José Ángel Alabau Cabo

DIFERENTES TIPOS DE LECTOR,  EL LECTOR-NARRADO
Y LAS MARCAS DEL LECTOR-NARRADO

Teniendo en cuenta que la perspectiva de la respuesta del lector al texto se centra en la figura del lector, es preciso hacer una diferenciación de sus diferentes tipos, entre los que se encuentra el lector-narrado. Esta diferenciación nos ayudará a determinar  este tipo específico de lector en el que se basa la realización del análisis que nos concierne. Los tipos de lector a  que nos referimos son, el lector real, el lector virtual, el lector ideal, y, como ya he adelantado, el lector-narrado.

El lector real es la persona que coge un libro entre sus manos y lo lee. No tiene unas características específicas que lo determinen,  aparte de las que le son idiosincrásicamente propias y le hacen diferente de  cualquier otra persona, del mismo modo que cualquier otra persona es diferente de este lector por estas  mismas razones. En definitiva, el lector real es una persona cualquiera que del mismo modo que realiza otras muchas acciones durante su vida cotidiana, realiza  la acción de leer.

El lector virtual es la persona a la que el autor de un libro dirige su texto y que tiene en cuenta a ese lector como poseedor de ciertas cualidades.  Independientemente de quien lea un determinado libro, se puede presuponer que ese libro en concreto puede estar dirigido a un tipo determinado de lector. Por ejemplo, los cuentos pueden leerlos personas de cualquier edad, pero en realidad están dirigidos,  principalmente,  a los niños.  De este modo tenemos que el lector virtual de un cuento es un niño, del mismo modo que el lector virtual de un libro sobre lingüística básica está dirigido a un estudiante de lengua.

El lector ideal es un lector que por sus propias características no existe. Es un ideal de lector, pues se le presupone un omniconocimiento de las palabras, intenciones y connotaciones de un  texto en concreto, es alguien "capaz de interpretar la infinidad de textos que, según algunos críticos, se pueden encontrar en un determinado texto". Se podría pensar que el lector virtual de un  texto en particular podría ser su propio autor, pero esto no es así, porque como se ha comprobado ya en muchas ocasiones, ocurre que el autor de un texto, tras haber pasado un tiempo desde su composición, al leerlo no es capaz de entender todas las particularidades relacionadas con él y que sí entendía en el momento de escribirlo. Además, durante la composición de un texto entran en juego una multitud de subjetividades que se escapan a la conciencia del propio autor.

Llegamos a la definición del lector-narrado. La primera de sus características, aunque obvia,  es que no se trata de ninguno de los tipos de lector a que nos hemos referido con anterioridad. Otra disimilitud con los anteriores tipos de lector es que, a diferencia de los lectores real y virtual, el lector-narrado no existe corpóreamente en el mundo real. Sin embargo, y por esta cualidad de inexistencia, se asemeja al lector ideal, pero sin compartir ninguna de sus otras características. Además,  el lector-narrado, a diferencia del lector ideal, es ficticio.

Las características que son propias del lector-narrado son que la narración está dirigida a él o ella y que se le describe con  ciertas cualidades físicas y psicológicas que le son atribuidas por esa misma narración que le está dirigida. De ahí viene la traducción que he realizado del termino narratee como lector-narrado: es un lector porque la narración está dirigida a él, y es narrado porque se le describe en la narración.

Por supuesto,  la totalidad de una  narración no siempre  está dirigida al lector-narrado, además,  ha de tenerse en cuenta que pueden haber varios lectores-narrados. La determinación de este tipo de lector, como he dicho con anterioridad, se desprende de la narración, o  de parte de la narración, que está dirigida a él. Ya solo queda establecer cómo se identifica esa narración, lo cual depende de las marcas del lector-narrado que aparecen en ella.

Hay marcas que no contienen referencia al lector-narrado, pero que al encontrarse en el contexto de la narración dirigida a él o ella,  ofrecen cierta información sobre este tipo de lector. Un ejemplo tomado de Frankenstein (de donde tomaré todos los ejemplos) es: "I shall certainly find no friend on the wide ocean, nor even here in Archangel, among merchants and seamen". Este fragmento pertenece a una carta que el capitán Robert Walton envía a su hermana Margaret Saville (que en este caso es el lector-narrado). Teniendo en cuenta que esta oración se encuentra en el contexto de la carta, es decir, el de la narración dirigida a este lector-narrado, se puede inferir que Margaret tiene conocimiento de los sentimientos de su hermano por lo que él le cuenta. Este conocimiento configura parte del retrato del lector-narrado.  Este tipo de marca es el que predomina a lo largo de la obra que nos concierne ya que la totalidad de la novela se compone de diferentes cartas.  Pero como el propósito de este trabajo no es hacer un resumen de esta novela, solo dejo patente la existencia de este tipo de marca y me centro en las que voy a comentar a continuación.

