fbpx Conosur

5 mitos del vino orgánico

Muchos mitos giran en torno al vino, y en especial alrededor del vino orgánico. ¿Cuánto dura? ¿Cómo se conserva? ¿Es difícil de encontrar? Revisemos estas y otras dudas.

¿Qué es el vino orgánico?

Para aclarar dudas respecto a qué es el vino orgánico, ante todo hay que saber que se trata de un vino en cuyo proceso de elaboración (es decir, a lo largo de todo el ciclo productivo) se emplean métodos y elementos sustentables, en los cuales el respeto al medioambiente es primordial. Además, se garantiza que las uvas estén 100% libres de agentes químicos.

Asimismo, se evitan productos que dañen el suelo, procurando así mantener el equilibrio biológico de este. Los herbicidas, fertilizantes y pesticidas usados son, en este caso, siempre de origen natural. Ahí radica uno de los beneficios del vino orgánico, pero también cabe mencionar que muchas personas buscan productos más saludables, y sin duda los vinos orgánicos lo son por sus características especiales.

Otro de los beneficios del vino orgánico es que, al consumirlo, apoyamos estas prácticas responsables para con la naturaleza, contribuyendo a que se perpetúen.

 

Diferencia entre vino orgánico y tradicional

La principal diferencia entre vino orgánico y tradicional radica en su proceso de elaboración. Mientras en el primero no se emplean agentes químicos y se procura mantener el equilibrio biológico de los suelos, en el segundo estas exigencias no conforman parte del criterio de producción, pudiendo valerse de todo tipo de procesos y productos disponibles en el mercado, los cuales deben regirse por el reglamento de la OIV y por la normativa legal de cada país. Con todo, el proceso de vinificación es bastante similar entre los vinos orgánicos y los tradicionales.

Así, por ejemplo, en la elaboración de vino tinto orgánico pinot noir de Cono Sur, las uvas son cultivadas de forma orgánica, marcando así el proceso orgánico desde el comienzo. Luego de la fermentación alcohólica, el vino es embotellado y se envía a los diferentes mercados, como se haría con cualquier otro vino.

Mitos del vino orgánico

Diversas creencias erróneas se suelen mencionar respecto al vino orgánico. Estas son algunas de las fundamentales.

  1. Mala calidad.Nada más lejos de la verdad. La calidad de cualquier vino, orgánico o no, depende factores como el clima en donde se desarrollan las uvas, el medio en el cual crecen (suelos), la temperatura que las rodeas y la luz que llega a ellas, entre otras cosas. Como la elaboración del vino orgánico no tiene que ver con estos factores, su calidad será la misma que la de un vino tradicional elaborado en un lugar homólogo.
  2. Duran poco una vez abiertos.Un vino orgánico puede durar abierto lo mismo que uno tradicional, esto es, de 3 a 5 días si es mantenido correctamente (tapado y refrigerado de ser necesario). La razón detrás de esto es que el proceso de oxidación que termina arruinando su sabor tiene que ver con otros elementos, como el tipo de uva (el tinto y el blanco no duran lo mismo) y la cantidad de taninos en el vino, entre otros.
  3. Su proceso de conservación es más deficiente. La conservación de un vino embotellado será más o menos óptima según cómo se realice dicha conservación, dependiendo entre otras cosas del aire, la luz solar y la temperatura, además de la calidad de este. Así, se puede decir que el criterio más importante es que el vino haya sido embotellado adecuadamente(y no que sea orgánico o tradicional), para así poder madurar y conservarse de forma óptica.
  4. Es un vino vegano.La gente suele confundir el concepto de orgánico con el de vegano, lo cual es un error, puesto que en el proceso de elaboración de un vino orgánico pueden utilizarse elementos animales como el estiércol (fertilizante) o clarificantes como la albúmina de huevo o la harina de pescado. Con todo, sí es posible encontrar ciertos vinos orgánicos que a su vez sean veganos, como el Orgánico Sauvignon Blanc de Cono Sur,  que cuenta con la certificación vegana V-Label desde 2019.
  5. Es un vino excesivamente caro.Si bien el vino orgánico tiende a ser más caro que el tradicional, debido a sus procesos manuales de producción y elementos naturales, su precio no es inalcanzable para quien disfruta y aprecia un buen vino, en especial cuando su elaboración trae consigo un impacto positivo en los consumidores y el medioambiente.

En conclusión, la mejor manera de derribar estos mitos es arriesgándose a probar el vino tinto orgánico o el vino blanco orgánico, sea cual sea el gusto del consumidor.