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Las personas pueden ingeniar el contenido más impresionante para su argumento, pero el hecho es que, en la mayoría de los casos, casi un tercio del criterio de calificación se asigna a la ejecución del material. Si bien es cierto que hablar apasionadamente acerca de un trabajo mal investigado probablemente no hará que ganes el debate, combinar una evidencia basada en los hechos y una convicción emotiva sí lo logrará. Tu presentación tendrá un efecto definitivo en tu mediador y en tu audiencia, sin importar cuán analítico y académico sea el debate. En una competencia reñida, tu victoria puede yacer en el dramatismo de tu presentación.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Explorar el arte de la retórica

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  1. Los cinco cánones de la retórica fueron acuñadas por el filósofo romano Cicerón en el primer siglo.[1] Él dispuso estas cinco reglas principales de la retórica y dividió la argumentación diestra en unas partes más digeribles. El primer paso de la retórica se llama invención. Esta se refiere a las etapas nacientes de un argumento, en los que descubres la naturaleza apremiante de tu argumento para tu audiencia en particular.
    • Tendrás que tener una comprensión de los deseos de tu audiencia y sus necesidades, además de cómo atraerla.
    • Piensa en un equilibrio entre la argumentación, la confianza y el ánimo cuando atraigas a tu audiencia.[2] Estos tres modos de persuasión se utilizarán para convencerla para que crea en tu argumento. Cada uno brindará una reacción diferente en la multitud, y debes cambiar tu perspectiva para que se adapte a las necesidades de tu audiencia.
    • Una perspectiva más lógica, que se apoye principalmente en la argumentación, puede ser apropiada cuando tu audiencia quiera una evidencia objetiva de cómo mejorarás sus circunstancias fatales.
    • Emplea más confianza en tu discurso cuando trates de mantener un tono calmado y parecer imparcial. Esto es bueno para una audiencia más formal, pero una que todavía necesitas que empatice contigo o con la situación que enfrentas.
    • El ánimo tiene el potencial de volverse manipulador en la situación equivocada, pero cuando lo utilizas bien, puedes inspirar unas emociones fuertes en particular en tu audiencia. Estas emociones tienen el poder de cambiar drásticamente el curso de tu discurso.
    • Dominar el arte de la retórica asegurará que tu discurso preparado sea tan fuerte como sea posible. Esto impulsará tu habilidad de presentar tu argumento.
  2. El orden en que tu audiencia escuche tu argumento tendrá un gran efecto en cómo percibirá tu discurso. Es muy probable que hayas utilizado el ensayo de cinco partes en tus estudios. Si bien es cierto que este formato no es apropiado para todos los discursos, el esquema básico tiene la base de las estructuras argumentativas griegas y romanas. Las cinco partes son las siguientes:
    • La introducción. Expresa tu mensaje y por qué es importante para tu audiencia, además de para ti.
    • La enunciación del hecho. Desglosa la tesis general de tu argumento en partes más pequeñas. Este es el punto en el que nombras las razones por las que existe el problema actual.
    • Las confirmación o la prueba. Elabora tu argumento principal y las razones por las que este es uno satisfactorio.
    • La refutación. Reconoce a tu oposición, dale algo de mérito a su argumento antes de desafiar su punto de vista.
    • La conclusión. Termina los puntos principales de tu argumento y brinda unas instrucciones de lo que quieres que tu audiencia haga o piense.
  3. No querrás que tu argumento esté plagado de unos clichés o un lenguaje cansado. Vuélvete creativo con tu discurso al expresar unos puntos destacados de una manera dinámica. Asegurarte de estar orgulloso de tu estilo te ayudará a presentarte con una mayor convicción.
    • De igual forma, debes adaptar tu estilo para que se acople a tu audiencia. Asegúrate de expresar tus ideas de una manera que se ajuste con el nivel moral e intelectual de tu audiencia.
    • Puedes hacer uso activo de varios tropos lingüísticos cuando planees tus argumentos. Estos tropos, también conocidos como "formas de expresión", son unos métodos útiles para componer un argumento reluciente y convincente.
    • La antítesis te ayudará a contrastar las ideas y las frases, como lo hará la yuxtaposición diestra. La metáfora y el símil son unas maneras agradables de igualar una idea con otra. Cualquiera de estos tropos animará tu redacción.
  4. Si bien es cierto que puede parecer muy simple, es bueno recordar que un discurso memorizado siempre impresionará más que un discurso que se lee de un papel.
    • Vale mencionar que ciertos aspectos de tu debate tendrán que presentarse sobre la marcha. Sin embargo, podrás enumerar orgánicamente los hechos de tu tema al memorizarlos. Esto te ayudará a cultivar más confianza en improvisar tu discurso.
  5. La ejecución, el canon final de la retórica, te conducirá directamente a dominar el arte de la presentación en un debate. Al enfocarte primordialmente en los gestos, el lenguaje corporal y el tono, tu ejecución será fundamental para causar un impacto en tu audiencia acerca de los puntos.[3] Tus hechos pueden ser completamente precisos, pero gran parte de tu discurso se perderá si no puedes relacionar apropiadamente estos puntos con tu audiencia.
    • La presentación también variará para acoplarse a tu audiencia. Cuando hables con una más pequeña, puedes hacer más contacto visual, hablar más directamente a las personas que te escuchan. Por ejemplo, la radiodifusión de "Fireside Chats" (Charla al lado de la chimenea) de Franklin Delano Roosevelt, tenía la intención de que todas las personas que la escuchaban la percibieran como íntima. En cambio, sus discursos prolongados se sentían más urgentes y correctos, y se acoplaban más al ámbito más grande del tema central.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Mejorar tu lingüística

