o aflicción, Jb 2, 8; En sentido figurado, hacer morder, tocar, el polvo equivale a derrotar, humillar a alguien, Sal 72 (71), 9; Is 26, 5; para significar la tumba, el seol, Sal 22 (21), 16 y 30; 30 (29), 10; 90 (89), 3; Jb 17, 16; el hombre es polvo y a el volverá, 103 (102), 14; Jb 10, 9; Qo 3, 20; 12, 7; Si 17, 32; 33, 10.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., †™avaq, polvo, †™aphar, polvo; gr., koniortos, polvo, chous, arcilla, tierra). En el clima cálido y seco del antiguo Cercano Oriente, el polvo era una realidad que ocasionaba prácticas tales como lavarse los pies al entrar a una casa (Joh 13:1-17). Simbólicamente,
( 1 ) echarse polvo en la cabeza era una señal común de duelo o arrepentimiento (Job 2:12; Rev 18:19).
( 2 ) Sacudirse el polvo de los pies era una señal de no tener más responsabilidad por el lugar donde se habí­a levantado el polvo, dejando así­ esa zona para el juicio de Dios (Mat 10:14; Luk 9:5; Luk 10:11; Act 13:51). Al decir que los seres humanos eran de polvo (1Co 15:47-49), Pablo estaba haciendo eco de un tema fuerte del AT que dice que el hombre fue hecho del polvo y vuelve al polvo (Gen 2:7; Gen 3:19; Job 4:19; Job 17:16).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

El hombre salió del polvo, y al polvo volverá: Gen 2:17, Gen 3:19, Gen 18:27, Job 10:9, Job 34:15, Sal 103:14, Sal 104:29, Ecl 12:7, 1Co 15:47.

– Esparcido en la cabeza en señal de duelo, Jos 7:6, Job 2:12, Lam 2:10.

– Emblema de degradación, Gen 3:14-1 52Cr 2:8, Job-2Cr 42:6, Sal 72:9, Neh 3:18.

– Sí­mbolo de gran multitud, Gen 13:16, Num 23:10, Job 23:24, Sal 78:27.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Dios †œformó al hombre del p. de la tierra† (Gen 2:7). Es sí­mbolo de humildad y de situación desvalida. Así­, Dios †œlevanta del p. al pobre† (1Sa 2:8; 1Re 16:2; Isa 26:5). Por eso una manifestación de duelo consistí­a en echar polvo, o ceniza, sobre la cabeza (Jos 7:6; Job 2:12). También es sí­mbolo de muerte: †œp. eres y al p. volverás† (Gen 3:19; Job 17:16; Sal 22:15) y de numerosidad: †œHaré tu descendencia como el p. de la tierra† (Gen 13:16). La acción de sacudir el polvo de los pies al salir de un lugar que habí­a rechazado el mensaje apostólico puede entenderse como una protesta que indicaba que dicho lugar era considerado de gentiles o bárbaros (Mat 10:14; Mar 6:11; Luc 9:5; Luc 10:11).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, TIPO COST