Otras marcas del lector-narrado son las que se refieren directamente a él o ella, y que aparecen en forma de pronombres personales, nombres propios, oraciones o sintagmas en imperativo, o referencias sinonímicas. Algunos ejemplos son, respectivamente:

- "You will rejoice to hear that no disaster has accompanied the commencement of an enterprise which you have regarded with such evil forebodings."
- "There, Margaret, the sun is forever visible, its broad disk just skirting the horizon and diffusing a perpetual splendour".
- "Remember, I am not recording the vision of a madman".
- "Heaven bless my beloved sister!".

También hay marcas que adoptan la forma de preguntas retóricas y de preguntas que el narrador dirige a si mismo  y que, aunque  no están durigidas directamente al lector-narrado, pueden suscitar una respuesta en él o ella, como por ejemplo, respectivamente,  "Did anyone indeed exist, except I, the creator, who would believe, unless his senses convinced him, in the existence of the living monument of presumption and rash ignorance which I had let loose upon the world?", y "Could he be (I shuddered at the conception) the murderer of my brother?". Además están las marcas que indirectamente se refieren al lector-narrado, "Thus strangely are our souls constructed, and by such slight ligaments are we bound to prosperity or ruin".

Por último tenemos las marcas que remiten al lector-narrado a través de la actitud del narrador. Son  las excusas que a veces presenta el narrador por no haber construido una oración de la forma más apropiada, por interrumpir su narración, o por ser incapaz de describir algo adecuadamente. Ejemplo de los dos últimos casos son:
- "Pardon this gush of sorrow; these ineffectual words are but a slight tribute to the unexampled worth of Henry, but they soothe my heart, overflowing with the anguish which his remembrance creates. I will proceed with my tale."
- I cannot describe the delight I felt when I learned the ideas appropriated to each of these sounds, and was able to pronounce them.

Todas estas marcas sirven tanto para describir al lector-narrado como para proporcionarle información, y a partir de ellas podemos hacer un retrato más o menos minucioso de este  tipo de lector, así como establecer la función que desempeña en el conjunto de la narración. Sin embargo, en este trabajo no voy a analizar su función ni a hacer un retrato suyo por dos razones. La primera es que mi propósito es otro, como más adelante mostraré, y la segunda es que, como dice el propio Gerald Prince, "It would be useless, because too long, too complicated, and too imprecise, to distinguish different categories of narratees according to their temperament, their civil status, or their beliefs.". Y aunque Prince también dice que sería relativamente fácil hacer una caracterización de la narración deacuerdo con el lector-narrado atendiendo a otros aspectos, no lo voy ha hacer por la primera razón que he expuesto al respecto.

Una vez establecido qué es el lector-narrado, y basándome en esta figura y en las marcas dirigidas a ella, el propósito de mi trabajo es determinar la estructura de la obra  y establecer las relaciones que se dan entre  diferentes fragmentos. Para esto he dividido el texto en sesenta fragmentos en los que aparecen las marcas mencionadas. He determinado la extensión de cada fragmento atendiendo a la cercanía de las marcas entre sí y a la inclusión de texto entre ellas que he considerado necesario para  facilitar su comprensión. Se puede tener acceso a la lectura de estos fragmentos de dos maneras. La primera es a través de la lectura completa del texto. Conforme se va leyendo, estos fragmentos aparecen en negrita y con las marcas del lector narrado subrayadas. Cada fragmento tiene un enlace que lo remite a una explicación de las impresiones que he obtenido de cada uno de ellos. La otra manera de acceder a la lectura es a través de la lectura del comentario que hago de cada fragmento, lo que supone una lectura fragmentada, y que remite por medio de enlaces a su correspondiente fragmento en la novela.  Recomiendo elegir la primera opción, pues de este modo se disfruta de la belleza de esta obra, y se obtiene una lectura más contextualizada. Así pues, invito a que se haga la elección que se considere oportuna, es decir, acceder al análisis a través del texto completo, o hacerlo a través de su  lectura fragmentada.
 
José Ángel Alabau Cabo
José Ángel Alabau Cabo