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  1. Tendrás la apariencia de saber menos de lo que realmente sabes cuando tu discurso está plagado de "Este..." y "Bueno..." y otros sonidos aspirados.[4] Tus dudas verbales también sugieren que te tomas un tiempo para encontrar la próxima palabra que utilizarás. Deberás evitar esta situación en un debate ya que aspiras a expresar dominio de tu tema previsto.
    • Decir "Bueno..." suele requerir de menos tiempo para superar en un discurso. Este sugiere que acabas de terminar un punto y que te tomas un momento para pasar al siguiente.
    • Decir "Este" puede ser muy peligroso ya que sugiere que puedes buscar una información completamente desconocida. Sin embargo, deberás eliminar ambos casos de tus patrones de discurso en un debate formal ya que ambos sugieren que hay una interrupción en tu proceso de pensar.
    • Trata de reemplazar estas palabras de relleno con el silencio. Esto le dará a tu audiencia un tiempo para pensar en tu último punto y te dará un tiempo para generar tu estímulo para la próxima idea.
    • Recuerda que todas las personas necesitan de tiempo para procesar algo antes de pasar a la próxima oración. No elimines este proceso de pensamiento. Sin embargo, haz que parezca que piensas menos de lo que realmente haces.
  2. Es fácil acostumbrarse a unas palabras muy usadas en las frases cuando se debate, en especial porque una gran parte de tu discurso se originará de tu investigación.[5] Existe una tendencia de que los políticos se valen de un lenguaje trillado, y querrás evitar caer en esas trampas mientras tienes un debate.
    • Tu trabajo corre el riesgo de volverse pedante cuando es muy investigado. Tu retórica puede volverse rápidamente aburrida y muy intelectual si solo regurgitas unos hechos de los círculos académicos.[6] Busca algunas palabras como "capitalista" o "dicotomía". Este tipo de palabras, si bien cuentan con vastos significados, se han vuelto aburridas por el uso en exceso en los últimos años.
  3. Existe una tendencia, en especial entre los participantes jóvenes en un debate, de decir unos hechos de una manera rápida y casi maniática. Si bien es cierto que no quieres hacer que tu discurso se prolongue, existen muchos beneficios de disminuir el ritmo de tu patrón de discurso.[7] Cuando le disminuyes la velocidad, le das a tu audiencia y a tu mediador más tiempo para procesar los aspectos positivos del tema que tratas.
    • Es mucho más fácil enunciar las palabras si disminuyes la velocidad del ritmo de tu discurso. Podrías presentar una mayor cantidad de aspectos, pero es poco probable que se escuchen todos.
    • Prueba "el taladro" con un lápiz en la boca si quieres mejorar tu articulación. Inserta un lápiz en tu boca en una posición paralela a la frente y practica tu discurso mientras lo mantienes ahí. Tendrás que pronunciar alrededor de este obstáculo en la boca y te esforzarás más para enunciar las sílabas.
    • Notarás que tu discurso será más claro cuando te quites el lápiz de la boca. Mantén el mismo nivel de enunciación cuando presentes tu argumento. Será más fácil para las personas analizar tus puntos cuando mezcles tu enunciación con una manera más lenta de dar tu discurso.
  4. Tómate un momento para respirar hondo y calmarte antes de abrir la boca.[8] Existe mucha presión para seguir adelante con la refutación del debate, en especial ya que tienes que relacionar varios puntos de una manera improvisada.
    • Convierte mentalmente tus argumentos en unos puntos más específicos antes de emitirlos. No ganarás esta parte del debate al esparcir al aire unas ideas nuevas a último momento.
    • Resume tu argumento en una o dos oraciones. Obviamente, extrapolarás estos puntos, pero esto te ayudará a tener una base lógica a la que retornar.
    • Enfócate en lo que sabes que has hecho satisfactoriamente. No seas severo contigo mismo por tomar el camino más fácil cuando aspires a la victoria.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Incrementar el dramatismo

