Todos defecamos, de ahí que culturalmente, muchos hayan desarrollado todo tipo de rituales para su rutina de ir al baño e incluso es posible que des por válidos ciertos conceptos comunes -cuando descubrirás que son erróneos-.
Por ejemplo, ¿hacer caca diariamente es lo óptimo?
Los gastroenterólogos afirman que ir al baño entre tres veces al día y tres veces por semana es normal, suponiendo que las heces no estén demasiado sueltas o demasiado duras. Es decir, la regularidad no significa que la defecación deba ocurrir diariamente, sino que debe suceder de manera consistente. La frecuencia solo se convierte en una preocupación cuando cambia repentinamente, en cualquier dirección.
El estreñimiento es causado por muchos factores, como una dieta deficiente, deshidratación, falta de ejercicio, cambio de horario o cambio de dieta durante el viaje, el embarazo y ciertos medicamentos. Descansar bien, beber más agua, hacer ejercicio y comer una dieta rica en fibra, frutas y verduras debe remediar el estreñimiento. Si no es así, la escasez de movimientos intestinales podría indicar (o conducir a) una condición médica grave.
La diarrea, o los movimientos intestinales sueltos, también es causada por muchos factores, más comúnmente por virus, bacterias o una reacción alérgica. Los movimientos intestinales con pérdida constante pueden ser un signo de una enfermedad crónica, como el síndrome del intestino irritable.
Otro ejemplo, ¿la caca siempre huele mal?
Es posible que la caca no huela a rosas, lógicamente, pero tampoco debería oler a pantano podrido. Un movimiento intestinal con un olor verdaderamente horrible, algo que ciertamente es difícil de cuantificar por escrito como imaginarán, puede ser un signo de infección o algo más grave, como la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca o la colitis ulcerosa.
La giardiasis, una infección de los parásitos de Giardia lamblia, es una causa bien conocida de hacer caca con un olor nauseabundo. Si el mal olor persiste en el tiempo, siempre es recomendable acudir a la consulta del médico. Lo mismo ocurre con las flatulencias, estas son normales y saludables, son el subproducto natural de las bacterias intestinales que digieren los alimentos; pero al igual que con la caca, si esta huele poderosamente mal habitualmente, podría ser un signo de algo serio. Como siempre, ante la duda, acudir a la consulta del médico.
Todos hacemos caca
Aunque no es necesariamente el tema más agradable del mundo debemos, al menos, respetar su ubicuidad: la caca está en todas partes. Las heces unen todo el reino animal. Es algo que todos tenemos en común. La caca es omnipresente en la tierra y forma un engranaje esencial en la rueda de la vida, actuando como un fertilizante para algunos organismos y alimento para otros.
¿Qué es la caca?
Las heces son los restos de alimentos que las bacterias han fermentado en el intestino y que el intestino delgado no puede digerir ni absorber. La caca es principalmente agua; y, como todos sabemos por experiencia, la cantidad de agua en cada uno puede variar, dependiendo de varios factores, incluida la ingesta de alimentos picantes. Aun así, en promedio, la caca suele ser aproximadamente el 75% de agua. El segundo ingrediente más importante después del agua es la biomasa bacteriana, tanto de organismos vivos como muertos, que constituye el 25-54% del peso seco de la caca. El resto son principalmente carbohidratos, fibras, proteínas, grasas y células epiteliales muertas no digeridas de las paredes del tracto gastrointestinal.
¿Desde cuándo hacemos caca en el inodoro?
El inodoro que conocemos en Occidente fue diseñado por primera vez en 1556 por un poeta e inventor ingés: John Harington. Lo cierto es que no fue por su poesía por lo que fue recordado con el paso de la historia, sino por su curioso invento. Su legado fue el inodoro. Este ahijado de la reina Isabel I fue exiliado a Kelston cerca de Bath donde se construyó una casa e ideó e instaló en 1556 el primer inodoro de enjuague, al que llamó Ajax. La reina, al visitar su casa quedó impresionada por su invento, tanto que ordenó uno para ella. Se acabó hacerlo de cuclillas. En 1775 se perfeccionó el invento, incorporándole una tubería más sofisticada que mejoró su funcionamiento. Huelga decir que el invento fue todo un éxito.
