C. Carnemark
Young children queuing to get treated against intestinal worms during MDA.
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Geohelmintiasis

10 de enero de 2022

Datos y cifras

  • Las helmintiasis transmitidas por el suelo son una enfermedad parasitaria causada por diferentes especies de gusanos.
  • Se transmiten por huevos presentes en las heces humanas que contaminan el suelo en las zonas con malos sistemas de saneamiento.
  • Los niños infestados sufren deterioro nutricional y físico.
  • En el caso de las niñas y las mujeres en edad reproductiva infestadas, la pérdida de sangre exacerba la anemia ferropénica y aumenta el riesgo de mortalidad materna y de niños menores de 1 año, así como el de bajo peso al nacer.
  • Las actividades de lucha contra la enfermedad son: tratamientos vermífugos periódicos para eliminar los helmintos, educación sanitaria para prevenir la reinfestación y mejora del saneamiento para reducir la contaminación del suelo por huevos infestantes.
  • Se dispone de medicamentos seguros y eficaces para controlar la infección.


Panorama general

Las geohelmintiasis son una de las parasitosis más comunes en el mundo, y se estima que 1500 millones de personas, el 24 % de la población mundial, están infestadas. Estas infestaciones afectan a las comunidades más pobres y desfavorecidas de zonas tropicales y subtropicales con un acceso deficiente a servicios de agua limpia, saneamiento e higiene, y la prevalencia más alta se ha notificado en el África subsahariana, China, América del Sur y Asia. Las geohelmintiasis transmiten a través de los huevos de los parásitos eliminados con las heces fecales de las personas infestadas, que, a su vez, contaminan el suelo en zonas donde el saneamiento es deficiente. Más de 260 millones de niños en edad preescolar, 654 millones de niños en edad escolar, 108 millones de niñas adolescentes y 138,8 millones de embarazadas y madres lactantes viven en zonas donde la transmisión de esos parásitos es intensa y, por esa razón, necesitan tratamientos e intervenciones preventivas.

Se calcula que, en todo el mundo, más de 600 millones de personas están infestadas por S. stercoralis. No obstante, dado que este parásito también se transmite en zonas de saneamiento deficiente, su distribución geográfica se solapa con la de las otras geohelmintiasis.

Tipos de especies

Las principales especies de geohelmintos que infestan a las personas son la ascáride (Ascaris lumbricoides), el tricocéfalo (Trichuris trichiura) y los anquilostomas (Necator americanus y Ancylostoma duodenale). Estas especies se suelen abordar de manera conjunta porque el diagnóstico y el tratamiento son similares.

En cambio, Strongyloides stercoralis es un helminto intestinal con características peculiares que, a menudo, no se detecta porque los métodos necesarios para hacerlo son distintos de los empleados para otras geohelmintiasis. Además, el albendazol y el mebendazol no le afectan y, por esa razón, resiste las grandes campañas profilácticas contra estas enfermedades.

Transmisión

Las geohelmintiasis se transmiten por los huevos eliminados a través de las heces de las personas infestadas. Los helmintos adultos viven en el intestino, donde ponen miles de huevos cada día. En las zonas que carecen de sistemas adecuados de saneamiento, esos huevos contaminan el suelo, lo que puede ocurrir por distintas vías:

  • a través de la ingesta de hortalizas insuficientemente cocidas, lavadas o peladas;
  • por ingestión de agua contaminada; y
  • en el caso de los niños, al jugar en suelo contaminado y llevarse las manos a la boca sin habérselas lavado.

Además, los huevos de anquilostoma se desarrollan en el suelo y liberan larvas que maduran hasta transformarse en una forma que puede penetrar en la piel. La infestación se produce principalmente por caminar descalzo sobre suelo contaminado.

No hay transmisión directa entre personas ni a partir de heces frescas, porque los huevos expulsados por las heces necesitan alrededor de tres semanas para madurar en el suelo antes de hacerse infestantes.

La ascáride, el tricocéfalo y los anquilostomas no se multiplican en el huésped humano y solo hay reinfestación en caso de contacto con las formas infestantes presentes en el medio. En cambio, S. stercoralis se puede reproducir en el huésped y en personas inmunodeprimidas, y su multiplicación sin control puede ser mortal.

Efectos en el estado nutricional

Los geohelmintos afectan al estado nutricional por diversos mecanismos:

  • Los gusanos se alimentan de tejidos del huésped, en particular de sangre, lo que causa una pérdida de hierro y proteínas.
  • Los anquilostomas, además, ocasionan pérdidas crónicas de sangre intestinal que pueden dar lugar a anemia, especialmente en las adolescentes y las mujeres en edad reproductiva.
  • Los helmintos hacen que se absorban mal los nutrientes. Además, es probable que la ascáride compita por la vitamina A en el intestino.
  • Algunos geohelmintos también pueden causar pérdida de apetito y, por consiguiente, una pérdida del aporte nutricional y de la condición física. En particular, T. trichiura puede causar diarrea y disentería.

Morbilidad y cuadro clínico

La morbilidad depende del número de helmintos albergados. Las personas con infestaciones de baja intensidad (pocos helmintos) no suelen presentar síntomas, pero las que tienen infestaciones más intensas pueden presentar diversos síntomas, entre ellos manifestaciones intestinales (diarrea y dolor abdominal), malnutrición, malestar general y debilidad, así como disminución del crecimiento y del desarrollo físico.

Las infestaciones de mucha intensidad pueden causar obstrucción intestinal y ameritan tratamiento quirúrgico.