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  1. Utilizar unos gestos puede ser muy útil para elaborar tus puntos. Después de todo, el hablar en público es solo un intento de parecer natural y accesible en frente de una gran multitud.[9] Recuerda las reglas básicas de los gestos físicos que dictan que todos los movimientos deben ser neutros, sinceros, definidos y fuertes.
    • Por lo general, tienes un gran escenario que ocupar mientras tienes el debate. Ocupa este espacio por completo. No querrás dar vueltas nerviosamente, pero querrás verte cómodo al hablar en frente de otras personas.
    • No utilices los gestos como un tic nervioso. Estos no serán fuertes si liberas ansiedad a través de estos. En lugar de ello, añadirán un movimiento innecesario que hará que las personas se distraigan de tu discurso.
  2. Es improbable que ganes el debate si no haces contacto visual con la audiencia y el mediador. Al hablar ante un ambiente público, la multitud sentirá una confianza en ti si puedes relacionarte directamente con esta al utilizar la mirada.[10] Incluso los momentos breves de conexión te servirán ya que, para esa oportunidad, una persona sentirá que le hablas directamente a ella.
    • Después de hacer contacto visual con una persona en la audiencia, manifiesta tu próxima línea o frase a la siguiente persona. De esta forma, te relacionarás con una mayor cantidad de personas de una manera personal.
    • Puedes utilizar el contacto visual para silenciar una presencia causante de distracción en la audiencia. Una mirada prolongada hará que se sienta incómoda si no te presta atención. Lo que se espera es que se calle o que al menos intente ser un menor causante de distracción.
  3. Nadie quiere escuchar un orador monótono, en especial si se te juzga por tu habilidad de elaborar un argumento convincente.[11] Cambiar tu tono completamente también resaltará la extensión de tu argumento ya que debes adaptarte para cada parte del discurso.
    • Querrás adaptar tu tono de disgusto si hablas de unos detalles violentos y grotescos. Un tono gracioso o alegre puede ser muy efectivo cuando menciones una broma suave o un comentario reflexivo.
    • Por sobre todo, tu tono siempre debe tener un nivel de urgencia. Esto prueba que no evitas la importancia del tema del que se habla. Diversificar tu tono es muy importante, pero nunca querrás olvidar la esencia de tu discurso.
  4. En un debate, un momento de silencio se debe percibir como importante. Cualquier descanso en la acción se percibirá efusivamente ya que gran parte del debate gira en torno al poder del discurso.[12] Las pausas teatrales y poderosas son las más prolongadas y suelen ser las más satisfactorias. Suceden directamente antes y después de los grandes momentos en un discurso.
    • Cuando se hacen mal, estas pausas principales pueden realmente hundir un argumento. Asegúrate de haber preparado el terreno para tu pausa con una gran intensidad. De esta forma, tu silencio será merecido.
    • Las pausas pueden variar en su uso, desde dividir unos puntos principales en un párrafo hasta permitirte tomar un vaso de agua. Asegúrate de que dejes tus pausas apropiadamente ya que no querrás romper tu concentración con mucha regularidad.
  5. Siempre querrás mantener una inmediatez mientras tienes un debate, pero querrás asegurarte de que no dejas que se te escape tu argumento. Sin embargo, si hay un momento de renunciar a algo de control, este se hallará en tus últimas manifestaciones.[13]
    • Los comentarios finales que hagas, que se refieren con frecuencia como el "estallido final", toman unos puntos familiares de tu discurso y los magnifican con una atracción final a tu audiencia.
    • Puedes lograrlo con un tono intensificado de voz o puedes permitir que tu discurso se dé un poco más rápido que de lo normal. Colocar algunas pequeñas imperfecciones en tu mesura magnificará tu poder como orador, y este último esfuerzo puede ser de gran importancia para solidificar tu victoria.
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Consejos

  • Cada uno de tus argumentos debe ser convincente. No des solo unos puntos ya que esto termina siendo aburrido y demuestra una falta de capacidad argumentativa.
  • No temas si dices algo equivocado. Acláralo mientras mantienes la calma. Ser seguro en todo momento es lo fundamental. La confianza puede conducirte a cualquier lugar.
  • Solo recuerda que el contenido y la precisión de tu argumento seguirán siendo aquello que el mediador calificará primordialmente. Deberás desempeñarte bien y con naturalidad, pero no querrás inventar cosas.
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Acerca de este wikiHow

Lynn Kirkham
Coescrito por:
Coach de oratoria
Este artículo fue coescrito por Lynn Kirkham. Lynn Kirkham es oradora pública profesional y fundadora de Yes You Can Speak, un negocio educativo de oratoria en el Área de la Bahía de San Francisco que capacita a miles de profesionales para tomar el mando de cualquier etapa que se les haya dado, desde entrevistas de trabajo y charlas en la sala de juntas, hasta TEDx y plataformas de conferencias grandes. Lynn fue elegida como coach oficial de oradores de TEDx Berkeley durante los últimos cuatro años y ha trabajado con ejecutivos de Google, Facebook, Intuit, Genentech, Intel, VMware y otros. Este artículo ha sido visto 44 488 veces.
Categorías: Discursos
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