lunes, 6 de junio de 2016

El Fruto Del Espíritu 18: Templanza. Gálatas 5:22-23.

La ultima característica del fruto del Espíritu Santo que encontramos en Gálatas es la Templanza, también traducida como dominio propio, pero no por ser la última en esta lista significa que es la menos importante, pues, como lo estudiaremos a continuación, la templanza es el vínculo entre todas las demás características del fruto del Espíritu.

Comenzaremos definiendo etimológicamente la palabra templanza, que viene del griego enkrateia significa continencia, dominio propio o disciplina.

El plan de DIOS en la salvación de sus hijos, es que una vez trasladados a su reino seamos conformados a la imagen y semejanza moral de Jesucristo. Tito 2:11-12.

Muchos creen que DIOS nos ha hecho salvos del infierno, de su ira, de la muerte segunda, sin embargo, esas son las consecuencias de nuestra salvación, en realidad DIOS nos ha hecho salvos del pecado, y su obra es triple en nosotros los seres humanos.

Somos salvos del castigo por el pecado, es en nuestro espíritu, somos salvos del poder del pecado esto es en nuestra alma y seremos salvos de la presencia del pecado, esto es en nuestro cuerpo.

Por esto es que todo aquel que dice que es salvo, pero vive exactamente igual que antes de supuestamente serlo, debe plantearse seriamente la duda de si en verdad será salvo, si decimos ser salvos y aun así no tenemos temor de un DIOS Santo, si no le tenemos en cuenta para nada que no sea de nuestro beneficio, si no nos duele seguir pecando, entonces, en definitiva, necesitamos escuchar el verdadero evangelio bíblico. Cuando somos salvos se nota porque buscamos ser como nuestro salvador. C.H. Spurgeon.

Aquí es donde entra la templanza, como ya lo vimos en Tito 2.11-12, una vez que somos salvos del pecado, DIOS comienza a trabajar en nosotros, en el proceso de reflejar cada día más y más el carácter de Cristo, y la templanza es parte fundamental en este proceso.

La templanza como parte del fruto del Espíritu es la auto negación ante los malos deseos o placeres carnales impuros, es el contraste con las obras de la carne que el mismo apóstol Pablo describe unas líneas antes de hablar del fruto del Espíritu, la idea básica de la templanza es fuerza, poder o dominio de uno mismo, habla de gobierno propio, el cual solo se logra por nuestra permanencia en Cristo.

La templanza nos dice que estamos llamados a diferenciarnos de la demás gente que se deja llevar por los deseos de la carne, esa diferencia estriba en que nosotros bajo la dirección y control del Espíritu Santo ejercemos gobierno y regulación a nuestras acciones. 2ª Timoteo 1:7.

En contraste, aquellos que no han nacido de nuevo no pueden y no quieren ejercer control sobre sus actos pecaminosos, les da igual si están pecando o no, solo piensan en satisfacer los deseos de la carne, los que por la gracia de DIOS hemos sido regenerados, hemos abierto los ojos a la justicia de DIOS, y por primera vez en nuestras vidas nos damos cuenta de que lo que hacemos cuando cometemos pecados NO ES AGRADABLE A LOS OJOS DE DIOS.

La templanza es algo que se practica regularmente hasta perfeccionarla, pues no es algo que se da de la noche a la mañana, en 1ª Corintios 9:25-27, por medio de dos analogías vemos este principio.

Las analogías del atleta y el soldado evidentemente hablan de disciplina la cual es esencial en actividades deportivas y militares si es que se quiere sobresalir de entre los demás, la frase golpeo mi cuerpo, no se refiere a la auto flagelación como se mal entendido por muchos fanáticos extremistas, se refiere a mantenerlo en sujeción, habla de mantener bajo control los deseos y acciones pecaminosas que van en contra del carácter Justo y Santo de DIOS.

La gran diferencia entre el atleta y el militar y un hijo de DIOS, es que los primeros casos lo hacen por autodeterminación, por su propio deseo y voluntad, mientras que los hijos de DIOS reconocemos que si ejercemos disciplina en nuestras pasiones es porque es DIOS quien pone el querer como el hacer. Filipenses 2:13.

Ellos corren por un galardón terrenal, nosotros lo hacemos por amor a Cristo y reconocemos que es Cristo en nosotros.

Un atleta que solo entrena a fondo cuando está presente su entrenador es falto de templanza, un obrero que solo trabaja al cien cuando está presente su jefe es falto de disciplina, un soldado que solo se esfuerza por hacer las cosas bien cuando está presente un superior es falto de dominio propio, de la misma manera si solo nos comportamos como cristianos cuando estamos frente a otros cristianos (en la iglesia) es porque no hemos desarrollado la templanza como debe de ser, tal como le pasó al mismísimo apóstol Pedro. Gálatas 2:11-14.

Si solo nos comportamos como cristianos cuando estamos en la iglesia, es porque nos gusta guardar las apariencias, porque deseamos llenar las expectativas de los que nos rodean, pero posiblemente no ha ocurrido un cambio interno significativo, pues aquellos que han nacido de nuevo ya no practican el pecado. 1ª Juan 3:8.

La templanza es el dominio de los deseos y las pasiones propias de la carne, incluidos los instintos más básicos como el comer o el deseo sexual. 1ª Corintios 7:9.

La templanza se refiere no a refrenarlos por completo, eso es ascetismo que es abstención total, más bien es tener el equilibrio correcto, no es malo comer, por el contrario, es una necesidad primordial, pero cuando abusamos y caemos no solo en el sobrepeso, sino en la obesidad o hasta la obesidad mórbida entonces somos faltos de templanza.

