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Organización del espacio global en la geopolítica "clásica": una mirada desde la geopolítica crítica*

Organization of global space in "classical" geopolitics: a view from critical geopolitics

Organização do espaço global na geopolítica "clássica": uma visão da geopolítica crítica

Luis González Tule
Universidad del Norte, Colombia

Organización del espacio global en la geopolítica "clásica": una mirada desde la geopolítica crítica*

Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, vol. 13, núm. 1, pp. 221-238, 2018

Universidad Militar Nueva Granada

Recepción: 08 Mayo 2017

Recibido del documento revisado: 11 Mayo 2017

Aprobación: 29 Septiembre 2017

Resumen: La geopolítica nace y se desarrolla entre 1870 y 1945, en la era de mayor rivalidad entre imperios europeos, dos guerras mundiales, la alteración de las fronteras y del mapa político, grandes desarrollos tecnológicos y una transformación en las relaciones de poder (Ó Tuathail, 1998b). El presente trabajo pretende analizar cómo fue organizado el espacio global en la primera mitad del siglo XX por los autores "clásicos", todos ellos provenientes de las principales potencias. Desde la óptica de la geopolítica crítica, se argumenta que en la primera mitad del siglo XX tanto Europa como Estados Unidos establecieron un discurso dominante a través de "modelos geopolíticos" para organizar el espacio siguiendo sus propios intereses e identidades nacionales.

Palabras clave: geopolítica clásica, geopolítica crítica, modelos geopolíticos.

Abstract: Geopolitics was born and developed between 1870 and 1945, in the era of greater rivalry between European empires, two world wars, alteration of borders and political map, great technological developments, and the transformation of power relationships (Ó Tuathail, 1998b). This paper aims to analyze how the global space was organized in the first half of the 20th century by "classical" authors, all of them from the main powers. From the perspective of critical geopolitics, It is argued that in the first half of the twentieth century both Europe and the United States established a dominant discourse through "geopolitical models" to organize space following their interests and national identities.

Keywords: classic geopolitics, critical geopolitics, geopolitical models.

Resumo: A geopolítica nasceu e se desenvolveu entre 1870 e 1945, na era de maior rivalidade entre os impérios europeus, duas guerras mundiais, a alteração das fronteiras e o mapa político, grandes desenvolvimentos tecnológicos e uma transformação nas relações de poder (Ó Tuathail, 1998b). O presente trabalho pretende analisar como o espaço global foi organizado na primeira metade do século 20 pelos autores "clássicos", todos eles dos principais poderes. Do ponto de vista da geopolítica crítica, argumenta-se que, na primeira metade do século XX, a Europa e os Estados Unidos estabeleceram um discurso dominante através de "modelos geopolíticos" para organizar o espaço seguindo seus próprios interesses e identidades nacionais.

Palavras-chave: geopolítica clássica, geopolítica crítica, modelos geopolíticos.

Introducción

El término "geopolítica" fue acuñado por primera vez en 1899 por el politólogo y geógrafo sueco Rudolf Kje-llén. Para Kjellén, el Estado semejaba un organismo vivo que, siguiendo las leyes de la naturaleza, crecía, se desarrollaba y moría. En su teoría orgánica asignó igual importancia a los individuos y a la nación, pues sin estos elementos el Estado no existiría (Kristof, 1960). En la misma lógica, dos años antes el geógrafo alemán Friedrich Ratzel publicó Geografía política (Poli-tische Géographie), en la que también definió al Estado como un organismo vivo, el cual tiende a crecer por sí mismo y a diferenciarse de otros Estados en igual situación. El objetivo de esta expansión es la conquista del "espacio vital" (Lebensraum), el área geográfica donde se desarrollan los organismos. En este sentido, al igual que otros seres vivos, los conflictos entre Estados se dan en buena medida por la conquista de territorios. Estas formulaciones coincidieron con la publicación de otros "modelos geopolíticos" y contribuyeron al desarrollo de la obra de la escuela alemana hasta mediados del siglo XX1.

Desde sus orígenes a finales del siglo XIX, la geopolítica ha tenido un desarrollo teórico y práctico vinculado a los objetivos de la política exterior de las principales potencias occidentales. El término de Kjellén sirvió para estudiar "la influencia de los factores geográficos [...] sobre el desarrollo político de la vida de los pueblos y Estados"2. Para los autores que continuaron con esa línea hasta la Segunda Guerra Mundial, también llamados pensadores imperialistas (Ó Tuathail, 1998a) o geopolíticos "clásicos", los elementos geográficos eran vistos como determinantes en el curso de la historia, de la política y de la sociedad, pues consideraban que ejercían mayor influencia que los deseos humanos en la estructura y conformación de los Estados (Ó Tuathail y Agnew, 1992). El determinismo geográfico, o geodeterminismo, y el discurso imperialista asociado a la geopolítica clásica cambiaron luego de la derrota del Eje y de haber sido vinculada la escuela geopolítica alemana con el expansionismo nazi. Es hasta los años setenta cuando la geopolítica resurge como: 1) una práctica del poder en voz del ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger; 2) como un tema de investigación de la academia, y 3) como parte de la retórica de grupos pro militares y neocon-servadores en favor de la Guerra Fría (Taylor y Flint, 2002).

