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La palabra liza
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Comó se escribe liza o lisa?

Cual es errónea Lisa o Liza?

La palabra correcta es Lisa. Sin Embargo Liza se trata de un error ortográfico.

El Error ortográfico detectado en el termino liza es que hay un Intercambio de las letras s;z con respecto la palabra correcta la palabra lisa

Errores Ortográficos típicos con la palabra Lisa

Cómo se escribe lisa o liza?

Algunas Frases de libros en las que aparece lisa

La palabra lisa puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 5870
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y la Trifaldi prosiguió: -«Desta manera nos castigó aquel follón y malintencionado de Malambruno, cubriendo la blandura y morbidez de nuestros rostros con la aspereza destas cerdas, que pluguiera al cielo que antes con su desmesurado alfanje nos hubiera derribado las testas, que no que nos asombrara la luz de nuestras caras con esta borra que nos cubre; porque si entramos en cuenta, señores míos (y esto que voy a decir agora lo quisiera decir hechos mis ojos fuentes, pero la consideración de nuestra desgracia, y los mares que hasta aquí han llovido, los tienen sin humor y secos como aristas, y así, lo diré sin lágrimas), digo, pues, que ¿adónde podrá ir una dueña con barbas? ¿Qué padre o qué madre se dolerá della? ¿Quién la dará ayuda? Pues, aun cuando tiene la tez lisa y el rostro martirizado con mil suertes de menjurjes y mudas, apenas halla quien bien la quiera, ¿qué hará cuando descubra hecho un bosque su rostro? ¡Oh dueñas y compañeras mías, en desdichado punto nacimos, en hora menguada nuestros padres nos engendraron!» Y, diciendo esto, dio muestras de desmayarse. ...

En la línea 456
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Durante una cacería en las orillas del Uruguay me enseñaron algunos árboles donde esos animales acuden siempre, dícese que con el fin de afilarse las uñas. Me hicieron que me fijase en tres árboles, sobre todo; por delante, su corteza está lisa como por el roce continuo de un animal; a cada lado hay tres descortezamientos, o mejor dicho, tres canales, que se extienden en línea oblicua y tienen cerca de un metro de longitud. Esos surcos procedían, con plena evidencia, de diferentes épocas. No hay más que examinar esos árboles para saber enseguida si hay un jaguar en los alrededores. Esa costumbre del jaguar es exactamente análoga a la de nuestros gatos ordinarios, cuando con las patas extendidas y sacando las uñas de la vaina arañan los palos de una silla; por otra parte, sé que los gatos destrozan a menudo en Inglaterra jóvenes árboles frutales. ...

En la línea 611
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 29 de abril.- Desde lo alto de una colina saludamos con alegría los blancos picos de la cordillera; los vemos de cuando en cuando perforar su sombra envuelta en nubes. Durante algunos días continuamos remontando lentamente el río, con mucha lentitud, porque el curso de éste se hace muy tortuoso y nos vemos detenidos a cada paso por inmensos fragmentos de diversas rocas antiguas y de granito. La llanura que limita el valle adquiere aquí una elevación de cerca de mil cien pies sobre el nivel del río; el carácter de esta llanura se ha modificado de una manera extraordinaria. Los cantos de pórfido, muy redondeados, se mezclan con grandes fragmentos angulares de basalto y de rocas primitivas. Observo aquí a sesenta y siete millas de distancia de la montaña más próxima, los, primeros bloques erráticos; he medido uno que tenía cinco metros cuadrados, que se elevaba a cinco pies sobre la grava. Eran tan perfectamente angulares los bordes de esta masa, y su grosor tan considerable, que al principio la tomé por una roca in situ y tomé la brújula par observar su plano de inclinación. La llanura no es ya tan lisa como a la orilla del mar; no se observa, sin embargo, ningún signo de cataclismo. En estas circunstancias creo que es imposible explicar el transporte de estas rocas gigantescas a tan larga distancia de la montaña, de donde, sin duda, provienen, sino por la teoría de los hielos flotantes. ...

