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El Tiempo de la Siega

Había tres fiestas en Israel, que eran necesarias, y el pueblo tenía que asistir a ellas. Se puede conocer mucho o poco sobre estas fiestas históricas, pero si hay que tener luz en lo que tiene que ver con la aplicación para hoy que aquellas fiestas pudieran tener.

Está la de la Salvación, la del Pentecostés, las primeras semanas. Pero después está una fiesta llamada De los Tabernáculos. En el ámbito espiritual, Tabernáculos es aquello que aún está por manifestarse en forma real en la iglesia, y es la fiesta que se desarrolla durante la siega. Precisamente, es el tiempo que estamos viviendo. Que comienza con el sonido de las trompetas, que no son otra cosa que las voces de los profetas que andan gritando por allí.

Las trompetas no son instrumentos; las trompetas, en toda la Biblia, significan cambio de dirección. Cuando en Apocalipsis, Juan oye una voz como de trompeta, y ve a uno parecido a un Hijo de hombre en medio del candelero, él inmediatamente supo que, lo que se estaba diciendo, significaba cambio.

Ya fuese para congregarse, ya fuese para ir a la guerra, o para movilizarse de un campamento a otro, la trompeta siempre significaba cambio de posición. Para reunirnos, para ir a la guerra o para transicionar, pero siempre el mismo significado: cambio.

Ahora, al fiesta de los tabernáculos comienza con la fiesta de las prometas. Si a usted le gusta prestar atención a lo que realmente es palabra de Dios y no discurso humano, se habrá dado cuenta que la fiesta de las trompetas ya se está celebrando.

Hay decretos y palabras que han sido depositadas sobre de varias voces y, por encima y más allá de eso, se está declarando a los principados y las potestades que hay una iglesia gloriosa que va a emerger y que no vamos a tomar ningún otro tipo de resultado como contestación.

(Nehemías 7: 73)= Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades.

Note claramente que todos los niveles sociales, vivían en ciudades. No interesa demasiado que posición tenían, aunque la posición, muchas veces, declara el nivel social de una persona. Todos los niveles sociales vivían en ciudades.

Esto es importante, porque las ciudades fueron construidas por primera vez por Caín, en total y abierta rebelión contra Dios. Porque Dios dijo que sería errante, y Caín dijo: “no voy a ser errante nada, me voy a quedar aquí”. Allí fue donde Dios echó a Caín fuera de su presencia, y fuera de la presencia de Dios, precisamente, es donde Caín funda la primera ciudad.

Quiero que usted entienda bien esto. Vivimos en una ciudad y no es pecado vivir en una ciudad. Pero sí es pecado ser arrebatado por el espíritu de la ciudad. Voy a la escuela, vengo de la escuela, voy al trabajo, vengo del trabajo, busco al niño, llevó al niño, mira que los buses, que la niñera, que el supermercado, que los taxis.

¡¡Uf!! ¿Qué día es hoy? Supongamos…Miércoles. ¿Miércoles? ¡¡Ah, Señor!! ¡¡Tengo que ir a la iglesia!! ¡¡Hay reunión de oración!! ¡¡Hay reunión de damas!! La persona que está arrebatada por el espíritu de la ciudad, no tiene ninguna utilidad en las manos de Dios.

Porque la ciudad no es propicia par ver o sentir a Dios. Se nos hace muy difícil ver a Dios en el pavimento y la mampostería. En cambio, si vamos al campo y vemos un árbol, con el simple hecho de cerrar los ojos y respirar hondo, ya sabemos que hay un Dios. La naturaleza siempre nos describe a Dios, el cemento no. Ellos tenían un estilo de vida llamado Ciudad. Todos estaban en la misma.

(Nehemías 8: 1)= Venido el mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades; (Aquí vemos a la ley de doble referencia. Cuando Dios quiere enfatizar algo en la Escritura, lo repite dos veces corridas. Aquí quiere enfatizar que esta gente vivía en este estilo de vida) y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel.

Llega el séptimo mes y se congregan como un solo hombre, es el día de la unidad. Es el día del compromiso, donde el espíritu de independencia es cortado, donde todo se hace corporalmente. Donde el próximo mover de Dios no va a ser a través de un solo ministerio, o a través de un solo evangelista internacional, sino que va a ser el cuerpo de Cristo en la tierra, un cuerpo trabajando unido. Cuando llega este séptimo mes, el estilo de vida comienza a cambiar.