A pesar de la variedad de significados, el objeto de estudio de la geopolítica no dejó de estar vinculado a la organización del escenario internacional desde una perspectiva espacial (Parker, 1985). ¿Cómo fue organizado y producido el espacio global por los intelectuales y estrategas militares de las principales potencias en la primera mitad del siglo XX? El presente trabajo pretende dar respuesta a este interrogante, analizando las obras más influyentes de la época clásica desde el marco analítico de la geopolítica crítica. Se busca evidenciar cómo, a través de modelos geopolíticos y por más de medio siglo, Europa y Estados Unidos establecieron un discurso dominante para organizar el espacio, siguiendo sus propios intereses e identidades nacionales desde los orígenes de la geopolítica hasta la Segunda Guerra Mundial.

El texto está estructurado en tres partes. La primera delimita el significado de la geopolítica crítica y justifica su adopción como enfoque analítico. La importancia de la geopolítica crítica radica en que a través de esta es posible descifrar cómo los estrategas de Estado, militares e intelectuales construyen el discurso espacial que influirá sobre la política exterior de su país. El segundo apartado desarrolla los orígenes imperialistas del pensamiento geopolítico, tomando como referencia los modelos más influyentes de la época: la teoría del poder naval del almirante estadounidense Alfred Mahan, la teoría del corazón continental (Heartland) del geógrafo británico Halford Mackinder y el modelo de panregio-nes del general alemán Karl Haushofer. Entre otras razones, la obra de esos autores es significativa porque a partir de sus respectivos modelos "la heterogeneidad geográfica se convierte en homogeneidad geopolítica" (Ó Tuathail, 1998b, p. 17), impactando tanto en la política exterior de los Estados como en el desarrollo de la disciplina misma. En una tercera parte se exponen las reflexiones finales a la luz del análisis de la geopolítica crítica.

Geopolítica crítica

La geopolítica crítica, inspirada en los trabajos sobre el análisis y la deconstrucción de los discursos de Foucault y Derrida (Power y Campbell, 2010), e inicialmente propuesta por Dalby (1991), Ó Tuathail y Agnew (1992) y Ó Tuathail (1996), surge como un modelo que cuestiona y busca explicaciones alternativas a la producción del conocimiento geopolítico moderno y que pretende examinar los significados, tanto implícitos como explícitos, asignados a los lugares para justificar las acciones en materia de política exterior (Taylor y Flint, 2002). Una de sus principales premisas es que los órdenes geográficos son creados por actores clave y trasladados a otros escenarios (Warf, 2006), por lo que la organización del espacio no es una práctica neutral ni objetiva. Dichas prácticas, entendidas como parte de un discurso3, son formas políticas y culturales de "describir, representar y escribir acerca de la geografía y la política internacional" (Ó Tuathail, 1998a, p. 3). Por ello, a los defensores de esta aproximación les interesa saber cómo el conocimiento geográfico es condensado en razonamientos geopolíticos por estadistas e intelectuales. En otras palabras, pretenden comprender la complejidad de las sociedades y de los territorios y explicar de qué manera el conocimiento del espacio -y su vinculación con el tiempo- es reducido a commodities de seguridad y lugares que necesitan ser controlados, invadidos o domesticados (Ó Tuathail y Ag-new, 1992, p. 195).

Como se desprende de lo anterior, la idea de geopolítica ha estado vinculada a las estructuras de poder y conocimiento. Para los geopolíticos críticos, quienes recuperan el argumento de Foucault de que "el ejercicio del poder genera conocimiento y, a la inversa, el conocimiento induce efectos en el poder"4, los discursos geopolíticos son creados por instituciones -Gobierno, Ejército, mercado- y actores -intelectuales de Estado y políticos- con la finalidad de justificar su propio poder y autoridad sobre la población u otros Estados (Ó Tuathail, 1998a). Por ejemplo, la propuesta del almirante estadounidense Alfred Mahan en su obra The Influence of Sea Power Upon History, de 1890, revela tanto la importancia de la geografía y del territorio en la arena política, como la intención de crear una gran flota naval para garantizar la grandeza nacional de su país. Otro caso que ejemplifica la relación poder-conocimiento-poder después de la Segunda Guerra Mundial -y que va más allá de las etiquetas que acuñaron los geopolíticos imperialistas como el modelo del Heartland de Halford Mackinder-, es la estrategia de "contención" orquestada durante la Guerra Fría y planeada luego del Long Tele-gram5 de George Kennan, quien añadió el ingrediente ideológico al afirmar que Rusia no solo era un gran territorio, sino una constante amenaza para Estados Unidos (Ó Tuathail, 1998a). En ambos casos el conocimiento formal y práctico es puesto al servicio de la política para aumentar el poder de las naciones de origen.

