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COMÓ Y POR QUÉ SE DEBE EXTRAER EL ÚTERO

De acuerdo con los expertos, la histerectomía -extracción del útero- es cada vez más frecuente. Se estima que representa entre el 50 y el 60 por ciento de las cirugías ginecológicas. (VER GRAFICAS: TIPOS DE HISTERECTOMIA)

Las razones pueden hallarse en el hecho de que cada vez más mujeres consultan por problemas de dolor y sangrado, provocados por alteraciones hormonales y lesiones benignas o malignas, como el cáncer de cuello uterino.
En general los especialistas prefieren pensar en histerectomía para mujeres que no quieren más hijos, que entraron en la menopausia o están cerca de ella, condiciones que se dan pasados los 40 años.
Lo ideal, dependiendo de la patología, es ofrecer a las más jóvenes alternativas menos radicales. No obstante se presentan casos en los que, sin importar la edad y como consecuencia de cánceres agresivos o infecciones posteriores al parto, se opta por la histerectomía para no poner en riesgo su vida.
Si las lesiones se localizan en la matriz, solo se retira el útero para que los ovarios sigan produciendo hormonas y no se anticipe la menopausia.
Pero cuando las lesiones afectan las trompas de Falopio y los ovarios, se extraen todas las partes afectadas. En ese caso la menopausia llega de inmediato (ver gráfico).
Cuándo no y cuándo sí
Una de las enfermedades ginecológicas más comunes es la aparición de miomas o tumores no cancerosos que crecen en el útero (miomatosis). A menudo estos no provocan molestias y se encogen después de la menopausia.
Pero en ocasiones producen fuertes sangrados y dolor. Cuando la mujer es joven y no ha tenido hijos, se trata con medicamentos para controlar esos tumores; no obstante estos pueden crecer al suspender la medicina.
En este punto puede optarse por la miomectomía, es decir retirar los fibromas y reconstruir el tejido que recubre el útero. Si se hace con la técnica adecuada, la mujer se recupera sin problema y puede tener hijos.
Otra de las enfermedades ginecológicas frecuentes es la endometriosis, que ocurre cuando el tejido que reviste la cavidad uterina (endometrio) comienza a crecer por fuera de él y sobre órganos adyacentes.
Esto puede causar menstruaciones dolorosas, sangrado anormal y hasta pérdida de la fertilidad. El manejo consiste en retirar quirúrgicamente las placas de endometriosis y complementarlo con tratamiento médico. No obstante cuando los dolores y molestias son tan fuertes que alteran la vida de la mujer, podría recurrirse a histerectomía e incluso a la remoción de los ovarios (oforectomía).
En los casos de pacientes premenopáusicas que consultan por problemas de hemorragias fuertes y dolor, y algunos de miomatosis no muy avanzadas, se puede optar por una de dos: retirar el útero o remover el endometrio. Esta última cirugía es menos traumática. Permite conservar el útero y es ideal para quienes tienen problemas cardíacos, respiratorios o renales, y ponen en riesgo su vida al someterse a una cirugía mayor.
Por qué ocurren los sangrados
Además de los miomas y pólipos, estos pueden ser fruto de trastornos hormonales. En manos de los especialistas está analizar cada caso, diagnosticarlo y desarrollar un tratamiento, antes de optar por la histerectomía.
Cómo se hace
Por el abdomen: se hace una abertura en la pared abdominal de no más de 10 centímetros, para hacer por ella la extracción. Aunque es una cirugía mayor que requiere hospitalización, es la más común. Se estima que el 85 por ciento de las histerectomías se hacen por esta vía.
Por la vagina: se recomienda a mujeres cuya matriz se ha desplazado de su lugar hacia la vagina (prolapso). No requiere incisión, pero aumenta el riesgo de infección y sangrado.
Con laparoscopio: se abren dos pequeñas incisiones, una sobre el ombligo y otra sobre la pared abdominal. A través de ellas se introducen instrumentos para soltar el útero, que luego se extrae por vía vaginal. A diferencia de los dos primeros procedimientos, que pueden hacerse con anestesia peridural, este requiere anestesia general.
Menopausia adelantada
Cuando se retiran los ovarios, la menopausia aparece con todos sus síntomas: calores, irritabilidad, depresión, dolores osteomusculares, resequedad vaginal y de la piel, disminución del deseo sexual y del tono muscular y se elevan los riesgos de padecer osteoporosis.
Cómo tratar esos efectos
Lo mejor es que las mujeres que serán sometidas a histerectomía, sobre todo las jóvenes, reciban información que les permita entender y asumir la menopausia. Es un complemento necesario de la terapia hormonal o con otros medicamentos que les prescribirán para hacerla llevadera. Un estilo de vida saludable, del que hagan parte la dieta balanceada, el ejercicio y el no consumo de cigarrillo, es vital para toda mujer en estas circunstancias.
No abandonar la citología
Este examen que toda mujer debe hacerse anualmente puede prevenir o detectar a tiempo el cáncer de cuello uterino, provocado por el virus del papiloma humano que se adquiere por vía sexual. Las mujeres histerectomizadas por esta patología mantienen el riesgo de desarrollar ese mal en la vagina, por lo cual deben hacerse este examen cada año. Quienes se someten a este procedimiento por lesiones benignas, pueden seguir haciendo citología cada dos a tres años.
Apoyo psicológico
Es importante que la mujer tenga claro qué va a perder y ganar con una histerectomía. Aunque se hace con el fin de mejorar o salvar su vida, se trata de la amputación de un órgano importante para ella que además representa la pérdida de aspectos inherentes a la feminidad, como la menstruación y la capacidad de tener hijos.
Puede ocurrir, incluso, que la mujer dude del diagnóstico o de la necesidad de someterse a esta cirugía. En ese caso se recomienda una segunda opinión, para aclarar dudas. Si la única salida es la cirugía, lo mejor es que el especialista sugiera apoyo psicológico.
FUENTES: GERMAN BARON, DIRECTOR CIENTIFICO CENTRO COL. DE ENDOCRINOLOGIA GINECOLOGICA Y MENOPAUSIA. LUIS ALFONSO LOPEZ, MEDICO GINECOBSTETRA, ESPECIALISTIA EN SALUD REPRODUCTIVA.
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