vet, Pequeñas partí­culas de materia que componen la tierra; del polvo fue formado el hombre, y al caer en pecado le fue dicho: “Polvo eres, y al polvo volverás” (Gn. 2:7; 3:19). “El primer hombre es de la tierra, terrenal” (1 Co. 15:47). Se usa como sí­mbolo de debilidad: “Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo” (Sal. 103:14). “Lamer el polvo” es una figura de derrota (Sal. 72:9). Echar polvo sobre la cabeza era una señal de dolor (Ez. 27:30; Ap. 18:19). Sacudir el polvo de los pies, al abandonar una ciudad en la que se hubiera rechazado a los siervos de Cristo, significaba abandonarlos al juicio (Mt. 10:14; Hch. 13:51). Lanzar polvo al aire era una expresión de gran indignación (Hch. 22:23).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Conjunto de partí­culas sólidas pequeñí­simas suficientemente ligeras para ser levantadas y llevadas con facilidad por las corrientes de aire. Los fuertes vientos que barren las áridas regiones desérticas dan origen con frecuencia a tormentas de polvo que, en opinión de algunos, son más temibles que las tempestades marinas. Las erupciones volcánicas, los incendios y la agricultura son algunas de las causas del polvo mineral. La vegetación también produce polvo, en forma de polen, moho, fibras y partí­culas de semillas, y los animales producen polvo de modo indirecto a través de heces secas, pelo y bacterias. El vocablo hebreo para polvo que con más frecuencia se utiliza en la Biblia es `a·fár, que también puede traducirse †œtierra seca† y †œmortero de barro†. (Gé 26:15; Le 14:41, 42.)
Aunque para algunas personas el polvo no pasa de ser una molestia, es una provisión del Creador esencial para la existencia y el bienestar de la humanidad. Es uno de los factores principales que contribuyen a la condensación de la humedad en forma de lluvia, niebla o neblina, que son esenciales para el crecimiento de las plantas. Por otro lado, sin la propiedad que tiene el polvo atmosférico de dispersar la luz, los ojos de las criaturas de la Tierra estarí­an expuestos al insoportable deslumbramiento de los rayos directos del Sol, y no se producirí­an los conocidos fenómenos del crepúsculo y las puestas de sol de colores hermosos.
El Creador se valió del †œpolvo del suelo† para formar al primer hombre (Gé 2:7; 1Co 15:47, 48); y cuando se sentenció a Adán por desobedecer la ley de Dios, Jehová decretó: †œA polvo volverás†. (Gé 3:19.) Dios también pronunció una maldición de gran significado profético cuando dijo a la serpiente en Edén: †œSobre tu vientre irás, y polvo es lo que comerás [o, morderás] todos los dí­as de tu vida†. (Gé 3:14.)

Sí­mbolo de fragilidad, mortalidad y condición humilde. En vista de que el hombre cayó de la perfección, el polvo a veces se utiliza de manera figurada para representar la fragilidad del ser humano. Dios muestra misericordia a los que le temen, †œy se acuerda de que somos polvo†. (Sl 103:13, 14; Gé 18:27.) También es un sí­mbolo de la mortalidad de los seres humanos, pues al morir †œa su polvo vuelven†. (Sl 104:29; Ec 3:19, 20; 12:1, 7.) Como el hombre vuelve al polvo cuando muere, a la sepultura se la llama a veces de manera figurada †œel polvo†. (Sl 22:29; 30:9.) El polvo del suelo puede denotar una condición humilde. Jehová es †œUno que levanta del polvo al de condición humilde†. (1Sa 2:8; Sl 113:7.)

Representa muchedumbres. Las partí­culas de polvo se utilizan en las Escrituras como sí­mil de multitudes grandes o de la imposibilidad del hombre de determinar su número. Por ejemplo, Dios prometió a Abrán (Abrahán): †œConstituiré a tu descendencia como las partí­culas de polvo de la tierra†. (Gé 13:14, 16.) Jehová también hizo una promesa similar a Jacob. (Gé 28:10, 13, 14.) Con relación a los israelitas durante su viaje por el desierto, Balaam preguntó: †œ¿Quién ha numerado las partí­culas de polvo de Jacob, y quién ha contado la cuarta parte de Israel?†. (Nú 23:10.) Jehová habí­a hecho crecer en gran manera la descendencia de Abrahán por medio de Isaac y Jacob. Se hace referencia a la abundancia de codornices que Jehová proveyó para su pueblo en el desierto con las palabras: †œY procedió a hacer llover sobre ellos subsistencia lo mismo que polvo, aun criaturas voladoras aladas, lo mismo que los granos de arena de los mares†. (Sl 78:27; Ex 16:11-18; Nú 11:31, 32.)

Juicio de Dios a las naciones. Debido a la insignificancia de las naciones desde el punto de vista de Dios, El las considera †œcomo la capa tenue de polvo en la balanza†. (Isa 40:15.) El imponente poder de Jehová quedó manifiesto en los golpes que asestó a Egipto, una de estas naciones. Antes de que comenzase la tercera plaga, Aarón, de acuerdo con el mandato de Dios a Moisés, †œextendió su mano con su vara y golpeó el polvo de la tierra, y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia†. Cuando vieron que esto habí­a ocurrido por toda la tierra de Egipto, los sacerdotes practicantes de magia, incapaces de imitar este milagro, tuvieron que admitir: †œÂ¡Es el dedo de Dios!†. (Ex 8:16-19.)
De igual manera, los israelitas sabí­an que si no viví­an en conformidad con los mandamientos de Dios, podí­an esperar varias maldiciones, entre ellas sequí­a, pues se les dijo: †œJehová dará por lluvia a tu tierra ceniza y polvo. Desde los cielos vendrá sobre ti hasta que hayas sido aniquilado†. (Dt 28:15, 24.)