De igual manera no es malo el desear casarse y estar con una persona toda la vida, pero cuando alteramos el orden y deliberadamente tenemos intimidad fuera del contexto del matrimonio, solo por darle gusto a la carne es por falta de dominio propio.

Pero no nos confundamos, en los casos donde DIOS explícitamente nos marca un alto, entonces los creyentes nos abstenemos por completo. Gálatas 5:19-21. Romanos 1.29-31. Marcos 7:22-23.

No se puede adulterar de forma equilibrada, eso es una abominación y es torcer la Escritura a nuestra conveniencia carnal.

Es el Espíritu Santo la fuerza dentro de nosotros, la motivación, el poder, que opera en nuestro interior llevándonos a perfeccionar la santidad en el temor de DIOS, y hace que Cristo sea una realidad en nuestras vidas al reflejarlo en todo lugar y con todas las personas, no somos nosotros por nuestra cuenta, al decir disciplina o dominio propio, no se refiere a que es algo que nosotros hacemos aparte de DIOS, eso es simplemente imposible, si los hijos de DIOS podemos ejercer el dominio propio, es por la acción de la gracia de DIOS, de lo contrario no solo no podríamos hacerlo, no tendríamos ni el deseo de hacerlo.

Es el Espíritu Santo quien nos muestra que la luz y las tinieblas no se mezclan, que no podemos en nuestra nueva naturaleza vivir como en la antigua, que la santidad y la inmundicia no van juntas, el deseo de ser Santos como nuestro DIOS, lo produce el Espíritu en nuestro interior.

El dominio propio es en realidad el dominio del Espíritu Santo. Romanos 8.8-10.

Una vida sin el Espíritu no puede, por sí misma, desarrollar el fruto del Espíritu, pues no basta con tener la voluntad de querer hacer las cosas correctas, si no se tiene el poder de hacerlas de nada sirve, tal como le pasaba al apóstol Pablo. Romanos 7:14-25.

Ser santos significa en forma práctica ser como Cristo, la templanza es la característica del fruto del Espíritu que nos permite separarnos del mundo para DIOS, pero no podemos hacerlo por nuestra cuenta, lo único que hacemos es conscientemente elegir el poner nuestra mirada en cristo, rendirnos por completo a su control y dejar que él haga su voluntad en nosotros.

Ser santos significa tener dominio propio sobre la carne, y ese dominio lo ejerce Cristo en nosotros, no lo hacemos nosotros por nuestra cuenta.

Jesucristo es no solo nuestro mejor y mayor ejemplo de Templanza, sino que él mismo en nuestras vidas ejerce esa templanza. Hebreos 4.15. Jesús ejerció el dominio propio bajo el dominio del Espíritu Santo, esto lo vemos en Lucas 4:1-13.

Del relato del médico amado Lucas se desprenden 5 verdades que nos apuntan a la Templanza ejercida por el Espíritu Santo en los suyos.

1.    Cuando Jesús fue tentado, estaba Lleno del Espíritu Santo.

La llenura del Espíritu Santo en nuestros días, con el movimiento carismático-pentecostal en su apogeo ha sido tergiversada al extremo de caer en doctrinas no bíblicas como:

·         Caerse al suelo.
·         Hablar en lenguas.
·         Andar borracho en el culto.
·         Tener dones milagrosos.
·         Tener unción sanadora.
·       Hacer cosas locas pues no se pueden controlar, están llenos y no lo pueden evitar, según ellos.
·         Predicar con poder o unción.
·         Ser un líder reconocido en la congregación.
·         Un sentimiento hermoso.
·         Una experiencia inexplicable.
·         Temblor incontrolable.
·         Risa santa y fuera de orden,
·         Etc.

Para un cristiano, la llenura del Espíritu significa que Jesucristo consume todo nuestro ser, que somos uno con él todo el tiempo, que pensamos en él, que vivimos en él, que lo amamos a él, que solo se trata todo el tiempo de él, casi todos los adolescentes pasan por esto muchas veces, se llama estar enamorados.

2.    El enemigo buscaba un área de debilidad en Jesús, sabiendo que llevaba 40 días en ayuno era obvio que tendría hambre (Jesús fue 100% un ser humano en su ministerio y vida terrenal). Por ello es que la tentación consistió en sugerirle comida.

3.    Jesús no permitió que su mente se concentrara en su hambre o en la comida sugerida por el diablo, el volteo a las Escrituras para resistir la tentación.

4.    El diablo continuó tentándole, Jesús seguía recordándole lo que la Escritura dice.

5.    Al no caer en tentación el diablo se apartó de él.

En este relato vemos que Jesús por su propia cuenta no resistió la tentación, no ejerció dominio propio independientemente del Espíritu, por el contrario, estaba lleno de Él, y actuaba en total dependencia de Él, eso lo llevo a concentrar sus pensamientos en DIOS y Su Palabra y no en las tentaciones en sí, nada de lo que el diablo le dijo o hizo dio resultado sencillamente porque Jesús tenia dominio propio total por el poder del Espíritu Santo.

Es imposible que no tengamos tentaciones en este mundo caído. Santiago 1:12-15.

La victoria sobre la tentación y los pecados de la carne solo es posible al poner nuestras mentes en Cristo. Colosenses 3:1-3.

Jamás podremos superar los pecados de la carne por medio de determinación propia y auto disciplina, eso es mirar hacia abajo y hacia dentro de nosotros mismos, cuando la biblia claramente dice que la mirada es arriba en Cristo y Cristo al ejercer dominio en nosotros nos llevara a ejercer el dominio propio o templanza.





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