IGUALDAD DE OPORTUNIDADES,
¿PARA QUIÉN?
Hacia una educación no
sexista
Inmaculada ALCAIDE FERNÁNDEZ
Mª Carmen BELMONTE GUERRERO
Mariana BUENESTADO FERNÁNDEZ
Mª Dolores ESLAVA SUANES
Mª Cristina ROMERO RUIZ
Mª José TEJADA ROBLES
Introducción
El tema
de este artículo es la igualdad y equidad de género en educación que
se analizará a nivel internacional. Con él, se pretende evaluar algunos de los
planes de prevención e intervención y realizar un análisis crítico del tema tratado,
ya que se considera el derecho a la educación, reflejado en el art. 26 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, como uno de los pilares
básicos para la vida.
Análisis
de las desigualdades de género en educación a nivel Nacional e Internacional
La educación puede
ser considerada como la vía para acabar con las concepciones y desigualdades de
género, fomentando así una igualdad de oportunidades para niños y niñas. Esta
igualdad significa que el alumnado debe ser tratado de igual manera en el
acceso a la educación, a libros de texto, al uso de tecnologías y utilización
del espacio físico, entre otras.
Sin embargo, esta igualdad no siempre se ha
tenido en cuenta. Por eso, podríamos destacar el año 2000, como relevante para
la educación, pues se celebró en Dakar el Foro Mundial sobre la Educación, donde se
fijaban objetivos para la prevención y eliminación de la desigualdad de género.
La situación en
estos momentos, respecto al número de niños sin escolarizar, era muy precaria,
puesto que más de 100 millones de niños no estaban escolarizados, de los que
aproxidamente un 70% eran niñas, lo que indica la existencia de desigualdades
entre los sexos. Así, uno de los objetivos que se fijaron para lograr la Educación para Todos,
fue:
“suprimir las disparidades entre los géneros en la
enseñanza primaria y secundaria de aquí al año 2005 y lograr antes del año 2015
la igualdad entre los géneros en relación con la educación, en particular
garantizando a las jóvenes un acceso pleno y equitativo a una educación básica
de buena calidad, así como un buen rendimiento”
Tras
la formulación de los objetivos pretendidos en Dakar y en el Desarrollo del
Milenio celebrado en Nueva York, a pesar de que se consiguieron algunos avances
con respecto a la tasa neta de escolarización, la existencia de la desigualdad
entre ambos sexos continuaba profundamente arraigada en el mundo, pues en 2007
de los 72 millones de niños sin escolarizar, un 54% eran niñas.
Además, se debe tener en cuenta, que las niñas
encuentran muchos más inconvenientes para alcanzar su escolarización, pues las
que no están escolarizadas corren más riesgo que los varones de no ir nunca a
la escuela. Como ejemplo, podríamos citar el caso de África Subsahariana, donde
se prevé que 12 millones de niñas no llegarán nunca a estar escolarizadas,
mientras que el número de varones en la misma situación se cifra en siete
millones.
A
continuación, en esta gráfica, se recoge a nivel internacional el dato citado
anteriormente.
En
el caso de España, uno de los cambios llevados a cabo en relación a la política
educativa para combatir la desigualdad de género, fue la implantación de la Ley
General de Educación (LGE) en 1970, que
supuso el paso de la educación segregada a un modelo de educación mixta. Este
proceso se inició en la década de los 70 y se consolidó en la década de los
80.
Con
la creación de las escuelas mixtas se pensaba que se conseguiría la igualdad de
género. Sin embargo, la educación seguía basada en una desigualdad de la mujer,
donde se tenía que obedecer a unos patrones de género, se fomentaba la pasividad, la dependencia y el
sentimiento de ciudadana de segunda clase.
Por tanto, la política que se debe impulsar en educación es la
equidad, que consiste en la valoración de las diferencias de cada persona, a la
vez que ofrece a cada quién lo que le corresponde de acuerdo con su condición
personal, familiar y social.
Para
que se dé esta equidad, es imprescindible una discriminación positiva, que
supone una distribución desigual a favor
de los más desfavorecidos, con el fin de asegurar una situación más igualitaria
o justa.
Con
la finalidad de erradicar en España la desigualdad de género en educación, se
han elaborado diversos planes para conseguir una igualdad de oportunidades. A
continuación, mencionamos algunos:
Este Plan propone una intervención global en el Sistema Educativo de Navarra, con el fin de integrar progresivamente los objetivos de la coeducación como medio para avanzar en la consecución de la igualdad entre mujeres y hombres.
En este plan aparece un apartado
dirigido al ámbito educativo que ofrece una serie de objetivos y medidas para
conseguir la igualdad de oportunidades.
Este
plan realizado a nivel nacional incluye un apartado dedicado a la educación.
Dentro de éste, podemos encontrar un diagnóstico de la igualdad en los
distintos ámbitos educativos, así como unos objetivos y medidas para conseguir
la igualdad de oportunidades.
Análisis
crítico
Los objetivos
del Dakar, así como los del Desarrollo del Milenio y los Planes que actualmente
se están llevando a cabo en España, demuestran la preocupación por combatir la
desigualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en educación.
El informe realizado por la UNESCO en 2010, corrobora que existen veintiocho
países que no han alcanzado todavía el objetivo de la paridad entre los sexos
en la Enseñanza Primaria, cuya consecución se había fijado para 2005.
A pesar de las
medidas fomentadas desde la política educativa ante la necesidad de solventar
el hándicap de las desigualdades de género, continúa imperando un rasgo sexista
en la sociedad, que se hace notar en: el lenguaje, cuando hacemos un uso de
éste en masculino para designar a personas de ambos sexos; las imágenes y
publicidad, que transmiten estereotipos que sesgan la actividad de personas; el
trabajo doméstico, donde no hay un trato igualitario en las tareas del hogar;
en las políticas de reducción de jornada laboral (para conciliar el trabajo
remunerado con el trabajo doméstico) repercutiendo en el salario y en la
calidad de vida; y un modelo de referencia marcado por la sociedad tradicional
que se deriva en la determinación de trabajos propios de hombres y
característicos de la mujer.
Podríamos
detenernos en el papel que juega la familia como primera célula socializadora.
En el seno familiar, siempre se transmite una educación informal, caracterizada
por la falta de intencionalidad, pero muy influyente en la educación, formación
de valores, costumbres,… y que da lugar a una herencia cultural, que se transmite
de generación en generación, y que en ocasiones está cargada de valores
peyorativos, que impiden la transformación de roles y la eliminación de
estereotipos.
Cuando
escuchamos igualdad de oportunidades tenemos que interpretarlo como igualdad de
oportunidades para acceder a las diversas posiciones sociales. La paradoja de
nuestra situación actual es que, a pesar, del incremento de inversión educativa
en casi todos los países, continúan persistiendo las desigualdades educativas e
incluso han aumentado.
Hablar
de política educativa basada en la
igualdad de género es hablar de futuro, ya que los educandos de hoy guiarán la
sociedad del mañana. Hombres y mujeres educados en la igualdad, fomentarán unas
relaciones que respeten los derechos y libertades de ambos.
Bibliografía
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