En la línea 699
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... nada tan delicioso como esta escena: el agua de la bahía lisa como un espejo, las ramas de los árboles colgando sobre los bordes de las rocas, los barcos anclados, las tiendas sostenidas en la enramada, el humo elevándose en grandes copos sobre el bosque que llena el valle, todo inundado de la más apacible calma. Al siguiente día, 20, se desliza tranquila nuestra flotilla sobre las aguas del canal y entramos en un distrito más habitado. Pocos de estos indígenas, ninguno tal vez, había visto todavía un hombre blanco. De todas maneras, es imposible pintar la sorpresa que experimentaron al ver nuestros barcos. En todos lados ardían fuegos (de donde el nombre de Tierra del Fuego), ya para llamar nuestra atención, ya para extenderse a lo lejos la noticia de un suceso extraordinario. Algunos indígenas nos siguieron corriendo a lo lejos de la costa por espacio de algunas millas. Nunca olvidaré la impresión que me causó el aspecto de uno de estos grupos de salvajes: cuatro o cinco hombres aparecieron de improviso en el vértice de una roca que caía perpendicular sobre el agua; enteramente desnudos, sueltos y esparcidos sus largos cabellos y con gruesos garrotes en las manos; dando saltos y echando los brazos al aire, hacían las más grotescas contorsiones y lanzaban los gritos más espantosos. ...

En la línea 753
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Hay una producción vegetal que merece ser señalada por su importancia como alimento. Es una seta globulosa, de color amarillo claro, que crece en gran número sobre las hayas. Cuando verde es elástica, redondeada y de superficie lisa; pero al madurar se arruga, toma más consistencia y toda su superficie se riza y talla de huequecillos profundos. Esta seta pertenece a un género nuevo y curioso1; otra especie he encontrado en una especie distinta de haya en Chile; y me dice el doctor Hooker que acaba de encontrarse una tercera especie en otra tercera especie de haya en la tierra de Van-Diemen. ¡Qué extraño parentesco entre los hongos parásitos y los árboles sobre que crecen en partes del mundo tan distantes! En la Tierra del Fuego las mujeres y los niños recogen estas setas en grandes cantidades cuando están maduras, y las comen los indígenas sin cocerlas. Tienen un sabor mucilaginoso azucarado, y un aroma que se parece algo al de las nuestras. Fuera de algunas bayas, procedentes en su mayor parte 1 Mediante ejemplares y notas mías ha sido descrita por el reverendo J.M. Berkeley, en las Linncan Transactions, vol. XIX, pág. 37, bajo el nombre de Cyttaria Darwinü: la especie chilena ha sido llamada C. Berteroii. ...

En la línea 997
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Caminábamos sobre una arena fina lisa, no arrugada como la de las playas que conservan la huella de la resaca. Aquella alfombra deslumbrante, como un verdadero reflector, reflejaba los rayos del sol con una sorprendente intensidad, produciendo una inmensa reverberación que penetraba en todas las moléculas líquidas. ¿Se me creerá si afirmo que a esa profundidad de treinta pies veía yo como si estuviera en la superficie? Durante un cuarto de hora anduvimos por ese fondo de arena sembrado de una impalpable capa de polvo de conchas. El casco del Nautilus, perceptible como un largo escollo, desaparecía poco a poco, pero su fanal, cuando se hiciera la noche en medio de las aguas, facilitaría nuestro retorno a bordo, con la proyección de sus rayos nítidamente visibles. Efecto difícil de comprender para quien no ha visto más que en tierra esas luces blancas tan vivamente acusadas. Allí, el polvo que satura el aire les da la apariencia de una niebla luminosa; pero en el mar, como bajo el mar, esa luz se transmite con una incomparable pureza. ...