En segundo término, es el día de hambre por la palabra. Entienda: no es un tiempo de manifestaciones externas, es un tiempo de concentración en la palabra. Llegó el Día de los Tabernáculos y el pueblo dijo: “Esdras, trae el libro, queremos entender la palabra”.

El tiempo que estamos viviendo es el de la Fiesta de los Tabernáculos en la tierra, es el día de la lluvia tardía, es el día de la cosecha, llámelo como usted quiera, aunque los principios que estamos extrayendo, describen a la gente que vive adecuadamente dentro del tiempo.

Esto es: gente que sabe discernir el tiempo en que vive y, por consecuencia, también sabe vivir una vida adecuada a ese tiempo. Primero, es un tiempo corporal, donde todo el poder de Dios regresa a la iglesia local.

Y hablo de la iglesia del señor, no de la institución religiosa. Segundo: traigan la palabra. Ya no quiero que me oren, quiero palabra. Note el cambio drástico del versículo73 al primero del capítulo 8. Lo único diferente es que cambió el mes, y toda la gente reaccionó diferente.

(2) Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo.

En tercera medida, es el día del intelecto, el día del entendimiento. No es permitido ser ignorante cuando estamos viviendo en un tiempo de información global. No hay excusa para la ignorancia.

Porque la Biblia dice que en los tiempos finales, la ciencia o la sabiduría, aumentará. Y no dice que sea la del diablo, dice que la ciencia y la sabiduría aumentarán. El tiempo que estamos viviendo, facilita el conocimiento. No hay excusas para no entender.

(39 Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las aguas, desde el alba hasta el mediodía. (¿Qué pueden decir los que pretenden que un mensaje no dure más de cuarenta minutos? Desde el alba, cuatro o cinco de la madrugada, hasta las doce. ¡Ocho horas predicando!) En presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; (¡Fíjese como enfatiza, una vez más, en el entendimiento) y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. (Escuche: usted que se ha tomado el trabajo de leerme, permanezca muy atento, por favor. No basta con leer, es menester entender.)

Esto quiere decir que también es el día del discernimiento, donde la gente no parpadea cuando entra en el espíritu de la palabra. Le predican tres horas continuadas y nadie se mueve. La gente que se incomoda por la longitud del mensaje, (Y hablo de mensaje, no de discurso humanista); es gente que no entró en el mensaje. Porque si usted entra en la esencia del mensaje, ni cuenta se da del tiempo transcurrido.

(4) Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Macías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, MIsael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam.

(5) Abrió, pues, Esdras el libro a los ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento.

El día de sumisión, donde todo el mundo está por debajo del nivel de la palabra. La palabra es más alta que la gente. Si la palabra no resuelve su problema, cómprese un ataúd, porque nadie se lo va a resolver.

La palabra siempre está por encima de su problema. Dice que cuando oyeron la palabra, estuvieron atentos. Cambiaron inmediatamente su postura espiritual. Esta nuestra, es la época de las porristas.

¿Sane usted lo que son las porristas? Jóvenes mujeres muy bellas contratadas para alentar al equipo local en diferentes competiciones deportivas. Nosotros lo mismo. Ponemos porristas que nos empujan a adorar, a alabar, y a entrar en el Espíritu.

Así y todo, igualmente no entramos. Ellos, fíjese, entraron en un abrir y cerrar de ojos. Este es un tiempo donde la gente trae una sensibilidad tal que, en un abrir y cerrar de ojos, por la palabra, entran en el Espíritu. ¡La palabra no necesita porristas!

Si usted no trae a Dios consigo al culto desde afuera, lo lamento, porque tampoco lo va a encontrar adentro del templo. El templo es madera, alfombra, cortinas, flores, himno, cristales. Dios no habita en nada de eso.

Lo que ocurre es que todavía queda un poco bastante de religión por allí. En el Nuevo Testamento, no hay altares, entienda. No existe tal cosa como altar en nuestros templos. El altar, hoy, es el corazón del hombre.

(6) Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! Alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.

Fíjese que simplemente abrir el libro, determinó que ellos entraran en adoración.

(7) Y los levitas Jesua, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetal, Hodías, Maadías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanan y Pelaia, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar.

Estar atento en su lugar, significa decir: “Estoy presente”. La dimensión o el perímetro espiritual que usted llena con la gracia que usted tiene como persona en Cristo, lo coloca en disponibilidad, apto para ser usado.

(8) Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido de modo que entendiesen la lectura.