Los inconvenientes de hacer caca en el váter
Lo cierto es que hacer caca en el inodoro con el cuerpo dibujando un ángulo de 90º es la postura menos sana que podemos adoptar, pues provoca problemas de colon o estreñimiento. Lo ideal sería que nos pusiéramos un pequeño banco donde apoyar los pies y creáramos un ángulo de 35º, mucho más parecido a la posición de cuclillas y donde podemos presionar mejor las piernas hacia el abdomen y el abdomen hacia el recto. No en vano, en los países de Oriente, existe evidencia anecdótica de que la tradición de acuclillarse lleva a que los asiáticos descargan más heces en promedio por día que los occidentales. También es cierto que las tasas de obesidad son mucho más bajas.
¿Hay una mejor manera de hacer caca?
Según un estudio publicado en 2013 en la revista Digestive Diseases and Sciences , la postura a la hora de hacer caca podría tener relevancia médica. Los científicos pidieron a 28 participantes sanos "que usaran un temporizador digital para registrar el tiempo neto necesario para la sensación de vaciado satisfactorio mientras defecaban en tres posiciones alternativas": sentados en un inodoro estándar, sentados en un inodoro pero con un recipiente significativamente más bajo y ponerse en cuclillas. Además del tiempo que les llevó, los investigadores pidieron a los participantes "que notaran su impresión subjetiva de la intensidad del esfuerzo de defecación". Y es que la cantidad de esfuerzo que una persona ejerce durante la defecación es importante. Si uno se esfuerza demasiado, puede dañar los tejidos blandos debido a la acumulación de presión; esto puede conducir eventualmente a acumulaciones, prolapso, donde el recto sobresale del ano, o incluso a las venas varicosas vaginales. El esfuerzo regular también podría aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares, como un accidente cerebrovascular. Según los autores, los 28 participantes: "observaron una reducción brusca del tiempo necesario para la sensación de un vaciamiento satisfactorio del intestino en la postura en cuclillas en comparación con cualquiera de las posiciones de sentado". Según los autores, esto podría ayudar a explicar la "casi ausencia de hemorroides, estreñimiento, hernia de hiato y diverticulosis coli" en los países menos desarrollados. Debido a que la caca es algo tan regular en nuestra vida, si estar agazapado marca una pequeña diferencia en nuestra salud, podría valer la pena considerarlo.
Trasplantes fecales
A lo largo de los años, el interés por las bacterias intestinales se ha disparado. Estos microbios son vitales para la digestión, por supuesto, pero también juegan un papel importante en el sistema inmunológico y, en general, en el cuerpo humano. De hecho, el microbioma es tan importante que algunos científicos se refieren ahora a él como al órgano microbiano humano. Cuando perdemos estos autoestopistas microscópicos, nuestra salud puede resentirse. Para ello, los médicos pueden ofrecer una transferencia fecal para aquellos que han experimentado recurrencia y tienen más de 65 años de edad o padecen afecciones crónicas. En este procedimiento, el médico trasplantará las heces de un donante sano al colon del paciente. El trasplante se realiza durante una colonoscopia y, una vez en su sitio, las bacterias beneficiosas en las heces del donante pueden comenzar a colonizar su nuevo hogar. Actualmente, los trasplantes fecales solo se usan para tratar la diarrea asociada a C. difficile; sin embargo, los investigadores están examinando su uso en una variedad de afecciones, que incluyen colitis, estreñimiento, síndrome del intestino irritable, esclerosis múltiple y enfermedad de Parkinson.
Resistencia a los antibióticos
Si bien los trasplantes fecales pueden ayudar a algunas personas a superar las condiciones que impulsa el uso excesivo de antibióticos, las heces también pueden ser parte de la creciente preocupación por la resistencia a los antibióticos. Miles de millones de seres humanos producen una cantidad casi inimaginable de heces cada día. Su tratamiento seguro es un desafío continuo. Como escribieron los autores de un reciente estudio de 2019 publicado en la revista Nature Communications, recientemente se ha visto claro que "el efluente derivado de plantas de tratamiento de aguas residuales es una de las fuentes puntuales más importantes de bacterias resistentes y la liberación de genes de resistencia al medio ambiente". Su estudio encontró que "la presencia de genes de resistencia a los antibióticos puede explicarse en gran medida por la contaminación fecal".
