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Sartre, padre del existencialismo

En su obra, Sartre reivindica que el ser humano, condenado a la libertad, es el hacedor de su propia existencia.

Sartre, padre del existencialismo

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El más genuino representante del existencialismo francés pensaba que no necesitaba a Dios para amar a sus semejantes. En su obra filosófica se percibe la influencia de la fenomenología de Husserl, la dialéctica de Hegel y el psicoanálisis de Freud. Sartre afirmaba que el hombre está habitado desde el principio por la nada, de manera que la condición humana está compuesta, a la vez, de ser y, sobre todo, de no-ser. “El hombre no es otra cosa que lo que él hace de sí mismo”. En ese sentido, el ser humano está condenado a la libertad, piensa el filósofo francés.

La base del existencialismo. “El ser humano es el único que no sólo es tal como se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el principio del existencialismo”, postula Sartre. El filósofo afirma que el hombre es el ser por el cual la nada llega al mundo. Su pensamiento se configura en el reino de la conciencia soberana, de la libertad irrenunciable, del sujeto que se sabe creador del sentido o del sinsentido de la existencia.

El ser humano, en esencia. Su gran obra filosófica, El ser y la nada, está dedicada a la construcción de una teoría de ese sujeto individual. El pensador parisino cree que la nada está en el seno mismo del ser, como un gusano, precisamente para que la conciencia libre pueda despegarse de sí. En esa obra aparecen una serie de categorías, como la falta de algo, sin la cual el deseo resulta inimaginable. También la angustia, que no es miedo a un objeto externo, sino conciencia de la imprevisible conducta propia. Esas y otras categorías fueron utilizadas en el ejercicio de lo que el propio Sartre denominó su “psicoanálisis existencial”, que no tiene nada que ver con el freudiano, dado que el del filósofo es el de la vida del ser humano.

Pensador y militante. La existencia de un individuo es conciencia desgraciada, ya que no puede soportar su estado de desgracia. Y no puede soportarlo porque jamás será dejado en paz por las posibilidades que a un tiempo sabe suyas y no suyas. Son suyas porque rompiendo consigo mismo las elige, y no son suyas porque nunca las podrá agotar en su total plenitud. Una vez expuesto su existencialismo militante, el filósofo escribió la Crítica de la razón dialéctica, en la que afirmó que el marxismo es la filosofía no superada de nuestro tiempo. En este período de su vida, Sartre se volcó en un activismo político e intelectual que cristalizó en su libro Manos sucias, en el que analizó el problema de ser un intelectual y participar en política. En las décadas de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, su pensamiento existencialista caló profundamente en la generación beat estadounidense y europea. En el terreno literario, su novela La náusea fue un gran éxito editorial.

El intelectual comprometido

Nacido en París en 1905, se puede decir que su hogar fue bastante acomodado. Estudió en la elitista École Normale Supérieure, donde conoció a Simone de Beauvoire, que desde entonces fue su compañera inseparable, aunque no mantuvo con ella una relación monógama. Años después, estudió en Berlín y entró en contacto con la obra de Heidegger. Sartre publicó El ser y la nada en 1943. En 1950 rompió con Albert Camus, tras una dura polémica. Tomó partido por la Unión Soviética afirmando que no hacerlo era darle alas al capitalismo. Pero condenó la invasión soviética de Checoslovaquia y apoyó a los estudiantes franceses en mayo de 1968.

Cuatro años antes le concedieron el Premio Nobel de Literatura, que rechazó por su deseo de no ser recuperado por la burguesía, aunque hizo constar su “alta estima” por la Academia Sueca. Colaboró con Bertrand Russell en un tribunal internacional que juzgó los crímenes de guerra estadounidenses en Vietnam. A su muerte en 1980, dejó una ingente obra filosófica y literaria.

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