En este tiempo hay dos factores esenciales que tienen que ver con la palabra: claridad para darla y entendimiento para recibirla. Nada de jeroglíficos teológicos que nadie, ni siquiera el que los predica, entiende. Claramente. La clave de hoy, es entender.

(9) Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis, porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.

Mire la reacción. Cuando se leía la palabra y el pueblo se daba cuenta que se habían alejado mucho de esos principios, se entristecían. ¡Dios mío! ¿En que andamos nosotros? ¿Cómo nos hemos alejado tanto de ti?

(10) Luego les dijo: id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.

Este es un día donde la palabra se entendía claramente y, al entenderla, no se podía evitar el lamento y hasta el llanto. Pero dice que no se debe usted entristecer, que el gozo de Dios es su fuerza. No me entienda mal; no se trata que Dio le va a dar gozo mediante la fuerza; se trata de que cuando usted manifieste fuerza ante una adversidad, esa decisión determinará el gozo de Dios.

Es decir: Dios se gozará de su fortaleza. Y recuerde que gozo no es sonrisa ridícula tipo promoción de pasta dentífrica, ni tampoco carcajada imparable que lo revuelca a usted por el suelo. Lo primero es actitud y lo segundo es risa. Gozo es un estado interno donde, como quiera que las cosas estén en lo externo, en lo interno usted sabe que en Cristo nadie lo puede vencer.

Es el día de una nueva reacción ante la palabra. No hay excusas para no entender. Cuando nos vamos triste3s de algún lugar, es porque no entendimos. Por allí también puede pasar que no nos hayan dicho nada, es cierto, pero si nos vamos tristes, es porque no entendimos. Si entendimos, jamás nos podremos ir tristes. Salimos con la certeza de saber cual es nuestro objetivo y hacia adonde vamos para obtenerlo.

(12) Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones (Es el día de la dádiva. No es el día de venir a buscar nada a la iglesia. Es el día de dar porciones. No es el día de venir a recibir, es el día de venir a dar.) y gozar grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado. (Aquí está el punto: lo que a usted le trae fuerza no es el gozo, es entender. Porque una persona que entiende, camina la tierra con autoridad. Dice que habían entendido la palabra que le habían enseñado, no predicado. A la iglesia no se le predica, se le enseña.)

(13) Al día siguiente se reunieron las cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley. (Este es el tiempo de entender).

(14) Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo.

Hermano: ¿Qué sucedería con usted, si de improviso, tuviera que salirse de su cómodo departamento o piso de pleno centro de su ciudad y tuviera que irse a pleno campo árido y seco, a vivir en chozas, en ranchos, en casillas de emergencia?

Esto es fuerte, ¿No es así? Bien; tan drástica como esta es la Mwanza que Dios le está demandando a su iglesia, hoy. Por eso es que la iglesia patalea cuando oye esta clase de mensaje. Cero confort. Chozas, tiendas de campaña, eso es Tabernáculos.

(15) Y que hiciesen saber y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, (Este es el tiempo donde se anuncia cambio. El mensaje es de cambio. La iglesia, los creyentes, tienen que cambiar su estilo de vida. Todo se puede sintetizar con el nombre de reforma.) diciendo: salid al monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras, y de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos como está escrito.

Si usted se fija con atención, va a ver que aquí nos da los cinco componentes para redondear la mentalidad de este tiempo. Construir una choza, con estos cinco elementos. LA choza se va a convertir en la cobertura mental de la iglesia para este tiempo.

Hay que construir deliberadamente una mentalidad que prevalezca en este tiempo. Cinco elementos. Cinco es el número de la gracia. Cinco también son los ministerios levantados por el Señor para perfeccionar, es decir, madurar a los santos y para edificar que es construir, el cuerpo. De eso es que se está hablando.

(16) Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, (Dice “cada uno”. Su vecino no puede hacer eso en lugar suyo. En este tiempo, usted no puede depender de la oración del pastor el domingo, tiene que tener una cobertura con usted las veinticuatro horas del día. Tabernáculos es una mentalidad que lo cubre en este tiempo, y que tiene que tener estos cinco ingredientes. Y dice que cada uno tiene que tenerlos. ¿Adonde?) En sus patios, en los patios de las casa de Dios, en la plaza de la puerta de las aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín.

En cualquier lugar, menos dentro de lo que era su “cobertura” anterior. No la podrá introducir dentro de su casa. Tenía que ser encima de la casa o afuera, en el patio. O afuera, en el frente, o allá en la puerta de la ciudad, pero en la choza, tenía que ser algo externo y superior a lo previsto. No construya una tienda y la introduzca dentro de su casa.