La perspectiva de la geopolítica crítica permite evidenciar que la geopolítica formal y la práctica nunca pueden ser neutrales políticamente6. El razonamiento formal fue producido por intelectuales o estrategas militares con el fin de crear un "sistema codificado de ideas y principios para guiar la conducta de la política" (Ó Tuathail y Ag-new, 1992, p. 194). Así, se dividió el mundo en distintas partes y se crearon conceptos y modelos de "seguridad arquetípicos" a los que se asignó "la máxima prioridad política" (Taylor y Flint, 2002, p. 97). A partir de los modelos, como se verá más adelante, intelectuales y estrategas militares que se basaron en las características naturales de la tierra, generaron una conciencia del mundo cada vez más pequeño cuyos cambios son cada vez más rápidos (Agnew, 2003). El periodo que abarca este razonamiento, que va de finales del siglo XIX a mediados del XX, también se caracterizó por el énfasis en el diseño del proceso evolutivo y por incorporar el racionalismo cartesiano al estudio de las relaciones internacionales (Ó Tuathail, 1996). Los razonamientos prácticos, por su parte, fueron -y siguen siendo- hechos por los estrategas de Estado con miras a evaluar amenazas más allá de las fronteras (Taylor y Flint, 2002) y así diseñar la política exterior de su país. El periodo en el que se desarrollan estos últimos es posterior a la Segunda Guerra Mundial y también han sido identificados como "códigos geopolíticos", es decir, los supuestos estratégicos de un gobierno en materia de política exterior (Taylor y Flint, 2002)7.

Tres modelos para organizar el espacio global

Como se mencionó al inicio del trabajo, los escritos de Kjellén y Ratzel influyeron en la obra de autores posteriores. Tal es el caso de Haushofer y sus colaboradores, quienes después de la Primera Guerra Mundial retomaron el concepto de Kjellén para adaptarlo a los preceptos de la escuela alemana (Ó Tuathail, 1996). En el mismo escenario imperialista, pero en otras latitudes, un número importante de estrategas militares e intelectuales de Estado produjo una ingente bibliografía con la finalidad de influir en la política exterior de sus naciones8. Siguiendo la propuesta de Ó Tuathail y Agnew (1992), sobre la necesidad de entender cómo es que el conocimiento geográfico es transformado y reducido a un razonamiento geopolítico, en esta sección se abordarán los tres autores que propusieron los modelos más significativos de su época, todos provenientes de las principales potencias y precursores de las tradiciones geopolíticas dominantes: Alfred Mahan, Halford Mackinder y Karl Haushofer.

La influencia del poder naval en Alfred Mahan

El trabajo más conocido e influyente de Alfred Mahan (1840-1914) se desarrolla en la misma década en que surge el término "geopolítica". En 1890 pública The Influence of Sea Power upon History, texto que centra su atención en señalar la importancia geoestratégica de contar con una marina de guerra poderosa. La necesidad de crear esa flota militar surge "del solo hecho de existir una flota mercante", para su protección (Mahan, 2013, p. 306). Aunque en la práctica, como ha quedado en evidencia con la política exterior estadounidense desde hace más de un siglo, va más allá de la protección al comercio e implica la pronta actuación en conflictos alrededor del mundo y encarna una estrategia de prevención-disuasión.

El trabajo de Mahan se publicó en un momento trascendental para Estados Unidos: el país dejaba atrás el aislacionismo que caracterizó su política externa en la mayor parte del siglo XIX; comenzaba las intervenciones directas en la política latinoamericana; había terminado la exploración terrestre de su territorio y, en su proyección marítima, comenzaba el desarrollo de una flota naval de alcance mundial. Sin alejarse de los condicionantes geográficos a los que incorpora el ingrediente político de la forma de gobierno y el tipo de población, Mahan enumera las características que afectan al poder naval de las naciones: 1) situación geográfica; 2) configuración física, incluyendo, por su relación con ella, los productos naturales y el clima; 3) extensión territorial; 4) número de habitantes; 5) carácter de estos habitantes, y 6) clase de gobierno incluyendo las instituciones nacionales (Mahan, 2013, p. 308). Por ello, y tomando como referencia el Imperio británico9, propone un modelo que garantice la supremacía de Estados Unidos mediante la construcción de 1) un comercio exterior próspero; 2) una marina mercante defendida por una marina de guerra de igual magnitud; 3) bases marítimas para los navíos, y 4) "en un contexto imperialista, unas colonias que aporten materias primas" (González y Aznar, 2013, p. 345).

Como se deduce de lo anterior, para Mahan la clave para forjar un poder marítimo pasa por el desarrollo de un comercio exterior próspero, y añade que los grandes poderes se encuentran en los países "insulares", protegidos en sus costas y provistos de una red de bases terrestres capaces de aumentar el poder naval (Flint, 2006). La "insularidad" de Mahan no solo se refiere a países como Inglaterra o Japón, sino que alcanza a Estados Unidos que, al no tener amenazas vecinas dentro del continente americano, debe ser considerado como "estratégicamente insular" (González y Aznar, 2013, p. 346). La idea de posición insular de Estados Unidos será retomada por el ex consejero de Seguridad Nacional estadounidense Zbigniew Brzezinski en The Grand Chessboard, aunque cabe señalar que Brzezinski (1997) hace referencia a una "isla continental" y no reconoce ningún crédito a Mahan.

En el ámbito diplomático, la obra de Mahan coincide con uno de los ejemplos paradigmáticos de las "contradicciones" de la política exterior estadounidense (Kissinger, 1996): el realismo de Theodore Roosevelt con su "política del garrote" frente al idealismo de Woodrow Wilson. Las actitudes contradictorias de la política exterior estadounidense, siguiendo a Kissinger, se dan entre servir a los valores democráticos perfeccionando la democracia del país y la obligación de defender dichos valores en el resto del mundo. Su obra, además, influyó considerablemente en los presidentes estadounidenses William Mckinley y Theodore Roosevelt, así como en el káiser Wilhelm II (Flint, 2006) y fue considerada en los escritos del geopolítico que se estudiará a continuación, el geógrafo y profesor británico Hal-ford Mackinder, quien sostuvo la tesis contraria al poder marítimo.

