Estamos en plena temporada de fresas y cuando pasamos por la frutería y vemos esas cajitas tan atractivas de color rojo intenso, nos vamos de cabeza a por ellas. ¿la caja grande o la pequeña? La grande claro, que la temporadas es corta y hay que aprovecharla.
Si compráis más cantidad de la que podéis comer pensando en un montón de ideas y recetas, pero a los dos días aún no habéis empezado y ya están todas medio podridas, esta lista de consejos puede ser bastante útil.
Como ya explicamos hace tiempo algunas frutas siguen madurando después de la recolección y otras no. Las fresas son de las que dejan de madurar, por eso se pudren en pocos días y no tenemos mucho margen para hacer algo con ellas. Vamos a ver qué podemos hacer para que se conserven mejor y más días.
Siempre en el frigorífico
Parece básico, pero es importante recordar que en cuanto lleguemos a casa tenemos que guardar las fresas en el frigorífico, de lo contrario de un día para otro ya estarán medio pochas e incluso algunas empezarán o podrirse.
Sin lavar
En general nunca hay que lavar la fruta para guardarla después, este paso hay que dejarlo para el momento anterior al que vayamos a consumirla. ¿Por qué no hay que lavarla? porque la humedad que absorben acelera el proceso de putrefacción, justo lo que queremos evitar. Las fresas no son una excepción, por tanto no debemos lavarlas antes de guardarlas en el frigorífico.
Las hojas no se quitan
Las hojitas de las fresas no hay que quitarla (está norma también puede aplicarse al resto de frutas). Si dejamos las hojas se mantendrán más frescas. Así que, tal como pasa con el lavado, dejaremos el proceso de cortar la parte verde para antes de consumirlas.
Desechar las fresas con moho o dañadas
Las fresas son muy delicadas y aunque acabemos de comprarlas puede que alguna ya empiece a tener algo de moho. Lo ideal es desechar esas fresas, cortar la parte dañada y consumirlas en las siguientes horas. Lo importante es no guardarlas con el resto para que no afecte a las demás.
Un recipiente amplio, ventilado y sin amontonar
Si las colocamos en un recipiente amplio donde podamos colocarlas de forma ordenada y sin que se toquen entre ellas conseguiremos que se mantengan en buen estado por más tiempo. El recipiente debe de estar cerrado con una tapa transpirable o con papel film y unos pequeños agujeros.
Papel de cocina
El mismo recipiente anterior, amplio y ventilado puede ir forrado, al menos en la base, con papel de cocina que absorberá parte de la humedad de las fresas. No es imprescindible, pero puede ayudar a que aguanten un poquito más. Si vamos a tardar en usarlas podemos darles la vuelta al menos una vez.
El famoso truco del vinagre
Cuenta la leyenda que si lavamos las fresas con una solución de tres partes de agua por una de vinagre, las secamos muy bien y seguimos todos los pasos anteriores, las fresas durarán hasta una semana casi perfectas en el frigorífico. Nosotros somos más partidarios de guardarlas directamente siguiendo los pasos previos y no esperar a usarlas tanto tiempo, pero es una opción si realmente necesitamos conservarlas tantos días.
Congelar antes que tirar
Si a pesar de todo los días pasan y no hemos podido hacer nada con nuestras fresas siempre podemos congelarlas. No nos servirán para comer como fruta sin más, pero sí pueden ser muy útiles para algunas recetas o incluso para hacer zumos o batidos. En caso de congelarlas sí podemos lavarlas previamente, quitar la parte verde y cortarlas a nuestro gusto. Después solo tenemos que guardarlas en un recipiente o bolsa hermética.
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