Sí­mbolo de duelo y humillación. Como muestra de duelo por la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios en 607 a. E.C., los ancianos de la ciudad se sentaron en el suelo en silencio e hicieron †œsubir polvo sobre su cabeza†. (Lam 2:10.) Muchos años antes, Jehová habí­a pedido a Babilonia por medio de Isaí­as que bajase de su trono, diciéndole: †œBaja y siéntate en el polvo, oh virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra donde no hay trono, oh hija de los caldeos†. (Isa 47:1.) Babilonia quedó reducida a esta condición humillante en 539 a. E.C., cuando los medos y los persas la conquistaron. Debido a la destrucción de la simbólica Babilonia la Grande, se representa a los capitanes de barcos, viajeros, marineros y a todos los que se ganan la vida en el mar, echándose polvo sobre la cabeza y lamentando su devastación. (Rev 18:17-19.)

Otros usos. Las Escrituras también relacionan el polvo con el arrepentimiento. Cuando Job se retractó por haber hablado sin entendimiento al defender su causa ante Jehová, dijo: †œDe veras me arrepiento en polvo y ceniza†. (Job 42:1, 3, 6.)
Hacer que los enemigos †˜laman el polvo†™ significa vencerlos y subyugarlos por completo. (Sl 72:9; Miq 7:16, 17.) Lanzar el polvo al aire o arrojarlo contra alguien eran maneras de expresar firme desaprobación hacia esa persona. En algunas partes de Asia es costumbre exigir justicia contra un criminal arrojándole polvo. Enfurecida sin justificación por ciertas palabras de Pablo, una muchedumbre mostró su animosidad contra él en Jerusalén †œlanzando polvo al aire†. Tanto su agitada manifestación como sus palabras demostraron al comandante militar que desaprobaban a Pablo. (Hch 22:22-24.) De manera similar, Simeí­ manifestó que desaprobaba el reinado de David andando †œen senda paralela a la de él para poder invocar el mal; y siguió tirando piedras mientras seguí­a en senda paralela a la de él, y tiró mucho polvo†. (2Sa 16:5-13.)
Jesucristo dijo a sus discí­pulos que cuando alguien no los recibiera o no escuchara sus palabras, tení­an que sacudir o limpiar el polvo de sus pies al salir de aquella casa o de aquella ciudad. Esto suponí­a un †œtestimonio contra ellos†, pues los seguidores de Jesús se marchaban pací­ficamente y dejaban que aquella casa o ciudad se enfrentara a las consecuencias que pudieran venir de parte de Dios. (Mt 10:11-15; Lu 9:5; 10:10-12; Hch 13:50, 51.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