El fundamento apostólico, es la palabra PROTONS. Dice en 1 Corintios 12:28, que Él colocó PROTONS en la iglesia, es decir: el fundamento apostólico primero. No hay un segundo sin un primero.

Usted no puede edificar columnas sin fundamentos. La mentalidad que Dios quiere construir destruye el odre viejo, es más fuerte. Si Cristo viene mañana, nos interrumpe y nos vamos. Pero si todavía no viene, mientras tanto estamos aquí, prevaleceremos.

(17) Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos. (Cuidado: dice que “toda la congregación”, así que nadie puede quedar aislado de esto.) y en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande.

Note que este tiempo del que estamos hablando, no tiene precedentes. No puede usted confirmarlo buscando material en las librerías cristianas. No lo puede ayudar el hermanito que tiene como ochenta años adentro de la iglesia, cincuenta en el ministerio y mucha experiencia. No se había celebrado antes. Estamos por primera vez terminando. Nadie ha pasado por aquí antes.

Eso nos pone en un lugar de incertidumbre, algo que a nadie le gusta demasiado. A eso le llamamos ser pionero o ser apostólico. Comenzar a viajar más allá del control. Empezar a dar pasos de más del metro y tanto que dan tus piernas.

Aprender a tener paz dentro de la incertidumbre. Aprender a regirnos por el Espíritu verdaderamente, no por fantasmas etéreos y voladores. Caminar por el Espíritu, es ser obedientes a la palabra, nada más.

Dice claramente que desde los días de Josué, nadie había hecho eso. Nadie lo puede ayudar a usted, está abriendo caminos nuevos. Claro que los que van adelante reciben los primeros golpes, y a veces hasta los matan, pero ya queda la senda hecha.

Hay una generación que tiene que usar el cuchillo de monte, el machete, para abrir senderos en la enmarañada selva, para que otra generación pueda llegar y terminar. Si insistimos en enredarnos con los matorrales por temor a ofender a alguien, nunca vamos a terminar. ¡Se puede!

(18) Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito.

Dijimos que había cinco ingredientes que conformaban esa choza llamada tabernáculo: Olivo, olivo silvestre, arrayán o mirlo, Palmera y árboles frondosos. Otro día los estudiaremos. Yo quiero que ahora usted tome nota de estas tres escrituras que no viene al caso reproducir si usted puede buscarlas en su Biblia.

Ellas son: Levítico 23:33-44; Deuteronomio 16: 13-18 y Números 29: 12-32. Todas estas escrituras le hablan de la siega y de los tabernáculos. De los holocaustos y los principios y mentalidades requeridas para poder celebrar adecuadamente. Hay cinco principios para extraer de estas escrituras. Cinco principios que muy bien usted puede ver con los ojos espirituales de este siglo veintiuno, no como desde un manual de historia.

Principio Nº 1: El tiempo de la siega, es el tiempo de la cosecha. Cosecha era todo lo que tenía que ver con el lagar del vino y todo lo que tenía que ver con la era y el grano. Todo se cosechaba. Es el tiempo después del cual no existirá vida en la tierra.

Todo lo que tenía vida en la tierra. Todo lo que tenía vida en la tierra, se levantaba. Se extirpaba de la tierra. Todo lo que tenía vida, cesaba porque era recogido. Todo tenía que llegar al estado de madurez. El tiempo de la lluvia tardía es tiempo de madurez.

Zacarías dice que tenemos que pedir lluvia en tiempo de lluvia. El tema es pedir lo adecuado para cada tiempo. El tiempo de lluvia tardía, no es tiempo de carcajada, aunque de pronto, por allí, la incluya. Es tiempo de madurez.

Viene para madurar el fruto, porque si no hay fruto maduro, no hay siega porque no hay qué segar. El tiempo de lluvia tardía viene con la intención de madurarlo a usted. Y que usted reaccione con risa o temblores, está muy bueno y nadie se lo puede criticar, pero no adelanta el propósito.

El propósito, es madurez. Es tiempo de cosecha. Todo lo que se ha sembrado en la iglesia, se cosecha. Es un tiempo, también, donde todo lo que usted posee, comienza a pertenecerle al Reino. No a un líder determinado, dije al Reino. Es un tiempo donde todo se trae al alfolí, porque todos los graneros están llenos. Pero por favor, entienda que, en el tiempo de la siega, es donde se cosecha todo, lo bueno y lo malo.