El control por la gran isla-mundial de Halford Mackinder

En su deseo por preservar y aumentar la supremacía de Gran Bretaña como potencia global, Mackinder (1861-1947) elaboró una recomendación estratégica a partir de un "análisis histórico" que relaciona el dominio de una potencia imperial con el entorno físico y el desarrollo tecnológico de los medios de transporte. En su discurso The Geographical Pivot of History, pronunciado en 1904 ante la Real Sociedad Geográfica de Londres (RGS, por sus siglas en inglés)10, establece diferentes épocas en la historia caracterizadas por 1) dramas dominantes, 2) un medio de movilidad preponderante, y 3) una región específica ascendente. La llegada del siglo XX, en términos de Mackinder, marcaba el inicio de una tercera época que dejaba atrás las eras precolombina y colombina para dar paso a la poscolombina. Esto significaba que había concluido la apropiación política de los territorios del planeta, por lo que de allí en adelante, en la era poscolombina, cualquier intención por conquistar un nuevo territorio provocaría un conflicto bélico entre las potencias "civilizadas o semi-civiliza-das"11 (Mackinder, 1904, p. 421). De igual manera, asigna un rol importante al medio de movilidad para justificar el paso de una era a otra. En la era colombina la movilidad por el océano rivalizó y se sobrepuso a la terrestre de los caballos y camellos que predominó durante la precolombina. El dominio de los mares, por ejemplo, permitió a los europeos alcanzar una posición dominante en el mundo, pero dicho dominio en la última época, y con la llegada del ferrocarril, requeriría el control y la explotación de los vastos recursos de las masas terrestres.

Este elemento fue fundamental para el desarrollo de su modelo, ya que en ningún otro lugar los ferrocarriles transcontinentales pueden tener tanto efecto como en lo que denomina la "región pivote" de Eurasia, probable centro de la política mundial (Mackin-der, 1904, p. 434). Para Mackinder, la región pivote era importante por ser la masa terrestre más grande del planeta, por poseer recursos minerales, combustibles y extensas áreas de cultivo, y porque podía ser cubierta por una red de ferrocarriles lo que, a su vez, reduciría los costos comerciales en relación con los del transporte marítimo (ver figura 1). Adicionalmente, conectaría dos potencias que amenazaban el dominio global inglés: Rusia y Alemania. En ese sentido, la mayor preocupación del geógrafo británico era una alianza entre Rusia y Alemania capaz de construir una flota imperial de alcance mundial a partir de la explotación de los recursos continentales de la región pivote: la moderna y eficiente maquinaria alemana sumada a la gran masa demográfica rusa (Mackinder, 1904). Para contrarrestar esa superioridad geoestratégica, Mackinder propuso una política de "equilibrio de poder" entre la zona tradicional de influencia de Gran Bretaña -por el acceso a la navegación- y la zona más circundante a la región pivote. Es decir, que Inglaterra formara un equilibrio de poder entre el llamado "cinturón exterior" (outer crescent), conformado por Gran Bretaña, Canadá, Estados Unidos, Sudáfrica, Australia y Japón, y el "cinturón interior" (inner crescent), donde se hallan Alemania, Austria, Turquía, India y China12 (Mackinder, 1904, p. 436).

Modelo de la región pivote o corazón continental
Figura 1
Modelo de la región pivote o corazón continental
Fuente:Mackinder (1904, p. 435).

En una segunda obra, titulada Democratic Ideas and Reality: A Study in the Politics of Reconstruction, publicada al finalizar la Primera Guerra Mundial, Mackinder aumenta la zona de influencia terrestre y renombra Eurasia como la "isla-mundial" (World-Island) y a la región pivote la denomina "corazón continental" (Heartland). Aquí concede una importancia geopolítica mayor a la isla-mundial y establece su célebre máxima (Mackinder, 1942, p. 106):

Esta formulación muestra su preocupación por evitar la creación de una potencia terrestre y el determinismo geográfico de que la región influye en la organización política de los pueblos y en el control de unos sobre otros. A diferencia de Mahan, quien se enfoca en el desarrollo de una potencia naval y en el control del comercio marítimo, Mackinder trasladó los conflictos al ámbito terrestre-continental tras entender el escenario global como un "sistema cerrado" en el que los países están necesariamente interconectados.

A pesar de la guerra, el modelo original de Mackinder continuó prácticamente inalterado: la isla-mundial seguía siendo el principal foco de atención como centro de poder y la alianza ruso-germana continuaba siendo vista como una amenaza que debía ser evitada por todos los medios posibles (Heffernan, 2003). La diferencia entre una obra y otra consistió en la estrategia para evitar dicha alianza. En 1919 Mackinder propuso la creación de "Estados tapón" (buffer states) que dividirían Europa en dos. Estos Estados tapón, en conjunto, tendrían salida a los mares Báltico, Adriático y Negro y servirían para separar físicamente Alemania de Rusia (figura 2). Dentro de la estrategia, los Estados más expuestos a la agresión prusiana, Polonia y Bohemia, también serían los más civilizados (Mackinder, 1942, p. 116).