Hay caca en la Luna
Los excrementos humanos nos han seguido más allá de los límites de la atmósfera terrestre y al espacio: el famoso astronauta Neil Armstrong depositó cuatro bolsas de caca en la superficie de la luna. Lo cierto es que también está la caca de Buzz Aldrin; ambos colocaron en su día la bandera de Estados Unidos en la superficie de nuestro satélite.
¿Por qué nos disgusta la caca?
La caca nos disgusta y es por una buena razón: la caca conlleva la posibilidad de infecciones bacterianas, fúngicas y parasitarias. A lo largo de la evolución, el cerebro humano ha llegado a detestar el olor de las heces. ¿Sabías que los humanos muestran disgusto de manera similar en la mayoría de las culturas? Las diversas culturas de todo el planeta responden de manera similar a los estímulos repugnantes y es que la evolución ha cableado nuestra reacción totalmente negativa a la caca para protegernos de la enfermedad. Este rechazo forma parte de nuestro llamado sistema inmune conductual. Al igual que nuestro sistema inmunológico físico, una reacción de rechazo al excremento nos protege de los patógenos.
¿Por qué huele tan mal?
Una de las razones por las que consideramos que el olor de las heces es tan detestable es una medida de protección, ya lo hemos visto. Sin embargo, objetivamente, la caca ciertamente tiene un hedor abrumadoramente horripilante. Dependiendo de la dieta de una persona y de lo que esté sucediendo en su cuerpo, la caca puede oler muy diferente de persona a persona. Sin embargo, ciertos químicos están comúnmente involucrados en el aroma.
La química de la caca: ¿qué le aporta el mal olor?
-Sulfuro de metilo: estos químicos también forman parte del olor de ciertos vegetales que cocinamos, como el repollo. -Indol: lo producen una serie de especies bacterianas. También se produce en el alquitrán de hulla y, sorprendentemente, es un componente de los aromas florales. A ellos se debe el mal olor de los cadáveres de animales y restos vegetales. -Escatol: es un producto de descomposición del aminoácido triptófano. Al igual que con el indol, el escatol está presente en los aromas de las flores, como el azahar. Evoca el olor fétido de los excrementos animales, aportado por el metil-3 indol. Es la sustancia a la que somos más sensibles a nivel de olfato. -Sulfuro de hidrógeno: este compuesto es incoloro, corrosivo, venenoso, inflamable y huele a huevos podridos.
¿De dónde proviene el color de la caca?
El responsable del color de la caca es la estercobilina, un pigmento marrón metabolizado por las bacterias intestinales en forma de este pigmento que da a la caca su característico color marrón. Este químico responsable del color marrón de la materia fecal humana se aisló originalmente de las heces en 1932. La esterocobilina se puede usar como marcador para la identificación bioquímica de los niveles de contaminación fecal en los ríos.
Colores de la caca
¿De qué colores puede ser caca? Si bien la caca marrón se considera el color "normal", las heces pueden ser de otros colores también, como: Negro: Las heces que son negras, especialmente si tienen la apariencia de posos de café, sugieren sangrado gastrointestinal. Las sustancias tales como los suplementos de hierro, el regaliz negro y los medicamentos de bismuto también causan caca negra. Blanco: Si las heces son blancas, grises o pálidas, es posible que esa persona pueda tener un problema con el hígado o la vesícula biliar, ya que las heces pálidas sugieren una falta de bilis. Algunos medicamentos contra la diarrea causan heces blancas. Verde: La espinaca, la col rizada u otros alimentos verdes pueden causar caca verde. Sin embargo, las heces de color verde pueden ser una señal de que hay demasiada bilis y no hay suficiente bilirrubina en la caca.