Principio Nº 2: Es el tiempo donde el regocijo era necesario. Para participar de la siega, Israel tenía que estar alegre, no podía estar triste. Era el día en que se oraba a Dios por lluvia y se recogía todo lo que estaba en la tierra.

Pero tenían que hacerlo con gozo, y recuerde que gozo no es una sonrisa medio ridícula como pintada en su cara. Gozo es una actitud que no se doblega ante ninguna circunstancia en la tierra. Entonces, el tiempo de la siega, trae una actitud consigo que es requisito para participar.

Hay que tener una actitud correcta, una mentalidad positiva, optimista. Usted no puede participar de la fiesta con rostro de limón mezclado con vinagre. Tiene que ser el tiempo más precioso para servir a Dios.

Si usted ha entendido la palabra y ha entendido los tiempos, hay un gozo que se produce que le activa de una manera que no hay demonio que lo ponga en depresión, que le altere los nervios, ni circunstancia familiar que le altere su paz, porque cuando usted está viviendo adecuadamente para el tiempo, hay una postura interna que vence al tiempo.

Principio Nº 3: Durante el tiempo de la siega, se hacía memoria del tiempo de peregrinaje en el desierto. Jesús habla de una mentalidad de migración constante. Por primera vez vamos a ver una generación en la tierra que no se va a quedar estancada en un mover en el nombre de Jesús.

Podremos entender que, después de un mover, hay otro mover. Después de un campamento, hay otro campamento. Y que, después de la gloria, también está la gloria. Una generación que entiende que el peregrinaje, es un constante movimiento migrante, fuera de la previa posición.

Migración constante. El salmo 84 habla de peregrinaje. El peregrinaje, allí, no significa que usted es extranjero en la tierra como si fuera un extra-terrestre. Usted no es extra-terrestre, usted es terrestre.

¿Qué dirección trae su documento de identidad? ¿Es una dirección que está en la tierra? ¿Sí? Muy bien; entonces, ¡Úsela! El peregrinaje significa que no son gente que se queda estancada en un solo lugar. El peregrinaje le trae gozo a Dios.

Principio Nº 4: Es la estación de equipamiento personal. Todo esto, extraído de esos textos bíblicos que no reproduje. Tiene que ver con la madurez de cada creyente. Si usted está maduro, entonces todo lo que tiene, también está maduro.

Ahora bien; ¿Cómo sabe usted si está maduro o no? Porque ha desarrollado su don, su inteligencia, sus talentos, su entendimiento. Una persona madura, es una persona que ha madurado todo lo que es y todo lo que sabe y ha sido responsable con ello.

Porque madurez incluye, necesariamente, aceptación de responsabilidades. Nadie puede venir al templo con las manos vacías, porque en el tiempo de tabernáculos, se supone que usted debe tener algo para traer, porque todo se ha cosechado.

Tiene que conocer algo, tiene que saber algo, profesión, algún oficio, alguna influencia, algún dinero, alguna empresa, alguna idea, alguna visión, algo tiene usted que tener madurado, porque en este tiempo, todo lo que está en la tierra, madura; sea para bien o sea para mal.

Y en el tiempo de madurez, si usted no recoge el fruto, el fruto se echa a perder. Las matemáticas no fallan. Dos más dos, siguen siendo cuatro. No cierran los números mientras a Dios le traigamos diez y el noventa siga yendo a Babilonia. Porque los fariseos traían, meticulosa y puntualmente el diez, y sin embargo no entraron al reino. Si Dios encontrara uno que le ponga todo el dinero del mundo para terminar la obra, Él se lo da.

Principio Nº 5: Se exigía sacrificio. Mataban una serie de animales cuyo número era de setenta. Setenta es el número de la iglesia, de la plenitud de la iglesia en la tierra. Tiene que ver con visión por las naciones. En el tiempo de la siega, toda iglesia local tiene que estar conectada con lo que Dios está haciendo en las naciones, para no quedar reducida a un club religioso.

Como ejemplo, la globalización del mundo dice que todas las expresiones seculares se unen entre sí para ganar poder. La iglesia, mientras tanto, se sigue dividiendo por doctrinas. NO es anticristo, son preparativos para vencer en los últimos tiempos. El diablo, a veces, respeta la Palabra mucho más que la iglesia

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enero 1, 2015 Néstor Martínez