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A la figura de La Santa Muerte se le puede apreciar en estatuas, estampillas, escapularios, veladoras, joyas y otros objetos. Y es que para sus devotos, ella es quien los protege y les concede sus peticiones cualquiera que éstas sean.

Sin embargo, para las autoridades de la ley, tanto local como federal, el culto a la Niña Blanca, como también se le conoce entre sus seguidores a la Santa Muerte, ella es una amenaza a la seguridad pública.

“Como autoridades, estamos viendo cada vez más que muchos criminales le están rindiendo culto, a nivel local y nacional”, dijo el sargento Óscar Mejía, del Departamento de Policía de Inglewood (IPD) y presidente del capítulo en Los Ángeles de la Asociación Nacional Latina de Oficiales de la Paz (NLPOA), que esta semana realizó un simposio en City of Commerce para hablar del tema.

“No tenemos estadísticas sobre cuántos criminales veneran a la Santa Muerte, pero este situación es un hecho en nuestras comunidades”, agregó Mejía.

Según el sargento, policías de Inglewood, que han cateado hogares y vehículos de algunos criminales, se han encontrado, en los últimos seis años, con estatuas, altares y otros objetos que le rinden tributo a la Santa Muerte. Y aunque rezarle a ella no es ilegal, su veneración es un indicativo que el sujeto en cuestión tiene nexos con pandillas, trafica drogas o realiza otras actividades ilícitas. Investigaciones de NLPOA revelan que entre los creyentes de esta ‘figura espiritual’ se encuentran narcotraficantes, depredadores sexuales, pandilleros, asesinos y ladrones, quienes hacen rituales y oraciones dedicados a la muerte para lograr sus fechorías sin ser descubiertos.

Según miembros de NLPOA, la mentalidad de los criminales que creen en la Santa Muerte es peligrosa, ya que éstos piensan que pueden pasar inadvertidos por la ley mientras intimidan a la comunidad con figuras de la muerte que usan en sus vestiduras y joyería o se las tatúan en sus cuerpos. En su lucha contra la Niña Blanca, el simposio reunió a más de 500 agentes de la ley para ofrecerles información sobre esta creencia y las idiosincrasias de los individuos que la veneran.

“La meta de la presentación ‘Santos Patronos del Mundo Oculto de las Drogas’ fue educar a nuestros oficiales acerca de las imágenes, iconos, estatuas y otros objetos que se encuentran en hogares, guaridas y hasta en vehículos durante investigaciones relacionadas al crimen”, dijo a HOY Robert Almonte, un US Marshall que fue uno de los exponentes en el simposio.

El evento también cubrió el significado de santuarios ocultos, ciertas conductas entre los creyentes de la Santa Muerte, los símbolos de esta deidad entre las pandillas y el significado de los tatuajes.

“Desafortunadamente, el simposio solo estuvo abierto para las autoridades porque manejamos mucha información confidencial como decapitaciones, asesinatos, secuestros y narcoterrorismo en la frontera”, explicó Almonte. “Muchos de estos crímenes se ven en nuestras comunidades y es importante alertar a todo policía, detective, sheriff, fiscal, policía de carreteras y oficial de libertad condicional, entre otros, sobre esta santa y otros supuestos santos como Jesús Malverde”, añadió Almonte.

(Malverde fue un criminal que supuestamente existió durante los años 1900 en Sinaloa, México, que robaba a los ricos para darles a los pobres. Su existencia está en tela de duda entre muchos pero, sin embargo, es venerado por narcotraficantes).

De acuerdo con Almonte, la veneración a la Santa Muerte es un fenómeno que se ha hecho más presente entre los últimos seis o siete años en California, Arizona, Texas y Nuevo México, aunque también se encuentran creyentes en estados como Virginia, Minnesota y Pensilvania.

Para Rubén Valencia, agente del Departamento del Sheriff en City of Industry y miembro de NLPOA, la presentación fue de gran ayuda para muchos de sus compañeros para saber con qué tipos de criminales están lidiando cada día.

“Un criminal es un criminal no importa en quien crea, pero ciertos vestuarios, tatuajes y figuras que cargan con ellos nos puede proporcionar información para saber qué tipos de crímenes cometen y para estar al pendiente”, dijo Valencia.

“Por experiencia sabemos que muchos de los narcotraficantes adoran a la Muerte y a Malverde, y muchos de estos criminales pueden asesinar por pensar que sus santos los van a ayudar. Y si lo vemos de esta forma, entonces es importante saber con quienes lidiamos”, agregó.

Sobre el simposio, Rigo Romero, portavoz del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), dijo que este es un instrumento más, de muchos otros, para informar a las autoridades de lo que sucede en el mundo criminal.

