NAZARENO

Mat 2:23 profetas, que habría de ser llamado n
Act 24:5 plaga .. y cabecilla de la secta de los n


Nazareno (gr. nazí‡ráií‡s y nazar’nós, “de Nazaret”). 1. Término aplicado a Cristo (Mat 2:23; Mar 14:67; etc.). Como el pasaje de Mateo habla de Nazaret como la aldea paterna de Jesús, parece que el autor lo usa en el sentido de “habitante de Nazaret”. Sin embargo, su afirmación de que era el cumplimiento de una profecí­a provoca una dificultad, porque no se la puede encontrar en el AT. Es posible, por supuesto, que Mateo se refiriera a alguna predicción inspirada que no está contenida en el canon sagrado. Algunos comentadores han interpretado nazí‡ráií‡s como “nazareo”, pero Jesús no fue nazareo (Mat 11:19; Luk 7:33, 34; cf Num 6:2-4). Otros piensan que el término griego se refiere a la profecí­a mesiánica de Isa 11:1, que habla del nêtser, “vástago”, y que Nazaret pudo haber derivado su nombre de la raí­z de esa palabra (nâtsar). 2. Término aplicado a los cristianos (Act 24:5) como seguidores del que provino de Nazaret, es decir, Jesucristo. Parece haber sido usado en forma despectiva.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

nacido en ® Nazaret. Según otras versiones, nazoreo. Nombre dado a Jesús, Mt 2, 23; Hch 26, 9, que posteriormente se aplicó por extensión a sus seguidores, Hch 24, 5. Avisado José, en sueños, se retiró a vivir en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será llamado N. o Nazareo, Mt 2, 22-23. Otros autores relacionan el nombre de N. o Nazoreno con nazir ( ® nazireato). En Siria, principalmente, llaman nazarenos a los cristianos, Hch 24, 5.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

1. Término derivado de Nazaret, lugar donde se crió Jesús. Jesús a menudo fue llamado nazareno. Cuando la expresión era utilizada por sus amigos, tení­a una connotación positiva (Act 2:22; Act 3:6). Cuando la utilizaban sus enemigos, era un desprecio (Mat 26:71; Mar 14:67). Por lo general se piensa que Mateo (Mat 2:23) se refiere a Isa 11:1, donde el Mesí­as es llamado nétzer, o un vástago de las raí­ces de Isaí­. El nombre Nazaret probablemente se derivaba de la misma
raí­z.
2. En Act 24:5 se denominan nazarenos los adherentes al cristianismo.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Natural de Nazaret. Fue un apelativo aplicado con frecuencia al Señor Jesús, a quien le decí­an †œel n.† Mat 2:23 dice que el haber venido a vivir en Nazaret fue †œpara que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habrí­a de ser llamado n.† Nazaret, en hebreo, viene de netzer, o sea retoño, renuevo (Isa 11:1; Jer 33:15; Zac 3:8; Zac 6:12). Los que aplicaban el término al Señor, sin embargo, lo hací­an para resaltar que Nazaret era algo sin importancia. El mismo Natanael preguntó: †œ¿De Nazaret puede salir algo bueno?† (Jua 1:46). Con ese sentido despectivo muchos usaron el calificativo de n. añadido al nombre del Señor Jesús, al punto de incluirlo en el letrero que se puso sobre su cabeza en la cruz (Jua 19:19). Pero el Señor Jesús no se avergonzó nunca de ser llamado †œde Nazaret†, aplicándose el nombre él mismo (Hch 22:8). Durante un tiempo a sus seguidores también les llamaban n. (Hch 24:5).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

ver, NAZARET

vet, = “de Nazaret”. (a) Nacido en Nazaret o residente allí­ (Mt. 2:23; 26:71; Mr. 16:6). En Is. 11:1 el Mesí­as recibe el nombre de “nêser”, vara del tronco de Isaí­. Es un retoño de la familia real, que ha quedado privada de su gloria y reducida a la humildad de su primer origen. Las versiones castellanas tienen asimismo “renuevo” (Jer. 23:5; 33:15; Zac. 3:8; 6:12). El evangelista vio el cumplimiento de la profecí­a de Isaí­as en la intervención providencial que indicaba a los padres de Jesús que debí­an de instalarse en Nazaret (Mt. 2:23). Si Nazaret significa “protectora” o “guardiana”, Mateo ve indudablemente el cumplimiento de la profecí­a en la analogí­a de sonido y en la poca reputación que tení­a la ciudad y sus habitantes. Pero si el nombre deriva de la misma raí­z que “nêser” (véase NAZARET), el cumplimiento de la profecí­a se encuentra en el sentido común de las dos expresiones (Mt. 26:71, gr. “Nazõraios”, de Nazaret, o nazareno; cfr. Mr. 16:6). (b) Adepto al cristianismo; término de menosprecio (Hch. 24:5).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Habitante de Nazareth. A Jesús le denominaron “nazareno”, por ser galileo de esta aldea con no buena reputación. Y parece que a los cristianos les denominaron al principio como seguidores sectarios del nazareno. (Hech. 24.5)

En ocasiones se ha intentado forzar la interpretación por razones etimológicas y por paralelismos, haciendo el tí­tulo de nazareno sinónimo de perteneciente a un grupo selecto, entre consagrados a Dios por un voto y segregados de los hombres, y para otros como sectarios afines a los movimientos radicales que probablemente aparecieron en Galilea contra la opresión extranjera.

Se identificarí­a así­ falsamente “nazareno” y “nazireo”, pues en hebreo (nazir) significa “segregado ante Dios por voto” (Juec. 13. 5 y 7; Am. 2.11; Num, 6. 1-21). Incluso se entenderí­a así­ mejor el texto de Mateo (2.23), en el que afirma que “fue a vivir a Nazareth” para que cumpliera el dicho profético de que “serí­a llamado “nazareno”. Pero este texto no es suficiente argumento para distorsionar la natural interpretación del gentilicio nazareno. Y los términos originales griego y hebreo (nazarenos, habitante de Nazara… y nazir, segregado) no permiten tal interpretación.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Natural de Nazaret (Mc 1,24; 10,47; 24,67; 16,6; Lc 4,34; 24,19). A Jesús se le llama nazareno porque era de Nazaret (Mt 2,23; Lc 18,37; Jn 18, 5-7; 19,19). A los cristianos se les llamó también nazarenos (Act 24,5). Algunos dicen que la palabra nazareno se deriva del hebreo nazir, que significa consagrado, santo (Mc 1,24).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

(probablemente, de la palabra heb. né·tser, †œbrote†).
Calificativo aplicado a Jesús y más tarde a sus seguidores. No deben confundirse los términos nazareno y nazareo, puesto que aunque en español se escriben de manera similar, se derivan de palabras hebreas distintas y con significados diferentes. (Véase NAZAREO.)
El que se llamase a Jesús el nazareno era algo natural y no suponí­a nada extraordinario, ya que desde su infancia (menos de tres años de edad) fue criado como hijo del carpintero de la ciudad de Nazaret, situada a unos 100 Km. al N. de Jerusalén. En aquellos dí­as era común asociar a las personas con sus lugares de procedencia. (2Sa 3:2, 3; 17:27; 23:25-37; Na 1:1; Hch 13:1; 21:29.)
Personas de toda clase en lugares muy diversos llamaron nazareno a Jesús. (Mr 1:23, 24; 10:46, 47; 14:66-69; 16:5, 6; Lu 24:13-19; Jn 18:1-7.) Jesús mismo aceptó y usó este nombre. (Jn 18:5-8; Hch 22:6-8.) En la inscripción que Pilato colocó sobre el madero de tormento, escribió en hebreo, latí­n y griego: †œJesús el Nazareno el rey de los judí­os†. (Jn 19:19, 20.) Desde el Pentecostés de 33 E.C. en adelante, los apóstoles y otras personas solí­an llamar a Jesucristo el Nazareno o especificar que era de Nazaret. (Hch 2:22; 3:6; 4:10; 6:14; 10:38; 26:9.)

Profético. Mateo señaló que el nombre †œnazareno† se predijo proféticamente como otra señal que identificarí­a a Jesucristo como el Mesí­as prometido. Llamó a la atención de sus lectores este hecho al explicar cómo José llevó a Marí­a y a su hijo de regreso de Egipto después de la muerte de Herodes. †œAdemás —escribió Mateo—, habiéndosele dado advertencia divina en un sueño, [José] se retiró al territorio de Galilea, y vino y moró en una ciudad de nombre Nazaret, para que se cumpliera lo que se habló por medio de los profetas: †˜Será llamado Nazareno†™.† (Mt 2:19-23.)
En las Escrituras Hebreas no se menciona a Nazaret. Algunos suponen que Mateo tení­a acceso a algunos libros proféticos perdidos o a algunas tradiciones no escritas, pero la expresión †œse habló por medio de los profetas† solo la usan los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas para referirse a la misma colección canónica de las Escrituras Hebreas que tenemos actualmente. La clave al parecer estriba en establecer la equivalencia de nazareno con né·tser, el término antes mencionado, que significa †œbrote†, †œretoño† o †œrama†.
Teniendo esto en cuenta, Mateo debe referirse a lo que Isaí­as (11:1) habí­a dicho concerniente al Mesí­as: †œY tiene que salir una ramita del tocón de Jesé; y procedente de sus raí­ces un brote [we·né·tser] será fructí­fero†. Otra palabra hebrea, tsé·maj, también significa †œbrote†, y la usaron otros profetas con referencia al Mesí­as. Mateo usó el plural cuando dijo que los †œprofetas† habí­an mencionado a este venidero †œBrote†. Por ejemplo: Jeremí­as escribió acerca del †œbrote justo† como un renuevo de David (Jer 23:5; 33:15), y Zacarí­as describió a un rey sacerdote †œcuyo nombre es Brote†, una profecí­a que no podrí­a aplicar más que a Jesús el Nazareno, el gran edificador del templo espiritual. (Zac 3:8; 6:12, 13.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

Este término se aplica en el NT a Jesús y a sus seguidores. Los judíos necesitaban algún apodo con el cual identificar a los discípulos de Jesús, y eligieron el de «la secta de los nazarenos» (Hch. 24:5; cf. 28:22). Cualquiera que sea el odio que se adhería a este calificativo, se derivó de la crucifixión y de la brecha que se formó dentro del judaísmo, y de la cual se tenía por responsable a Jesús. No es evidente que el uso general de la palabra con referencia a Jesús durante su vida en la tierra, esto es, con el fin de identificarlo o dirigirse a él, tuviera alguna connotación adversa. Jn. 1:46 es del todo inútil como para suplir la base para la opinión que Nazaret tenía mala reputación. Es más probable que como no se esperaba que Galilea como un todo produjera al Mesías (cf. Jn. 7:41, 52), mucho menos lo haría una de sus pequeñas comunidades.

La palabra aparece en dos formas, como nazarēnos (seis veces) y como nazōraios (trece veces). Pero ambas probablemente se derivan del lugar llamado Nazaret. La teoría de que el segundo apunta a una secta precristiana a la que Cristo pertenecía, no tiene fundamento. Los que la proponen con frecuencia dudan que Nazaret fuera la casa de Jesús en su niñez, y creen que esta tradición cristiana es un intento deliberado para distraer la atención del hecho de que originalmente Jesús estuvo conectado con los «nazarenos», y esto se hace asociándolo con un lugar apodado Nazaret.

Mateo explica que la profecía hizo necesario (2:23) que Jesús residiera en Nazaret. Es posible que aquí haya un doble juego de palabras. Isaías 11:1 describe al Mesías como un nēṣer (rama, vara). En Jue. 13:5 (LXX) naziraios (nazareo) se refiere a Sansón. Dando por sentado que Jesús no era un nazareo en el sentido estricto de la palabra, sin embargo su situación era tan parecida a la de Sansón como aquel que salvaría a Israel (Jue. 13:5; Mt. 1:21) que los tecnicismos de descripción circunstancial y requerimiento filológico se ponen de lado en el juego de palabras rabínico que relaciona a Jesús con el AT.

BIBLIOGRAFÍA

W.F. Albright, en JBL, 65 (1946), pp. 397–401; J.S. Kennard, Jr. en JBL, 65 (1946), pp. 131–141; 66 (1947), pp. 79–81; F.F. Bruce, The Book of Acts, p. 465, f.n. 8, 9; G.F. Moore en The Beginnings of Christianity (Jackson and Lake, eds.), Vol. I, pp. 426–432; H.M. Shires en ATR 29 (1947), pp. 19–27.

Everett F. Harrison

LXX Septuagint

JBL Journal of Biblical Literature

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (416). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

Según Mr., la designación na-zarēnos fue aplicada a nuestro Señor por los demonios (1.24), la multitud (10.47), una criada (14.67), y el mensajero de la resurrección (16.6): También se emplea en Lc. 4.34 (= Mr. 1.24) y Lc. 24.19 (los discípulos de Emaús). Pero Mt., Lc., y Jn. utilizan, normalmente, nazōraios (Mt. 26.71; Lc. 18.37; Jn. 18.5ss; 19.19; Hch. 2.22; 3.6; 4.10; 6.14; 22.8; 26.9). Este último término se traduce “nazareno” o “de Nazaret” en °vrv2. Nazōraios, ‘nazareno’, también se aplica a Jesús en Mt. 2.23, y aparece como designación popular de la “secta cristiana en Hch. 24.5. Esto se mantiene todavía en el uso judío (cf. la forma palestina más antigua de Shemoneh ˒Esreh, donde alrededor del 100 d.C. se pronuncia una execración sobre los noṣrı̂m) y en el árabe, aparentemente como designación general de los cristianos (cf. R. Bell, The Origin of Islam in its Christian Environment, 1926, pp. 147ss). Los Padres cristianos sabían de la existencia de grupos judeocristianos que se hacían llamar “nazarenos” (Jerónimo, De vir. ill. 2–3, Epist. 20.2) o “nazorenos” (Epifanio, Haer. 29.7, 9), y Epifanio—de quien nunca se puede confiar demasiado en tales cuestiones—menciona una aberrante secta judía, los nasarenos (Haer. 1.18).

En el NT nunca se aplica este título a nuestro Señor sin el nombre “Jesús”; identificar a una persona según su lugar de origen (p. ej. Juan de Gischala) era práctica judía común. Se han hecho objeciones lingüísticas, sin embargo, contra la derivación de nazarēnos, y mucho más de nazōraios, a partir de “Nazaret”, llegando incluso a la sugestión de que Nazaret se creó a partir de una mala interpretación del título nazoreo (cf. E. Nestle, ExpT 19, 1907–8, pp. 523s). G. F. Moore se ha ocupado fielmente de estas objeciones, pero todavía surgen a veces.

La alusión a nazōraios como título dado al Mesías en la profecía (Mt. 2.23) se ha tomado frecuentemente como referencia al “vástago” (nēṣer) de Is. 11.1 y pasajes similares, o al nazareo (nāzı̂r, cf. Jue. 13.7) en su carácter del santo de Dios (nāzı̂r se usa en forma no técnica, y quizás se interpretó mesiánicamente, en Gn. 49.26; Dt. 33.16; véase H. Smith JTS 28, 1926, pp. 60). Otra antigua sugerencia (Jerónimo, in loc.) es que Mateo alude a los pasajes que hablan del Mesías como persona despreciada (cf. Jn. 1.46). De todos modos, la diferencia entre la fórmula utilizada en Mt. 2.23 y las que aparecen en, p. ej., Mt. 1.22; 2.15, 17, sugiere que se trataba de un tema profético, y no de una predicción específica.

El hecho de que la secta maniqueognóstica mandea se llamara a sí misma naṣorayya ha llamado la atención. Moore ha proporcionado suficientes elementos en contra de las “pruebas” de la existencia de un culto “nazareno” precristiano adaptado al ambiente judío, pero M. Black acepta la derivación de Lidzbarski de naṣorayya a partir de nāṣar, ‘custodiar’ (sc. la tradición), y señala la afirmación de los mandeos de que ellos preservan los ritos de Juan el Bautista. Al mismo tiempo que rechaza, por motivos lingüísticos, toda relación de nazōraios con nēṣer o nāzı̂r, dice que “nazarenos” era un título adecuado para los seguidores de Juan, que ha sido preservado por los mandeos, y quizás Epifanio, y que se llegó a aplicar al “movimiento de Jesús” que siguió al de Juan. A pesar de lo ingeniosa, esta sugerencia es, quizás, demasiado sutil. Puede ser que sólo se trate de un juego de palabras entre nēṣer o nāzı̂r, o ambos, y el nombre “Nazaret”; y es digno de mencionar el hecho de que en las versiones siriacas, que indudablemente reflejan la lengua arm., Nazaret aparece con œ y no con z. Se utiliza una paronomasia diferente en el Corán (Sura 3.45; 11.14), y otra derivación más ha aparecido en el Evangelio de Felipe, Log. 47, de Quenoboskión.

Bibliografía. K H. Rengstorf, “Jesucristo”, °DTNT, t(t). II, pp. 379–381; G. Bornkamm, Jesús de Nazaret, 1975.

G. F. Moore, BC 1, 1920, pp. 426ss; W. O. E. Oesterley, ExpT 52, 1940–1, pp. 410ss; W. F. Albright, “The Names ‘Nazareth’ and ‘Nazarene’”, JBL 65, 1946, pp. 397ss; M. Black, Aramaic Approach to the Gospels and Acts³, 1967, pp. 197ss. Para los mandeos modernos, véanse las obras de E. S. Drower, y en especial The Secret Adam, 1960.

A.F.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico

(Nazarenos, Nazarenus).

Como nombre aplicado a Cristo, la palabra “Nazarene” se encuentra sólo una vez en la Biblia de Douay, a saber, en Mt. 2,23, donde la variante de la Vulgata es “Nazaroeus” (“Nazoraios”). En los demás sitios (Mt. 26,71; Mc. 1,24; 10,47; 14,67; Lc. 4,34; Jn. 17,5; Hch. 2,22, etc.) “Jesus Nazarenus” es uniformemente traducido por “Jesús de Nazaret”. En Hechos 24,5 Tértulo llama a los cristianos “la secta de los Nazarenos”.

El nombre hace una referencia obvia a Nazaret, el primer hogar del Salvador, y se lo aplican en los Evangelios sólo los que están fuera del círculo de sus amigos íntimos. En los Hechos, sin embargo, es empleado por San Pedro y San Pablo, y por el propio Señor resucitado, según el relato de Pablo de su conversión hecho a la multitud de airados judíos que le habían atacado en el Templo (Hch. 22,8) En Mateo 2,23 leemos que “y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será llamado Nazareno”. En las profecías registradas en el Antiguo Testamento no se encuentra ninguna predicción explícita a este efecto, y se han presentado varias teorías para explicar la referencia. Algunos relacionarían el pasaje con el “netzer” (flor) de Isaías 11,1; otros con la “netzure” (heces, en la Biblia de Douay) de Is. 49,6, pero estas interpretaciones parecen forzadas, para no decir nada de otras dificultades. Que el evangelista aluda a la cualidad de nazareno se puede descartar por el hecho de que Cristo no era un nazir (consagrado al culto), ni tampoco se apoya en ninguna prueba positiva la teoría de que se pueda hacer referencia a alguna profecía perdida o meramente tradicional. Ni se ha encontrado una explicación más plausible que la dada por San Jerónimo en su “Comentario a San Mateo”, a saber, que la mención de “los profetas”, en plural, excluye la referencia a un pasaje único, y señala más bien a las predicciones generales de que el Mesías sería despreciado (cf. Juan 1,46)

Fuente: Driscoll, James F. “Nazarene.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York: Robert Appleton Company, 1911.
http://www.newadvent.org/cathen/10724b.htm

Traducido por Francisco Vázquez. L H M.

Fuente: Enciclopedia Católica