>apar (rp;[; , 6083), “polvo; terrones; yeso; ceniza”. Se encuentran cognados de este vocablo en ugarí­tico, acádico, arameo, sirí­aco y arábigo. Aparece unas 110 veces en todas las épocas del hebreo bí­blico. El nombre se refiere a “tierra suelta y porosa” o sea “polvo”. En la primera ocasión en que se usa en la Biblia, >apar parece significar eso mismo, “tierra suelta y porosa”: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida” (Gen 2:7). En Gen 13:16, el término se refiere a las “partí­culas más menudas del suelo”: “Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra” (rva). Cuando se escribe en plural, el nombre puede significar un “montón de polvo” o sea “terrones”: “No habí­a hecho aún la tierra, y la hierba, ni los primeros terrones del orbe” (Pro 8:26 nbe; “ni el principio del polvo del mundo” rvr, cf. nrv; “polvo primordial” nvi, cf. bj; “polvo primero” lba). >Apar puede significar “argamasa o yeso seco y desmenuzado”: “También hará raspar toda la casa por dentro, y el polvo resultante será arrojado fuera de la ciudad, a un lugar inmundo” (Lev 14:41 rva). En Lev 14:42 el término quiere decir “yeso húmedo” o “mezcla”: “Luego tomarán otras piedras y reemplazarán aquellas piedras; y él tomará otra mezcla [“barro” rvr] y volverá a recubrir la casa” (lba). En Deu 9:21, >apar indica un “material molido fino”: “Yo tomé vuestro pecado, el becerro que habí­ais hecho, y lo quemé en el fuego. Lo desmenucé moliéndolo bien, hasta reducirlo a polvo, el cual arrojé a la quebrada que descendí­a del monte” (rva). >apar puede referirse a las “cenizas” de alguna cosa quemada: “Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcí­as, a los sacerdotes de segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de Jehová todos los utensilios que habí­an sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los cielos; y los quemó fuera de Jerusalén †¦ e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el” (2Ki 23:4). En un uso algo parecido, el vocablo indica las “cenizas” de un holocausto (Num 19:17). A veces se llama “polvo” a los “escombros” de una ciudad: “Así­ me hagan los dioses y aun me añadan, si el polvo de Samaria basta para llenar las manos de todo el pueblo que me sigue” (1Ki 20:10 rva). En Gen 3:14 la maldición de la serpiente fue comer “polvo” para siempre (cf. Isa 65:25; Mic 7:17). En Job 28:6 encontramos otro matiz que proviene de las caracterí­sticas del polvo, un paralelismo entre >apar y “piedras”, lo que hace suponer que el término aquí­ significa “suelo”: “Sus piedras son yacimientos de zafiros, y su polvo contiene oro” (lba). >apar puede servir como sí­mbolo de “superabundancia”, o de una “gran masa” de algo. Este uso, que ya se citó (Gen 13:16), reaparece en su cumplimiento en Num 23:10 “¿Quién contará el polvo de Jacob, o el número de la cuarta parte de Israel?” >Apar se refiere a “total destrucción” en 2Sa 22:43 “Como polvo de la tierra los molí­; como lodo de las calles los pisé y los trituré”. En Psa 7:5 el término quiere decir “sin valor” o “inútil”: “Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; huelle en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo” (rvr; “por los suelos” nvi). Experimentar derrota es “lamer el polvo” (Psa 72:9) y recuperarse de una derrota es “sacudirse el polvo” (Isa 52:2). Esparcir “polvo” (“tierra”) delante de alguien comunica vergüenza y humillación (2Sa 16:13); mientras que aflicción o duelo se expresa en varias acciones que indican abatimiento, entre ellas echarse “polvo” o “tierra” en la cabeza (Jos 7:6). Abraham se considera “polvo y ceniza”, o sea que no es realmente importante (Gen 18:27). En Job 7:21 y en pasajes semejantes, >apar se refiere al “polvo” de la tumba: “Pues ahora yaceré en el polvo, y si con diligencia me buscas, ya no estaré” (rva). El mismo vocablo se usa también como un sí­mil de un “ejército desparramado”: “Porque el rey de Siria los habí­a destruido y los habí­a dejado como polvo de la trilla” (2Ki 13:7 rva).

Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento

1. koniortos (koniortov”, 2868), polvo levantado o flotante (konia, polvo; ornumi, agitar). Se halla en Mat 10:14; Luk 9:5; 10.11; Act 13:51; 22.23.¶ 2. cous o coos (cou`” o covo”, 5522), de queo, derramar; primariamente tierra excavada, un montón de tierra, luego tierra suelta o polvo. Se utiliza en Mc 6.11 y Rev 18:19:¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

El heb. ˒āḇāq, ˓āfār, polvo de la tierra, se usa literalmente y en símiles para expresar: multitud (Gn. 13.16; Is. 29.5); pequeñez (Dt. 9.21; 2 R. 13.7); pobreza (1 S. 2.8); humillación (Gn. 18.27) (* Cenizas ); polvo sobre la cabeza como señal de tristeza (Job 2.12; Ap. 18.19); contrición (Jos. 7.6).

Se destaca la condición humilde del hombre por haber sido tomado del polvo (Gn. 2.7; Job 4.19; Sal. 103.14), y porque finalmente vuelve al polvo (Gn. 3.19; Job 17.16). Pablo distingue el presente cuerpo mortal como “la imagen del [hombre] terrenal”, heredada de Adán, del cuerpo inmortal, o “espiritual” con que ha de ser revestido en el día de la resurrección, como “la imagen del [hombre] celestial” (1 Co. 15.44–49). La serpiente está condenada a “comer polvo” (Gn. 3.14), y sacudirse el polvo de los pies es advertencia de juicio (Mt. 10.14–15; Hch. 13.51).

P.A.B., F.F.B.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico