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Las semillas de fresa se encuentran alrededor de la superficie de la fruta, aunque no necesariamente donde piensas. En realidad, las fresas no son bayas, como podría asumirse por su nombre en inglés, y lo que piensas que son semillas en el exterior son en realidad los frutos de la planta de fresa. Afortunadamente, cada pequeño fruto contiene una semilla llamada aquenio, así que lo único que debes hacer es extraerlas de la fresa. Existen varios métodos para obtener estas semillas, algunos de los cuales consisten en raspar la fruta, licuarla y secarla.

Método 1
Método 1 de 3:

Reunir las semillas

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  1. Una de las formas más comunes de extraer las semillas de fresa es licuar la fruta y luego recoger las semillas de la pulpa líquida. Para hacerlo, necesitarás cinco o más fresas maduras y sanas. De seguro destruirás algunas semillas en el proceso, pero estas frutas las tienen de sobra.[1]
    • Coloca las fresas en la licuadora y enciéndela en velocidad baja de 10 a 20 segundos. Coloca el vaso a un lado y permite que la mezcla repose.
    • Retira las semillas que flotan en la capa superior. Puedes descartarlas, ya que probablemente estén rotas y no sirvan.
    • Coloca un tazón y encima un colador de malla fina. Luego, vierte la pulpa a través del colador. Puedes utilizar lo que caiga al tazón para hornear, hacer mermelada o comerlo directamente.
    • Dirígete al lavaplatos y haz correr un chorro de agua a través del colador para deshacerte del exceso de pulpa. Una vez que termines, deberán quedar bastantes semillas enteras en el fondo del colador. Espárcelas sobre un pedazo de papel absorbente y permite que se sequen con el aire. Retira los restos de pulpa que aún estén adheridos a las semillas.
  2. Otra forma de extraer las semillas de fresa consiste en rasparlas con un cuchillo. Para empezar, coloca cinco o más fresas maduras y sanas en un contenedor hermético y déjalas en el congelador de un día para otro.[2]
    • Al día siguiente, retira las fresas del congelador. Con una hoja de afeitar, una navaja o un cuchillo de cocina afilado, raspa los lados de la fresa cuidadosamente y saca cada semilla. No hagas cortes muy profundos en la fresa y ten cuidado de no cortarte.
    • Coloca las semillas extraídas en un pedazo de papel absorbente limpio y déjalas secar. Puedes comerte las fresas o utilizarlas para preparar algo.
  3. Otra forma de extraer las semillas de fresa es cortar capas de la superficie y dejarlas secar. Una vez que estén completamente secas, puedes simplemente frotarlas con tus dedos para quitar las semillas. Este método es más seguro que el de rasparlas. Para hacerlo, necesitarás alrededor de cuatro frutas maduras.[3]
    • Coloca las fresas sobre una tabla de picar. Con un cuchillo afilado, corta tiras verticales (del tallo a la punta) de la capa externa de las fresas cuidadosamente. Asegúrate de no llegar muy profundo. Procura que cada tira tenga semillas y un poco de pulpa.
    • Coloca las tiras con las semillas hacia arriba en un pedazo de papel absorbente limpio. Con cuidado, presiónalas contra el papel. Pon las tiras junto con el papel en un lugar cálido y seco, pero donde no caiga el sol directamente. Déjalas ahí unos cuantos días hasta que se sequen por completo.
    • Una vez que las tiras estén completamente secas, coloca el papel absorbente en una superficie plana. Con un dedo, frota cada tira de fresa seca cuidadosamente. Conforme pasas tu dedo por la superficie, las semillas se irán saliendo.
  4. En lugar de extraer las semillas tú mismo, puedes comprarlas en viveros y por Internet. Si prefieres, también puedes adquirir una planta de semillero, la cual es mucho más sencilla de cultivar.
    • Si compras semillas, tendrás que germinarlas y luego trasplantar las plantas de semillero a una maceta o jardín.
    • Es más probable que consigas una variedad específica de fresa al comprar semillas o plantas de semillero. Por otro lado, si cosechas las semillas de una fresa comprada en una tienda, es posible que la nueva planta no dé el mismo fruto que su predecesor, sobre todo si la fresa original era una variedad híbrida.[4]
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Método 2
Método 2 de 3:

Germinar las semillas de fresa

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  1. Las semillas de fresa germinan mucho más rápido si las congelas primero, ya que de esta manera inician su ciclo de invierno regular. Luego, una vez que las semillas se descongelan y entran en calor, inician en el ciclo de primavera y empiezan a germinar de inmediato.
    • Coloca las semillas secas en una bolsa o contenedor hermético. Déjalas en el congelador de tres a cuatro semanas.[5]
    • Las semillas de fresa deben plantarse en el interior durante el invierno o al inicio de la primavera, aproximadamente 10 semanas antes de la última helada. Asegúrate de congelar las semillas con anticipación, antes de la fecha indicada.
  2. Una vez que estés listo para plantar las semillas, retíralas del congelador y permite que se calienten a temperatura ambiente. Déjalas en el contenedor hermético hasta que esto suceda.
    • Es importante que las semillas no tengan contacto con el aire mientras se calientan, ya que la idea es que permanezcan secas durante el proceso. De lo contrario, la humedad fría podría dañarlas.[6]
  3. Llena una bandeja para semillas con sustrato para semilleros hasta cubrir aproximadamente 2,5 cm (1 pulgada) de profundidad. Las fresas necesitan una tierra fértil y ligeramente ácida. El pH ideal debe estar alrededor de 6 en la escala, así que añade un poco de azufre en polvo a la mezcla de sustrato de ser necesario.[7]
    • Añade suficiente agua para humedecer la tierra y espolvorea las semillas de fresa en la superficie. Cubre las semillas con una capa delgada de tierra o musgo de turbera de modo que aún reciban luz solar. Finalmente, cubre la bandeja con una capa de papel film.
  4. Coloca la bandeja de tal manera que reciba luz solar directa. Una vez que la tierra empiece a secarse, añade un poco más de agua para mantenerla húmeda hasta que las semillas germinen. Quita el papel film por completo para darle a las semillas un poco de aire mientras riegas la tierra.[8]
    • Las semillas de fresa pueden tardar desde una hasta seis semanas en germinar, así que sé paciente.
    • Las plantas de semillero estarán listas para el trasplante una vez que tengan tres o cuatro hojas cada una.
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Método 3
Método 3 de 3:

Trasplantar las plantas de semillero

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  1. Puedes plantar las fresas en maceta o en camas de tierra elevadas siempre y cuando hayan pasado tres semanas desde la última helada. Estas requieren mucha luz solar, así que elige un lugar que reciba entre 6 y 10 horas de luz solar al día.[9]
    • Para crear una cama de tierra elevada sencilla, coloca un pedazo de plástico en el lugar donde quieras ubicarla.
    • Utiliza pedazos de madera, troncos, bloques de hormigón, ladrillos u otro material para construir una barrera cuadrada o rectangular a lo largo del borde del plástico, la cual servirá para mantener la tierra en su lugar. Asegúrate de que mida al menos 25 cm (10 pulgadas) de alto.
    • Llena el interior con tierra hasta cubrir al menos 20 cm (8 pulgadas) de profundidad.
  2. Las fresas necesitan una tierra húmeda pero no empapada, así que esta debe tener un buen drenaje. Una opción que puedes considerar es una mezcla de tierra franco arenosa y abono orgánico o fertilizante.[10]
    • La proporción aproximada debe ser 1 parte de abono o fertilizante y 2 de tierra.
  3. Para cada planta, cava un agujero de 15 cm (6 pulgadas) de profundidad en la tierra. Esparce las raíces y coloca la planta en la tierra. Asegúrate de que la corona de la planta no quede bajo la superficie.[11] Deja un espacio de 60 cm (24 pulgadas) entre cada planta.
    • Llena el agujero alrededor de las raíces con tierra y dale golpes para comprimirla y deshacerte del aire atrapado.
    • La corona es el tallo grueso ubicado en el centro de la planta, donde se inician las raíces.
  4. Una vez que termines de plantar las fresas, riégalas. Proporciónales agua cada vez que la tierra empiece a secarse, sobre todo cuando el clima se torna muy cálido y seco.[12]
    • Riega las plantas de fresa temprano por la mañana y vierte el agua directamente en la tierra; no mojes ni las frutas ni las hojas.
    • Para mantener la tierra húmeda, coloca una capa de paja limpia sobre la tierra.
    • Quizá debas esperar hasta el siguiente año para que tus plantas produzcan fruto.
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Categorías: Siembra y cultivos
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