Modelo de Estados tapón entre Alemania y Rusia
Figura 2
Modelo de Estados tapón entre Alemania y Rusia
Fuente:Mackinder (1942, p. 115).

Con base en lo anterior, cabe destacar que la obra de Mackinder es importante por cuatro razones: 1) por su gran visión global; 2) por su división del mundo en vastas franjas de territorio; 3) por suponer que las condiciones geo gráficas influyen en el curso de la historia y la política (Ó Tuathail, 1998b), y 4) por la influencia que ejerció en la obra de otros autores, entre ellos en los textos de la escuela geopolítica alemana y en particular sobre Karl Haushofer. Por esa razón, no es de extrañar que autores como Flint (2006) consideren a Mackinder el geopolítico más influyente de los que emergieron al final del siglo XX (Flint, 2006)13, y el estratega que sentó las bases intelectuales para la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), al proponer una alianza interoceánica entre Gran Bretaña y Estados Unidos. Tampoco es exagerada la influencia que tuvo Mackinder sobre los estadounidenses Nicholas Spykman y George Kennan -ambos defensores de controlar el avance de la Unión Soviética- y sobre las formulaciones políticas de dominio global o de contención de Estados Unidos. Para otros, es considerado el geopolítico que trazó las bases teóricas y, de forma sintetizada, del puente que une las ciencias naturales con las sociales (Atkinson y Dodds, 2003).

Karl Haushofer: geopolítica imperialista entre guerras

Karl Haushofer (1869-1946), general retirado y profesor de geografía en la Universidad de Múnich14, es heredero del darwinismo social de Ratzel y de la teoría del corazón continental de Mac-kinder. Como estudioso de la obra de Ratzel, Haushofer adoptó la idea del "espacio vital" (Lebensraum) de los Estados para justificar que, para sobrevivir, Alemania necesitaba expandir sus fronteras. Esto como resultado de la presión demográfica, de su gran desarrollo industrial y por las limitaciones que impuso el Tratado de Versalles -que Haushofer consideraba injusto porque con él Alemania perdió sus colonias y parte de su territorio en Europa-. En ese sentido, la escuela geopolítica alemana partirá de supuestos realistas y en contra de la postura idealista que trajo consigo este tratado. Así, el periodo en que se desarrolla la geopolítica de Haushofer será fundamental en el devenir de su pensamiento15.

Fiel a los preceptos de la teoría organicista del Estado, establecidos por Ratzel y Kjellén, Haushofer consideró los aspectos geográficos no solo como determinantes de la política externa de una nación, sino también como predominantes en los asuntos internos (Cairo, 2012). El objetivo de la política interior, en términos del general, debía ser garantizar la capacidad de basarse en sus propios recursos sin depender de otros Estados. Es decir, que el Estado alcanzara la autarquía. En el plano exterior, la política debía velar por conservar el espacio vital y, en caso de ser necesario, ampliarlo cuando resultara limitado. La expansión alemana para Haushofer tenía que ser al este de Europa, rumbo al "corazón continental" que propuso Mackinder, y establecer una alianza estratégica "de cooperación inteligente" con Rusia sin importar el régimen de este país, pues consideraba que las características fundamentales de la política exterior -vinculadas al espacio físico- permanecían independientemente del gobierno (Haushofer, 2012, p. 335). En esa misma línea, retomando el modelo que Mackinder diseñó para Gran Bretaña, fue partidario de acercarse al Imperio japonés para forjar un bloque continental-marítimo entre Alemania, Rusia y Japón, que sirviera de contrapeso a las potencias marítimas de la época -Inglaterra y Francia- a las que consideraba en plena decadencia (Ó Tuathail, 1998 b).

El entendimiento de estos deseos, de acuerdo con Flint (2006), llevó a la geopolítica alemana a plantear su modelo de panregiones por el que proyecta a su país globalmente como un actor preponderante en el escenario mundial (figura 3). Siguiendo la idea del panamericanismo de base ideológica implícito en la doctrina Monroe, el modelo alemán divide el mundo latitudinalmente en cuatro grandes regiones de norte a sur. Cada una de estas tiene un centro de poder -que son Alemania, Rusia, Japón y Estados Unidos- y una periferia, que es la zona de influencia de los centros de poder y que cuenta con amplios recursos naturales (Taylor y Flint, 2002). Para Flint (2006), con el modelo de panregiones, Haushofer encontraba la solución al expansionismo alemán sin iniciar un conflicto con Estados Unidos.

Modelo geopolítico de panregiones
Figura 3
Modelo geopolítico de panregiones
Fuente:Rosales (2005, p. 25).

El contenido de la obra de Haushofer desarrollado en el periodo entre guerras, así como su cercanía con el poder político-militar, sirvió para asociar a los autores de la escuela geopolítica alemana como los estrategas intelectuales del nazismo. En esa tesitura, la revista Life, en 1939, etiquetó a Haushofer como el "filósofo del nazismo de Hitler" (Ó Tuathail, 1996, p. 115), y los críticos estadounidenses descalificaron toda la geopolítica al asociarla con la Geopolitik del Tercer Reich (Spencer, 1988). Basta señalar algunas diferencias entre la geopolítica alemana que encabezó Haushofer y la ideología nazi para desmitificar dicha asociación. La escuela geopolítica alemana, siguiendo a Bassin (1987), deriva del materialismo científico de Ratzel, que promueve la expansión de las fronteras, en tanto que el nacionalsocialismo sostiene que existen cualidades humanas innatas por lo que exalta las teorías de la superioridad racial. De hecho, Haushofer (2012, p. 335) consideraba que un pueblo que piensa en términos planetarios debía evitar los "falsos prejuicios raciales". Para el profesor de geografía de la Universidad de Múnich, es el espacio y no la raza el que determina el destino nacional (Ó Tuathail, 1998b) y es la geopolítica la que delimita -o determina- el área natural de un Estado (Cairo, 2012).

Al término de la Segunda Guerra Mundial hacía varios años que el general había sido relegado de los círculos del poder político-militar de la Alemania nazi16. El asesinato de su hijo, acusado de planear el segundo atentado fallido contra Hitler, el desprestigio académico y la acusación que enfrentó en los juicios de Núremberg por su posible participación en crímenes de guerra, acabaron con el general Haushofer, quien decidió suicidarse junto con su esposa en 1946, luego de ser ab-suelto de toda acusación. Este estigma de "disciplina maldita" (Cairo, 1993), acompañó la geopolítica durante las siguientes tres décadas en las que, salvo alguna excepción17, prácticamente desapareció del ámbito académico hasta su resurgimiento, como se ha señalado al inicio de este trabajo, en los años setenta.

Una mirada a los clásicos desde la geopolítica crítica

Los casos abordados ilustran cómo los tres autores, dentro de sus modelos geopolíticos, ubicaron a sus países en el contexto global y definieron una estrategia con miras a establecer la agenda de un poder dominante (Flint, 2006). El conocimiento geográfico desde finales del siglo XIX y entrado el XX se volvió un saber instrumental, lleno de propuestas geopolíticas carentes de rigor científico e independencia ideológica o política, que tuvieron como objetivo influir en la política nacional. El Estado-centrismo de Mahan, Mackinder y Haushofer los llevó a proponer sus modelos en clave de "excepcionalismo nacional" (Agnew, 1983, p. 152), limitando su discurso geopolítico a las relaciones entre Estados, potenciando sus intereses nacionales y dejando fuera otros componentes del sistema como los aspectos sociales, culturales, religiosos o históricos de las poblaciones que involucran en sus modelos.

Mahan, consciente de la posición aislada y expansionista de su país, abogó por el desarrollo de una flota naval con bases en ultramar que defendiera el comercio marítimo. La propuesta del almirante estadounidense da continuidad a los discursos geopolíticos que la precedieron. La "teoría del poder naval", como se ha llamado en algunos círculos académicos, complementó los discursos de la doctrina Monroe y el "destino manifiesto", que estuvieron dirigidos al área "natural" de influencia de Estados Unidos en el continente americano. A saber, a finales del siglo XIX el crecimiento territorial de Estados Unidos por la vía terrestre había llegado a su límite, por lo que la expansión del área de influencia atravesaba forzosamente por la búsqueda de nuevos escenarios en ultramar. En ese sentido, Mahan planteó la estrategia de influencia global para su país en clave geopolítica.

Pero quizá la razón por la que el legado de Mahan ha cruzado fronteras y ha perdurado a lo largo del tiempo es porque presentó una idea acorde a los deseos nacionales de Estados Unidos en un momento en que las potencias imperiales actuaban en sentido opuesto: mientras los europeos pretendían expandirse apoderándose de otros territorios, para el almirante lo importante era establecer una cadena de bases navales de ultramar y no adquirir los territorios y ocuparlos formalmente. Cabe recordar que para 1904, Estados Unidos ya había emprendido la construcción del Canal de Panamá, expulsado a los españoles de Filipinas y Cuba -desde entonces posee la base de Guantánamo- y adquirido las islas de Hawái y Guam (Ó Tuathail, 1998a).

Mackinder, en su intento por mantener la supremacía británica, vio en Alemania un competidor que debía ser alejado de la isla-continental. Sus textos reflejan no solo la visión imperialista de la "geopolítica naturalizadora" (Ag-new, 2003), sino la homogeneización del espacio y las imprecisiones de un modelo geoestratégico mundial. Por un lado, su pensamiento evidencia la importancia que dio a las condiciones geográficas y naturales de etapa na-turalizadora de la geopolítica: 1) gran valor a los recursos naturales para los Estados, generando rivalidad entre imperios ávidos de materia prima y de territorios en donde el "éxito político y económico sólo era posible a expensas del otro" (Agnew, 2003, p. 94), y 2) supremacía racial y civilizatoria -en este caso británica-, justificando el dominio anglosajón en sociedades "menos civilizadas" las cuales debían estar bajo tutela británica (Keanrs, 2006). Por otro lado, coincidiendo con Ó Tuathail (1998b), sus interpretaciones de la historia de la humanidad son simplistas. En términos geoestratégicos, Mackin-der no solo minimizó la importancia del poder marítimo y del desarrollo aeronáutico militar, sino que subestimó el poder de Estados Unidos -con el que paradójicamente propuso una alianza- y sobrestimó los vastos espacios del corazón continental ruso (Ó Tuathail, 1998b, p. 18).

Por su parte, Haushofer fue el principal defensor del "derecho natural" alemán a expandirse en la búsqueda por mantener su espacio vital. Su idea sobre el destino de la nación alemana18 convergió en tiempo y espacio con el programa del Partido Nazi entre los años veinte y treinta. Tanto Haushofer como el Partido Nazi manifestaron su rechazo al Tratado de Versalles, abogaron por el regreso de la completa soberanía de su país y justificaron la expansión de Alemania hacia lo que consideraban el espacio vital (Natter, 2006). La diferencia, como se supo después, fue el énfasis en la superioridad racial que defendió el nacionalsocialismo, mientras que para Haushofer eran el medio ambiente y la geografía los que determinaban el devenir histórico. Pero el razonamiento formal del general alemán estuvo influenciado tanto por el darwinismo social de Ratzel, como por su experiencia en el campo militar durante la Primera Guerra Mundial y por los trabajos de Mackinder sobre la importancia del Heartland. Por ello, el estudio de Haushofer tuvo a bien crear un modelo que corrigiera los errores estratégicos que se cometieron en la Gran Guerra y, a su vez, combatir el error geográfico de Versalles (Natter, 2006). En ese sentido, coincidiendo con Cairo (2012, p. 341), la escuela geopolítica alemana desarrolló un concepto de "espacio vital" mucho más agresivo que el de Ratzel, ya que lo concibió como "necesario para la subsistencia y la seguridad de un pueblo".

Como corolario vale la pena recordar el argumento de la defensa de Hausho-fer durante los juicios de Núremberg, al considerar su trabajo como "geopolítica legítima", la cual fue corrompida por los nazis (Ó Tuathail, 1998b, p. 23). El punto que estableció la defensa tuvo a bien señalar que el conocimiento geopolítico alemán no distaba de los de Mackinder y Mahan: los tres carecieron de objetividad, mostraron pretensiones nacionalistas o afines a una ideología predominante y tenían como objetivo influir en el poder político de su propio país. La principal diferencia con Haushofer es que durante un tiempo colaboró con el régimen más "mortífero y brutal" del siglo XX (Ó Tuathail, 1998b, p. 24). En términos de Walsh19, la obra de Haushofer tuvo mucho mérito científico, pero fue enfocada hacia fines ilegítimos (Natter, 2006).

Conclusiones

Este trabajo tuvo como objetivo estudiar cómo fue organizado y producido el espacio global en la primera mitad del siglo XX. Para ello fueron considerados los autores más influyentes de la época y sus obras fueron analizadas en el marco analítico de la geopolítica crítica. Se buscó evidenciar que Europa y Estados Unidos establecieron un discurso dominante a través de "modelos geopolíticos" para organizar el espacio siguiendo sus propios intereses e identidades nacionales. A modo de conclusión, resta una última reflexión en torno al discurso geopolítico de las obras analizadas y su herencia en la etapa siguiente.

Los modelos geopolíticos analizados muestran la facilidad con que pueden ser reducidas a etiquetas espacio-temporales las relaciones entre Estados y naciones. Las potencias occidentales tradicionalmente han construido una imagen con base en las diferencias que presentan respecto a los "otros". Con la adopción de distinciones binarias20 (Ó Tuathail y Agnew, 1992), estas naciones han definido sus prácticas, costumbres, creencias, ideologías o mitos. La identificación de los "otros" (Said, 2009) a escala mundial es algo que solo lograron los europeos y luego Estados Unidos, al grado de imponer límites geográficos fuera de sus fronteras y de asimilar las diferencias locales en una taxonomía geográfica global con raíces en Europa (Agnew, 2003). Cada autor de los analizados, para justificar su pretensión anexionista o imperialista, identificó una amenaza que podía interferir con los intereses nacionales y a la cual era necesario reducir: Estados Unidos-Europa; poder marítimo-poder terrestre; Europa-Eurasia; centro-periferia; civilización-semicivilización.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial -recuperando la afirmación de Haus-hofer acerca de que los "valores basados en la situación y en el espacio no tienen un carácter permanente en política exterior [sino] que cambian constantemente"-, la realidad geopolítica de Occidente se transformó. El saber instrumental geográfico-espacial que se había representado en clave de modelos comenzó a entenderse en clave de códigos geopolíticos, incorporando de esta manera una nueva distinción binaria al periodo de la Guerra Fría en el que la potencia triunfante volcó su discurso contra la amenaza del comunismo, para así diseñar la estrategia de contención que serviría para defender sus intereses nacionales con un nuevo razonamiento: esta vez geopolítico-práctico.

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Notas

* El presente artículo de reflexión surge del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte.

Notas

Referencia: González, L. (2018). Organización del espacio global en la geopolítica “clásica”: una mirada desde la geopolítica crítica. Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, 13(1), 221-238. DOI: https://doi.org/10.18359/ries.2864

Notas

1 Kjellén, al igual que Ratzel, Mackinder y Mahan, enfatizó en los atributos naturales y orgánicos del Estado en contraposición al entendimiento "legalista y jurídico" dominante en la ciencia política de aquellos tiempos (Ó Tuathail, 1996, p. 34).

