Cuando adquieres un trípode por primer vez, probablemente piensas que usarlo es muy sencillo: extender las patas, poner la cámara encima, y ¡listo!.

Hay que admitir que todos hemos pensado así durante un tiempo. Pero Ansel Adams en su libro La Cámara decía: “Muchos fotógrafos colocan el trípode y usan varias inclinaciones y ajustes de manera aleatoria. Es preferible, sin embargo, ser más metódicos en ajustar el trípode, si el tiempo y la situación lo permite, para tener una colocación precisa de la cámara y la mayor estabilidad posible”.

Así, aunque el trípode parece una pieza sencilla del equipo, hay una pocas cosas a tener en mente cuando lo ajustamos para asegurar la imagen más nítida posible:

1.- Encuentra primero tu composición.

Dado que puede llevar un buen rato colocar el trípode, es una buena idea encontrar la composición deseada primero, y preocuparse del trípode después. Así que, camina alrededor del sujeto y examínalo desde diferentes ángulos. Puede ser una buena idea ir mirando a través del visor de la cámara para ver cómo la composición quedará finalmente.

2.- Coloca una de las patas del trípode mirando hacia el sujeto.

Colocando una de las patas del trípode hacia el sujeto te dará más espacio para permanecer entre las otras dos patas (impidiendo que tropieces con el trípode). Esta posición ayuda también a estabilizar mejor la cámara cuando hacemos tomas con ésta mirando hacia abajo.

3.- Mantén la barra central vertical y perpendicular al suelo.

Para asegurar que el peso de tu cámara esta igualmente distribuido entre las tres patas, asegúrate que la barra central está vertical y perpendicular al suelo. Usar uno de esos niveles de burbuja que suelen venir en el trípode  puede ser útil para encontrar la posición correcta.

4.- Evita extender la barra central.

La barra central es significativamente menos estable que las tres patas cuando éstas se encuentran extendidas, así que usa esa barra central como la última alternativa posible. Puede ser algo frustrante a veces pues es más rápido ajustar la altura usando esa barra que extendiendo las patas y tratando de equilibrar el trípode, pero si queremos asegurar la máxima estabilidad esta última es la mejor opción.

5.- Usa un soporte en L para objetivos cortos.

El soporte en L presenta dos grandes ventajas: mantiene el centro de gravedad en el centro del trípode donde es más estable y añade unos pocos centímetros de altura que viene bien cuando utilizas la cámara en posición vertical.

6.- Usa un acople anular para objetivos largos.

Dado que los objetivos pesados desplazan el centro de gravedad de tu cámara, es importante usar un acople anular para equilibrar el peso entre la cámara y el objetivo a la hora de sujetar el conjunto al trípode. Sin uno, notarás seguramente como la cámara tiende a inclinarse hacia abajo después de que la sujetas a la cabeza del trípode.

7.- Cuelga la bolsa de la cámara u otros objetos pesados del poste central para aportar estabilidad extra.

Si te encuentras en condiciones de fuerte viento, puede ser útil añadir algo de peso extra al trípode colgando algo de la barra central.

Muchos trípodes ya tienen un gancho colocado, pero si el tuyo no lo tiene puedes intentar colocar uno. Ten cuidado con este método: si la bolsa de tu cámara se mueve por el viento puede chocar contra las patas del trípode y desestabilizarte todo el conjunto.

¿Por qué es importante colocar cuidadosamente el trípode?

Aunque colocar y ajustar el trípode puede parecer un procedo lento y tedioso, es importante hacerlo cuidadosamente para asegurar que obtenemos la imagen más nítida posible. Asegurar que el trípode está en una posición estable te ayudará a prevenir tropiezos y dañar tu equipo.

Y, finalmente, cuánto más tiempo y cuidado pases colocando el trípode, más te verás forzado a concentrarte en la composición. Saber que te va a llevar bastante tiempo colocar el trípode te hará pensar con más cuidado cuál es la composición que escoges para no tener que estar ajustándolo continuamente.