Dobladillos I – Generalidades y dobladillos básicos

Los dobladillos son los remates que se realizan en los bordes de las prendas confeccionadas que no van unidos con costuras y que, por tanto, quedan al aire (bajos de las prendas, bordes de manteles, servilletas, etc…). Su función, además de proteger estos bordes contra el deshilachado, es añadir peso a la prenda y ayudarla a que tenga la caída precisa. Suelen ser lo último que se cose y la tela y el tipo de prenda de la que se trate influirá en su estilo y tamaño. Un dobladillo perfecto tiene que estar completamente liso y en las prendas de vestir debe ser prácticamente invisible. Consisten en un doblez de la tela, sujeto por puntadas, que encierra el borde de la misma y, de esa manera, impide que se pueda deshilachar, junto con las costuras son los procedimientos básicos para confeccionar cualquier prenda.

Los dobladillos pueden realizarse a mano o a máquina y, al igual que ocurre con las costuras, existen diferentes formas de realizarlos. Hoy veremos los dobladillos más básicos y, más adelante, iremos viendo otras formas de llevarlos a cabo.

Cuando vamos a hacer un dobladillo, debemos de realizar un proceso previo antes de coserlo, los pasos a seguir son los siguientes:

1. El tejido tiene que estar bien alienado, sin picos ni entrantes que hagan que el borde sera irregular, si no es así, es mejor igualarlo para que el borde sea uniforme y podamos trabajar con facilidad.

2. Marcaremos el margen del dobladillo (el trozo de tela que quedará escondido) con la ayuda de una regla o una cinta métrica, que colocaremos en el borde, marcando la distancia precisa con alfileres colocados en horizontal, o con un marcador o rotulador de extinción al aire o al agua (no utilizar los de extinción con calor porque al planchar sobre la marca, esta desaparecerá). En los bajos de las prendas de vestir el dobladillo será de 5 a 7,5 cm, pero en otro tipo de prendas o en tejidos muy finos, el dobladillo será más estrecho (incluso de unos pocos mm).

Existe un accesorio, llamado puntímetro, que va muy bien para marcar dobladillos ya que en su borde hay salientes de diferentes anchuras que podemos hacer servir como referencia para realizar las marcas, facilitando el trabajo ya que resulta más manejable que una regla o una cinta métrica y reduce la posibilidad de error.

Pero si no lo tenemos, siempre podemos cortar un trozo de cartón de la medida necesaria (ese era el sistema que utilizaba mi madre cuando me enseñaba a hacer dobladillos, me cortaba un trocito de cartón que era el que yo utilizaba como referencia para marcarlos).

3. Doblar el tejido por la línea marcada hacia el revés de la prenda y sujetarlo con alfileres.

Otro truco que facilita enormemente el trabajo es doblar la tela por la marca y pasarle la punta de la plancha para fijar el doblez ;-).

4. Hilvanar el dobladillo junto a la línea de doblez.

5. Para proteger realmente el borde de la tela y que quede escondido en el interior del dobladillo, deberemos realizar dos dobleces, el primero es el que hemos realizado hasta ahora y, a continuación deberemos marcar el segundo doblez en el margen doblado. El proceso será el mismo que para marcar el primero y la cantidad de tela que dejaremos para que quede en el interior será de aproximadamente 5 mm.

6. Volver a doblar el tejido por la nueva línea marcada, sujetarlo con alfileres e hilvanarlo cogiendo todas las telas. Si el borde de la prenda es curvado, al realizar el hilván deberemos ir embebiendo el exceso de tela formando un ligero frunce o pequeños pliegues que no deben notarse por el derecho de la prenda (algo que os explicaré con más detalle próximamente), aquí también la plancha puede ser nuestra aliada antes de proceder el hilvanado para fijar su ubicación.

TRUCO (de mi madre ;-)): Una manera de controlar que vamos realizando el hilván por el lugar correcto y el dobladillo está exacto en cuanto a su anchura, es hacer comprobaciones doblando la tela en diferentes lugares a lo largo del dobladillo, tal como se muestra en la fotografía:

7. Coser el dobladillo. Podemos coserlo a mano o a máquina, dependiendo del tipo de prenda que estemos confeccionando. Para que el dobladillo se note lo menos posible, elegiremos un hilo de coser de buena calidad en un color igual o ligeramente más subido de tono que el tejido. Existen diferentes formas de coser un dobladillo, a continuación os muestro las más básicas:

A. Dobladillo pespunteado a máquina

Es la forma más sencilla de coser un dobladillo pero presenta el inconveniente de que se nota por el derecho, por eso, para minimizar el efecto se utilizará un hilo del mismo color que la tela o, si acaso, un poquito más oscuro. Se utiliza en ropa para la casa o prendas de vestir de estilo deportivo en las que no tiene demasiada importancia que el pespunte se vea o, incluso, que se quiera resaltar ese detalle (utilizando un hilo contrastado), también es la forma más adecuada de coser los dobladillos en tejidos de punto.

Para la realización de dobladillos estrechos a máquina existen unos prensatelas especiales, los dobladilladores, que al mismo tiempo que cosen realizan el doblado del tejido eliminando prácticamente el proceso de preparación del dobladillo, en otra entrada veremos su funcionamiento.

B. Dobladillo cosido a mano

Se realiza justo en el borde del dobladillo y se trabaja de derecha a izquierda, se van realizando pequeñas puntadas en el interior del doblez, cada 10 mm aprox., que se sujetan sobre la tela de fondo tomando uno o dos hilos solamente para que no se note por el derecho, a este punto se le llama punto de dobladillo. Cuando se realiza este punto, el nudo se esconde en el doblez de la tela:

y la forma de realizar el punto es la siguiente:

Se utiliza principalmente para la realización de dobladillos en manteles, servilletas, cortinas u otras prendas de la casa.

C. Dobladillo escondido cosido a mano para prendas de vestir

Este tipo de dobladillo tiene como objetivo que no se note en absoluto, para realizarlo la preparación es algo diferente a la explicada en el punto 6, ya que no se realiza un segundo doblez en el margen del dobladillo sino que se deja sin doblar y se sobrehila firmemente a mano o a máquina (ver entrada sobre sobrehilado).

Una vez sobrehilado, el dobladillo se cose con un punto de dobladillo como el realizado en el apartado anterior, pero hecho entre las dos telas, a 5-10 mm del borde sobrehilado y a una distancia de aprox. 10 mm uno del otro:

Se utiliza en prendas de vestir a las que se quiere dar un acabado muy pulido (bordes de faldas, vestidos o pantalones).

Este tipo de dobladillo también puede realizarse a máquina utilizando un prensatelas de dobladillo invisible, cuyo funcionamiento veremos más adelante.

Una vez se ha cosido el dobladillo, ya se puede planchar la prenda para que el mismo quede bien fijado y retirar los hilvanes. El planchado debe ser cuidadoso para que el borde del tejido no se note por el derecho de la prenda, se puede hacer con vapor sin apretar excesivamente la plancha sobre la tela.

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