Notas

2 Tomado de Cairo (2012, p. 337), quien cita a Hennig y Kõrholz (1938).

Notas

3 Los discursos son el conjunto de capacidades -recursos sociales y culturales- que usan los líderes en la construcción de significados acerca del mundo y sus actividades (Ó Tuahail y Agnew, 1992).

Notas

4 Tomado de la obra sobre poder y conocimiento de Foucault editada por Gordon (1980, p. 52).

Notas

5 Tiempo después el Long Telegram fue publicado por Kennan con el seudónimo "X", en Foreign Affairs en 1947, con el título "The Sources of Soviet Conduct"

Notas

6 A la geopolítica formal y la práctica Ó Tuathail y Dalby (2002) añaden los razonamientos populares, que hacen referencia a los artilugios de la cultura popular transnacional como las revistas, novelas y películas. Estos autores entienden la geopolítica crítica como una pluralidad de prácticas representativas y no como la singularidad que proponen los intelectuales de Estado y los principales actores hegemónicos.

Notas

7 La conceptualización de los códigos fue propuesta por Gaddis (1989) en su evaluación crítica a la política de seguridad de Estados Unidos. Concretamente, el autor define los códigos como las "suposiciones acerca de los intereses norteamericanos en el mundo, potenciales amenazas para esos intereses, y respuestas factibles, que tienden a conformarse antes o justo después de que una administración asuma y que, salvo en el caso de circunstancias muy inusuales, tienden a no variar demasiado después" (Gaddis, 1989, p. 10).

Notas

8 Las primeras perspectivas conocidas como "geopolítica clásica" -previas a la Segunda Guerra Mundial-fueron imperialistas. El caso del geógrafo sueco Rudolf Kjellén, quien no provenía de un Estado imperial, se considera en la misma categoría al promover una agenda cargada de aspectos culturales nacionalistas (Ó Tuathail, 1996).

Notas

9 Del cual rescata principalmente la fortaleza marítima y deja fuera el desarrollo industrial y otros elementos que lo formaron y consolidaron.

Notas

10 El discurso fue publicado con el mismo título en ese año en The Geographical Journal.

Notas

11 En repetidas ocasiones a lo largo de su discurso, Mackinder defiende la "civilización" y "modernidad" europea, definiendo a los europeos racial e intelectualmente como superiores y distinguiéndolos de los rusos o de los bárbaros asiáticos.

Notas

12 En este último confluyen las cuatro grandes religiones: budismo, brahamanismo, islamismo y cristianismo.

Notas

13 Una idea similar comparten Parker (1985) y Cairo (1993) al considerar que los aportes de Mackinder sirvieron para conformar la subdisciplina de la geopolítica tal como se conoce hoy en día.

Notas

14 Como profesor de la Universidad fundó la revista Cuadernos de Geopolítica (Zeitschrift für Geopolitik), que sirvió de plataforma para crear la geopolítica alemana y a través de la cual fueron difundidas sus principales ideas (Ó Tuathail, 1998b).

Notas

15 Entre otros motivos porque sus trabajos representan la unificación de los deseos de la aristocracia terrateniente defensora del expansionismo alemán, y los de los industriales que apoyaron la posesión de colonias alemanas para la explotación de recursos naturales (Abraham, 1986).

Notas

16 Prácticamente desde el "fracaso" de la visita de Rudolf Hess a Inglaterra, enviado por Hitler para negociar un pacto con Churchill en 1941, Haushofer y sus colaboradores, entre ellos su hijo, fueron alejados de los círculos de poder del nazismo.

Notas

17 Siguiendo a Taylor y Flint (2002), el trabajo de Cohen fue el único que mantuvo viva la reflexión de índole global en geografía política. En su obra, Cohen elabora un modelo geopolítico en el que divide el mundo jerárquicamente en dos tipos de regiones, según su influencia global o regional. Las de alcance global fueron definidas como regiones "geoestratégicas", dominadas por una de las grandes potencias mundiales. Dentro de estas se encuentran las regiones "geopolíticas, las cuales son de vital importancia geoestratégica para las primeras como medio de contención entre potencias" (Cohen, 1973).

Notas

18 De ahí que Haushofer retoma la idea de Mackinder y del francés Chéradame sobre la importancia del conocimiento geográfico en la educación, y considera que los líderes de Estado deberían ser educados en geopolítica para alcanzar sus objetivos políticos, para conocer la situación de debilidad alemana en política exterior y para explicarle al "obrero alemán que la falta de espacio estaba detrás de la mayoría de los males que sufría" (Haushofer, 2012, p. 335).

Notas

19 Edmund Walsh fue fundador de la Escuela de Servicio Exterior en Georgetown University y representante de los Aliados en el interrogatorio a Haushofer (Natter, 2006).

Notas

20 Las "geografías binarias" (Agnew, 2003), o "espejos deformantes" como los denomina Fontana (2013), son construcciones de imágenes que hace una sociedad teniendo como referencia una contrafigura. Desde los antiguos griegos hasta la actualidad, "Occidente" ha visto a los "otros" en términos de inferioridad para definirse a sí mismo. Términos como civilización, modernidad o democracia frente a los "otros": los "bárbaros" o "primitivos" (Fontana, 2013), "Oriente" (Said, 2009) y los "despóticos" (Ó Tuathail y Agnew, 1992).
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