Las alianzas de la Primera Guerra Mundial - Mapas de El Orden Mundial - EOM
Mapa de las alianzas durante la Primera Guerra Mundial
Cartografía Geopolítica Europa

Las alianzas de la Primera Guerra Mundial

En la Primera Guerra Mundial se enfrentaron dos alianzas: la Triple Entente contra la Triple Alianza. La victoria en 1918 fue de la Entente.

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La Primera Guerra Mundial (1914-1918), conocida en su momento como la Gran Guerra porque no se concebía un conflicto mayor, enfrentó a dos grupos de alianzas: por un lado se encontraban los Imperios Centrales, liderados por Alemania, y por el otro la llamada Entente Cordiale, protagonizada por Francia y Reino Unido.

El juego de alianzas se fue configurando los años previos a la Primera Guerra Mundial, enfrentando a las potencias que querían mantener el equilibrio de poder existente en Europa —Francia, Reino Unido o el Imperio ruso— y aquellas que querían alcanzar una posición equiparable al de las grandes potencias, algo de lo que carecían por ser Estados jóvenes —Alemania e Italia— o por haber entrado en decadencia debido al auge de los nacionalismos —Imperio austrohúngaro y el Imperio otomano—. Ninguna de ellas logró sus objetivos.

La industrialización de Europa, el crecimiento demográfico y las disputas nacionalistas llevaron a una lucha por el poder que se vio reflejada en el reparto de África. Las crecientes rivalidades entre países llevaron a una serie de crisis como la de Tánger o las de los Balcanes. Todas ellas estuvieron a punto de desencadenar la Primera Guerra Mundial de forma prematura, pero sería el atentado de Sarajevo contra Francisco Fernando, heredero al trono austrohúngaro, lo que desencadenaría finalmente la guerra.

Ante el aumento de las tensiones, se formaron dos bloques de alianzas. Por un lado estaba la Triple Entente, formada por Francia, Reino Unido y Rusia, las potencias tradicionales que buscaban mantener el equilibrio de poder. Por el otro la Triple Alianza, formada por Alemania, Italia y Austria-Hungría, que querían tener una posición equiparable a la de las potencias tradicionales. Italia, a pesar de ser aliada de alemanes y austrohúngaros, mantenía con ellos una alianza defensiva, por lo que no se vio obligado a entrar en la guerra al haberse iniciado por voluntad austrohúngara. Así, en 1915, y con la intención de recuperar territorios austrohúngaros que consideraba suyos, Italia se alineó con británicos y franceses para luchar contra sus antiguos aliados.

Mapa de las fronteras actuales de Europa comparadas con las de 1914

 

La guerra se prolongó más de lo esperado, sin avances notables en los frentes, y con el uso de tecnologías novedosas que la hicieron especialmente sangrienta. Esto provocó que se convirtiese en uno de los conflictos más mortíferos de la historia. Finalmente Alemania se rindió sin que sus enemigos hubiesen llegado a pisar el país. La paz para ellos fue especialmente humillante dado que no se sentían derrotados, pero tampoco fue satisfactoria para los vencedores, lo que sembraría la semilla de la Segunda Guerra Mundial.

Como resultado del conflicto se disolvió el Imperio austrohúngaro, se repartió el Imperio otomano entre las potencias vencedoras, se creó una Polonia independiente, Alemania asumió el coste de la guerra, se creó la Sociedad de Naciones y Rusia se convirtió en la Unión Soviética por el camino.

Lo que nos enseñó la Primera Guerra Mundial

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