En la línea 2766
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Durante nuestra ausencia, se habían echado las redes. Observé con interés los peces que acababan de subir a bordo. Los mares antárticos sirven de refugio a un gran número de peces migratorios que huyen de las tempestades de las zonas menos elevadas para caer, cierto es, en las fauces de las marsopas y de las focas. Anoté algunos cótidos australes, de un decímetro de longitud, cartilaginosos y blancuzcos, atravesados por bandas lívidas y armados de aguijones; quimeras antárticas, de tres pies de longitud, con el cuerpo muy alargado, la piel blanca, plateada y lisa, la cabeza redonda, el dorso provisto de tres aletas y el hocico terminado en una trompa encorvada hacia la boca. Probé su carne, pero la hallé insípida, pese a la opinión en contra de Conseil. ...

En la línea 3062
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Este «etcétera» no me impedirá citar un pez del que Conseil se acordará durante mucho tiempo y con razón. Una de nuestras redes había capturado una especie de raya muy aplastada que, si se le hubiese cortado la cola, habría formado un disco perfecto, y que pesaba una veintena de kilos. Era blanca por debajo y rojiza por encima, con grandes manchas redondas de un azul oscuro y rodeadas de negro, muy lisa de piel y terminada en una aleta bilobulada. Extendida sobre la plataforma, se debatía, trataba de volverse con movimientos convulsivos y hacía tantos esfuerzos que un último sobresalto estuvo a punto de precipitarla al mar. Pero Conseil, que no quería privarse de la raya, se arrojó sobre ella y antes de que yo pudiese retenerle la cogió con las manos. Tocarla y caer derribado, los pies por el aire y con el cuerpo semiparalizado, fue todo uno. ...

En la línea 474
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Artegui, sonriendo, la sostuvo mejor en el brazo, y diéronse a andar por Bayona tan cordiales como si en toda su vida otra cosa hubiesen hecho. La noche era digna del día: en el cielo de aterciopelado azul centelleaban claras y vivas las estrellas; el gas de las innumerables tiendas con que Bayona explota la vanidad de los españoles pudientes y trashumantes, ponía a las obscuras manzanas de casas un collar de luz, y en los escaparates se lucían, con todos los tonos de la escala cromática, telas ricas, porcelanas y bronces caprichosos, opulentas joyas. Caminaba la pareja silenciosa, a paso igual y rítmico, midiendo Artegui su andar largo y varonil por el paso más corto de Lucía. En las calles la gente circulaba de prisa, animada, como el que va a algo que le interesa: no con esa lentitud de los españoles que se pasean por tomar el aire y matar el tiempo. Ante los cafés, las mesas al aire libre tenían mucho parroquiano, porque la templada atmósfera lo consentía; y bajo la claridad fuerte de los reverberos bullían los mozos sirviendo cerveza, café o bavaresa de chocolate, y el humo de los cigarros, y el crujir de los periódicos que desdoblaban, y las conversaciones, y el sonido seco de las fichas del dominó dando contra el mármol, llenaban de vida aquel trozo de acera. De pronto Artegui, al volver una esquina, se metió en una tienda no muy ancha, cuyo escaparate ocupaban casi por entero dos luengos peinadores salpicados de cascadas de encaje y lazos de cinta azul el uno, rosa el otro. Dentro, era una exhibición de cuantos objetos componen el tocado íntimo del niño y la mujer. Las camisas presentaban coquetonamente el adornado escote, ocultando la lisa falda; los pantalones estiraban, simétricas y unidas, una y otra pierna; las chambras tendían los brazos, las batas inclinaban el cuerpo con graciosa laxitud. ...


Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;z

Reglas relacionadas con los errores de s;z

Las Reglas Ortográficas de la S

Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz

Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad

Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa

Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso

Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima

Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.

Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.

Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.

Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.

Las Reglas Ortográficas de la Z

Se escribe z y no c delante de a, o y u.

Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.

Ejemplos: pedazo, terraza

Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.

Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez

La X y la S


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Más información sobre la palabra Lisa en internet

Lisa en la RAE.
Lisa en Word Reference.
Lisa en la wikipedia.
Sinonimos de Lisa.

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