Pájaro de mal agüero

Y ahora que estábamos empezando a respirar algo más tranquilos, ha tenido que llegar el agorero. Es curioso el origen de esa palabra: además del que predice males y desdichas, la define la RAE como quien adivina mediante un agüero, que a su vez es un «procedimiento o práctica de adivinación utilizado en la antigüedad y en diversas épocas por pueblos supersticiosos, y basado principalmente en la interpretación de señales como el canto o el vuelo de las aves, fenómenos meteorológicos, etcétera».

Quien adelantaba el futuro en la antigua Roma, efectivamente, era el augur y se le representaba tradicionalmente de dos maneras. El bueno solía ser un joven bien parecido, vestido con una túnica verde y tocado con un velo blanco. El malo era un hombre maduro con una túnica marrón y aspecto siniestro.

¿Qué versión casaría mejor con las agencias de calificación...? Recordemos que pájaro de mal agüero, también según la RAE, es la «persona que acostumbra a anunciar que algo malo sucederá en el futuro». Como vienen haciendo estas firmas desde que estalló la crisis, con o sin razón. Ayer mismo, Fitch amenazó con quitar la máxima nota a Estados Unidos y con volver a bajar la de España, pida o no el rescate de su deuda.

El Ibex 35, en consecuencia, cerró con una ligera caída del 0,36%, hasta los 8.601 puntos, mientras que la prima de riesgo se relajó ligeramente hasta los 351 puntos básicos gracias a la buena subasta del Tesoro, que colocó 5.800 millones de euros en letras a 12 y 18 meses con intereses más de un punto inferiores a la última venta similar.