Escala Bristol
La forma de las heces también es importante. La escala de heces de Bristol es una tabla visual orientada a clasificar la forma de las heces humanas en siete grupos. Desarrollada por Heaton y Lewis en la Universidad de Bristol, se divide en los siguientes grupos:Tipo 1: Trozos duros y difíciles de expulsar, con forma similar a una nuez.Tipo 2: Los excrementos adoptan la forma de una salchicha, pero no es lisa, sino que presenta bultos.Tipo 3: También con forma de salchicha, pero en este caso tiene surcos en la superficie.Tipo 4: Forma normal: con aspecto de salchicha, blanda y suave.Tipo 5: Trozos blandos y con bordes definidos, fáciles de excretar.Tipo 6: Pedazos blandos cuyos bordes se deshacen, y que al defecar dos o más veces al día representan un signo de diarrea y pueden causar deshidratación.Tipo 7: Heces completamente líquidas. Es lo que conocemos como diarrea.
¿Cómo hacen caca los astronautas?
No te creas que es algo sencillo. Algo que para nosotros resulta de lo más habitual, no resulta tanto para los astronautas. Tienen que sentarse en un retrete especial que cuenta con un agujero muy pequeño donde la caca se retira con un equipo especial de succión para que no acabe volando por la cabina... La astronauta italiana Samantha Cristoforetti explicó en una serie de vídeos cómo ella y sus compañeros de la Estación Espacial Internacional se las arreglaban para estar limpios y cómo, no para ir al baño. En este caso, el inodoro está conectado a un recipiente para los residuos sólidos, que se recambia aproximadamente cada diez días.
Los perezosos bailan al hacer caca
Estos animales tan simpáticos, los perezosos, solo hacen caca una vez a la semana y una vez en el suelo, hace lo que se suele llamar un "baile de caca" que ayuda a crear un pequeño agujero en el suelo para que entre el excremento. Este movimiento también facilita que la materia baje por el intestino.
¿Cuánto tarda de media un animal en defecar?
Lo cierto es que da igual el tamaño del animal, su promedio para hacer caca son 12 segundos. En un estudio publicado en la revista Soft Matter sobre la hidrodinámica de la defecación, examinaron las partes traseras de diversos animales, incluyendo elefantes, osos panda, jabalíes y perros. A pesar del diferente volumen de las heces (de 4 gramos a 4 kilos), el tiempo del proceso se mantuvo similar en todos ellos.
¿Cuánta caca produce una persona diariamente?
A pesar de los hábitos personales del intestino, en promedio, tanto los hombres como las mujeres mueven sus intestinos aproximadamente una vez al día y producen un promedio diario de 400 a 500 gramos de heces. Los investigadores incluso identificaron la velocidad a la que los humanos generalmente generamos caca: aproximadamente 2 centímetros por segundo.
¿Cuánta caca produce una persona en toda su vida?
Comenzando con una cantidad promedio diaria de aproximadamente 400 gramos, la producción total de caca en una semana sería de aproximadamente 2,8 kilogramos. En un año, una sola persona produciría 145 kg de caca: solo un poco más de lo que pesa un panda adulto. Si tomamos una media de 76 años de vida en los hombres de media, un hombre que vive hasta los 76 años produciría aproximadamente 11.030 kg de caca durante su vida, y una mujer que viva hasta los 81 años produciría aproximadamente 11.757 kg. Toda una vida de caca de una mujer sería igual al peso de tres hipopótamos adultos.
La otra cara de la moneda
Se trata de una realidad desagradable: 4.500 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a inodoros domésticos para eliminar sus desechos de manera segura, según informa las Naciones Unidas. Cada año, más de 181 millones de toneladas métricas de desechos humanos no reciben tratamiento y, por ello, más del 90% de las aguas residuales en el mundo en desarrollo son vertidas directamente a los océanos, lagos y ríos. Al menos 1.800 millones de personas en todo el mundo dependen de una fuente de agua potable contaminada por residuos fecales; El saneamiento deficiente provoca brotes de enfermedades y crisis de salud pública que afectan a millones de personas cada año, muchos de ellos niños. Sin embargo, mejorar el acceso al agua potable e implementar mejores prácticas de saneamiento, como la contención de heces y el tratamiento que permite su eliminación segura, podría prevenir aproximadamente 842.000 muertes cada año, según informes de la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
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