“Existen conferencias contra el terrorismo, sobre el significado de los tatuajes en diferentes pandillas, el ocultismo, la magia negra y otras creencias como la Santa Muerte, y todas estas son válidas”, expresó Romero.

Agregó que el LAPD siempre sigue de cerca a todo criminal sin importar en lo que crea.

¡La Santa Muerte vive!

La Santa Muerte vive y es real entre los devotos que a diario la visitan en un pequeño y humilde templo ubicado a la altura de la Calle 4900 de la Avenida Melrose, en Los Ángeles.

Su estatua tétrica, imponente y rodeada de flores y veladoras no puede pasar desapercibida a la vista de los transeúntes y conductores que regularmente la ven con miedo o respeto. Y es que la Santa Muerte no es cosa de broma, dice el profesor SysiphuS, fundador de la iglesia.

La Santa Muerte es una entidad espiritual, que ayuda y protege a todo aquel que se acerca a ella a pedirle favores, afirma él.

“Los devotos que vienen a visitarla tienen hambre de amor. Y nosotros aquí, en la iglesia, llevamos a cabo lo que a los guías espirituales de otras iglesias se les ha olvidado por lucrase con Jesús el Nazareno, guiar a los devotos a una evolución espiritual”, dijo SysiphuS, originario del estado de Nayarit, México.

“Primero que todo, quiero aclarar que esta no es una religión más. Aquí adoramos a Dios, amamos a Jesús y somos devotos de la Santa muerte, y hacemos nuestra misa con la misma biblia sagrada que los católicos, aunque no somos reconocidos por la Iglesia Católica”, señaló SysiphuS antes de prepararse para impartir una misa.

Vestido con una túnica verde, con aretes de la Santa Muerte y un collar de cuentas de colores con la imagen de Jesucristo, SysiphuS dijo que mucha gente cree que la muerte es mala y satánica, pero que en realidad solo es el camino para que la gente logre ser uno con Dios.

“Aquí no vienen narcos o pandilleros, viene gente trabajadora que tiene fe, y la fe es lo más poderosos que existe en este mundo. Hay personas que ligan a la muerte con el mundo criminal, pero si aquí llegaran narcotraficantes, este lugar estaría lleno de lujos y sería mucho más grande”, dijo SysiphuS. “No es justo que por unos cuantos, todos paguen como pecadores”.

Semanalmente, el templo es visitado por unos 350 devotos, y se realizan unas 13 misas por mes.

Los devotos no solamente son mexicanos, también hay salvadoreños, guatemaltecos, argentinos, peruanos y hasta anglosajones que llegan al lugar de diferentes ciudades del condado de Los Ángeles, Orange, San Bernardino y Santa Ana.

Con fe

Al acercarse la hora de la misa, cada uno de los devotos de la Santa Muerte, llega a las instalaciones del templo y se hincan ante ella. Muchos de ellos, le llevan flores o veladores mientras le piden por sus necesidades.

Para Cristóbal Baruch, un inmigrante de Hidalgo, México, el creer en la Santa Muerte es algo que no le avergüenza, pues ella le ha proporcionada la paz y el bienestar que no encontró en otras religiones, dijo.

“Aquí he encontrado un mensaje de amor y de fe para seguir adelante. Eso es lo que todos los que acudimos aquí buscamos”, dijo Baruch después de la misa.

“Tengo 12 años como creyente y fue un llamado espiritual el que ella me hizo por el cual estoy aquí. Pero sí me ofende saber que hay personas ignorantes que creen que esta devoción es mala y que solamente los criminales pueden practicar esta creencia”, dijo Baruch, quien llegó acompañado de su esposa y su pequeña hija.

Aunque la familia inmigrante no se avergüenza de su devoción, aceptaron que tienen algo de temor por la falta de conocimiento de muchas personas sobre la Santa Muerte.

“Nosotros trabajamos. Somos personas honradas. No tenemos tatuajes, ni historia criminal, pero sí nos inquieta que por ignorancia las autoridades u otras personas nos traten mal o nos cataloguen de criminales por creen en la Santa Muerte”, dijo la señora Baruch.

Al respecto, el sargento Mejía recalcó que toda persona tiene el derecho de creer en lo desee, y que solamente las personas con historial criminal que son investigadas por las autoridades son el blanco de las pesquisas.

“No vamos a salir a las calles para buscar a los devotos de la Santa Muerte y ficharlos”, enfatizó. “Toda creencia es respetada y la gente tiene derecho a creer hasta en una piedra si esa es su fe. Y con el simposio queremos educar a nuestros oficiales de la ley sobre lo que existe afuera”.

Almonte agregó que, precisamente en el simposio se informó a los agentes de la ley que hay personas que creen en la Santa Muerte y no son criminales. Y por lo tanto, hay que tener mucho cuidado en tratar este tipo de situaciones.

Foto de Selene Rivera