S. stercoralis puede causar síntomas dermatológicos y gastrointestinales y también se ha descrito que produce malnutrición crónica en los niños. Si el huésped está inmunodeprimido, este parásito puede causar un síndrome de hiperinfestación y diseminación que es irremediablemente letal si no se trata con rapidez y eficacia; incluso si se actúa de este modo, dicho síndrome puede ser mortal.

Estrategia de control de la OMS

En 2001, los delegados en la Asamblea Mundial de la Salud aprobaron por unanimidad la resolución WHA54.19 en la que se instó a los países donde las geohelmintiasis son endémicas a afrontar seriamente este problema, en particular la esquistosomiasis y los geohelmintos.

La estrategia de control de las geohelmintiasis consiste en controlar la morbilidad tratando periódicamente a las personas en situación de riesgo que viven en zonas donde esta enfermedad es endémica. Estas personas son:

  • los niños en edad preescolar;
  • los niños en edad escolar:
  • las mujeres en edad reproductiva (en particular, las embarazadas durante el segundo y tercer trimestres de la gestación y las madres lactantes); y
  • los adultos con ocupaciones de alto riesgo, como los recolectores de té y los mineros.

La OMS recomienda administrar periódicamente un tratamiento farmacológico (vermífugos o quimioprofilaxis) sin diagnóstico individual previo a todas las personas en situación de riesgo que vivan en zonas endémicas. Esta intervención reduce la morbilidad porque hace disminuir el número de helmintos. Además:

  • la educación sobre salud e higiene reduce los casos de transmisión y reinfestación porque fomenta las conductas saludables; y
  • también es importante que existan sistemas adecuados de saneamiento, pero ello no siempre es posible en entornos con pocos recursos.

El tratamiento periódico permite reducir o mantener en unos niveles bajos la intensidad de la infestación y proteger de la morbilidad a las poblaciones de riesgo infestadas.

El tratamiento vermífugo se puede integrar fácilmente en los días de salud infantil o en los programas de aporte complementario de vitamina A para los niños en edad preescolar, en los programas para las adolescentes relativos al papilomavirus humano (VPH) o en los programas de salud escolar.

El control de la morbilidad causada por S. stercoralis se ha añadido a los objetivos de la OMS para 2030. Este objetivo se puede alcanzar porque, actualmente, hay ivermectina precalificada a un coste asequible. La distribución de ivermectina se puede hacer a través de las plataformas que se utilizan para luchar contra otras geohelmintiasis. Se están llevando a cabo intervenciones experimentales para perfeccionar esta estrategia y evaluar su impacto.

En 2021, en los países en los que está enfermedad es endémica se trató con antihelmínticos a más de 500 millones de niños, lo que supone el 62% de la población infantil en riesgo. Además, a través de los programas de eliminación de la filariasis linfática, se trató con albendazol a más de 99 millones de mujeres en edad reproductiva. Entre 2010 y 2019, el número de años de vida ajustados en función de la enfermedad que se perdían cada año a causa de las geohelmintiasis se redujo en más del 50%, lo que corresponde al período en el que se generalizó la quimioprofilaxis para tratar esta enfermedad en los países donde es endémica.

La OMS recomienda a los países donde esta enfermedad es endémica que valoren el éxito de sus programas mediante evaluaciones epidemiológicas después de 5 o 6 años de utilización de la quimioprofilaxis con una cobertura terapéutica eficaz de >=75% y que ajusten la frecuencia de tratamiento. Los indicadores para hacer un seguimiento del impacto son la prevalencia de la geohelmintiasis y la prevalencia de intensidad moderada y fuerte.

Tratamiento

Los fármacos que recomienda la OMS —albendazol (400 mg) y mebendazol (500 mg)— son eficaces, baratos y de fácil administración por personas ajenas a la esfera de la salud (por ejemplo, profesores). Han superado amplias pruebas de seguridad y los han tomado millones de personas, causando pocos efectos secundarios y de intensidad leve.

A través de la OMS, se donan albendazol y mebendazol a los ministerios de salud de todos los países donde esta enfermedad es endémica a fin de tratar a todos los niños en edad escolar.

Desde 2021 se puede adquirir ivermectina genérica a buen precio para tratar la infestación por S. stercoralis.

Respuesta de la OMS

Se han fijado seis metas mundiales de la OMS para controlar las geohelmintiasis de aquí a 2030:

  1. Alcanzar y mantener la eliminación de la morbilidad de las geohelmintiasis en los niños en edad preescolar y escolar;
  2. Reducir el número de comprimidos necesarios para la quimioprofilaxis de las geohelmintiasis;
  3. Aumentar los recursos económicos que destinan los países a la quimioprofilaxis de las geohelmintiasis;
  4. Establecer un programa eficaz de control de las geohelmintiasis para las adolescentes y las mujeres embarazadas y lactantes;
  5. Establecer un programa eficaz para el control de la estrongiloidiasis en los niños en edad escolar; y
  6. De aquí a 2030, dar acceso universal a, al menos, el saneamiento básico y la higiene en las zonas en las que las geohelmintiasis son endémicas.

A fin de lograr la hoja de ruta sobre el control de las enfermedades tropicales desatendidas para 2030, la OMS trabaja con los Estados Miembros y los asociados para alcanzar y mantener una cobertura eficaz de quimioprofilaxis para las geohelmintiasis en todos los grupos de riesgo, medir el impacto de las intervenciones en los países que llevan aplicando el programa más de cinco años y defender la incorporación de la lucha contra las geohelmintiasis en la atención primaria de salud para la sostenibilidad del programa.