Permíteme preguntarte:
¿Crees que estamos a
la merced de Satanás?
¿Hace él lo que
quiere con nosotros sin que nadie se lo impida?
¿Estamos solos y
desprotegidos frente a los ataques del diablo?
Leamos Lucas 22:31-32
dice:
Dijo también el Señor: Simón,
Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
El pasaje bíblico que
acabamos de leer, claramente nos enseña que cuando el diablo viene en contra de
nosotros no carecemos de ayuda divina; y como en el caso de Job, en este
también podemos ver cómo Satanás el diablo debe buscar la aprobación de Dios
antes de poner cualquier tentación o perpetrar cualquier ataque en contra de
los hijos de Dios. Esto nos permite concluir, que nada puede hacernos Satanás a
menos que Dios se lo permita.
Te preguntarás ¿Es
Dios quien permite que Satanás nos ataque?
Quizás te resulte
extraño, pero aún el diablo resulta útil en las manos de Dios cuando de cumplir
sus propósitos se trata; pero nuestro gran consuelo resulta ser, que Dios está
con nosotros en cada situación y cuando Satanás se levanta, el Señor hace a
favor nuestro lo siguiente:
Primero: Dios nos pone al tanto de lo que Satanás
está tratando de hacer.
El Señor le dijo a
Pedro: Pedro, Satanás os ha pedido para zarandearos como al trigo. Al decirle
esto, el Señor le pone al tanto de lo que el diablo estaba tratando de hacer.
Satanás está ansioso
por quebrantarnos, vernos caídos y destruirnos. Pero Dios desenmascara todos
sus planes, Él deja al descubierto sus maquinaciones y nos pone al tanto del
asunto. No sólo eso, sino que de manera anticipada, nos da una salida y nos
presenta una ruta de escape frente a cualquier ataque del enemigo.
1 Corintios 10:13
dice:
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;
pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir,
sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
soportar.
Dios sabe qué
permitirnos, cómo permitirlo, cuándo y cuánto tiempo permitirlo.
Respondamos la
siguiente pregunta:
¿Por medio de qué
Dios nos pone al tanto de lo que Satanás trata de hacer?
Primero. Dios lo hace por medio de su Palabra.
Segundo. Dios lo hace por medio de un sueño.
Tercero. Dios lo hace hablándonos de manera directa por
medio de su Espíritu Santo.
Cuarto. Dios lo hace por medio de alguien a quien
Él envíe para comunicártelo.
Lo segundo que Dios hace por nosotros cuando somos
atacados por Satanás, es asegurarnos la victoria por medio de la intercesión de
Jesucristo.
En el pasaje que
leímos, el Señor le dice a Pedro: Pedro, Satanás os atacará, pero yo he rogado
para que tu fe no falte. En otras palabras, yo he orado por ti, para que tu fe
no falle; yo he orado por ti, para que no seas destruido y para que al final te
mantengas firme.
Por la oración de
Jesús, la fe de los hijos de Dios, aunque sea sacudida no podrá ser extinguida.
Antes que Satanás nos
comience a atacar, el Señor Jesús se anticipa y hace un ruego por nosotros. Como
abogado nuestro ante el Padre, va de manera anticipada a presentar defensa a
nuestro favor.
Jesús le aseguró a
Pedro fe y que a pesar de flaquear no sería destruida, sino que se renovaría
hasta llegar a ser lo que Dios quería que fuera.
Lo tercero que Dios hace a nuestro favor, es ordenar todo
lo que vivamos para nuestro bien y beneficio de otros.
En el pasaje que
leímos, el Señor le dice a Pedro: y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
En otras palabras, en poco tiempo vas a dejarme solo, pero después cambiarás. Cuando
eso pase, ayudarás a tus compañeros para que siempre se mantengan fieles a mí.
Sé que me fallarás,
pero te arrepentirás. Cuando esto pase, permite que tu experiencia ayude a
otros a permanecer firmes en la fe. En otras palabras, cuando pases por la
prueba, tu experiencia te será para provecho.
Podrás ser derribado,
pero jamás y nunca destruido.
Si caes, Dios espera
que vuelvas a Él y te levantes, y cuando veas caer a otros, anímales para que
se levanten.
Respondamos la
siguiente pregunta:
¿Qué fue lo que
sucedió con Pedro?
Satanás le pidió
permiso a Dios para zarandearlo como se zarandea el trigo y Dios se lo permitió.
Pero cuando Satanás
pensaba que le estaba haciendo un mal a Pedro, en realidad le estaba haciendo
un bien.
Escucha lo siguiente:
El trigo no se zarandea para ser desechado, el trigo se zarandea para ser
limpiado y así ser mejor aprovechado.
El trigo se zarandea
para ser separado de la inútil paja. Por lo tanto, todo lo vivido, a Pedro le
resultaría en un gran bien, al igual que a ti y a mí como hijos de Dios.
Nos resta entonces,
confiar en Dios, porque Él sabe lo que hace.
Dios te bendiga
grandemente.
La intención de este
ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo
compartas con amigos que tengan interés.
No debe ser vendido o
usado con fines lucrativos.
Oidores &
Hacedores
MIRA EL VIDEO👇
No hay comentarios.:
Publicar un comentario