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La mayoría de chicos no son genios estoicos a los que no puedas sacarles una sonrisa. Si conoces su sentido del humor y dejas que tu asombrosa personalidad salga a la luz, desarrollarás una conexión que los mantendrá riendo hasta que se ponga el sol. Mira el paso 1 ¡y que comiencen las risas!

Parte 1
Parte 1 de 3:

Encuentra tu sentido del humor

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  1. Haz tonterías. La mayoría de las chicas no somos expertas en hacer reír a las multitudes con nuestros chistes o anécdotas. La manera más simple y más efectiva de demostrar nuestro sentido del humor es solo hacer algunas tonterías. Esto demuestra que eres feliz, divertida y que no tomas la vida con tanta seriedad. Aquí te dejamos algunas ideas:
    • Utiliza el humor físico. Haz caras graciosas, muévete en cámara lenta, salta sobre su espalda para que te de un paseo a caballito (si a ambos les parece bien), o empieza una pelea de comida divertida.
    • Monta un espectáculo. Habla con un acento extranjero o imítalo, burlándote un poco de él como una forma de coquetear, claro está.
    • Reacciona con él en formas tontas. ¿Estás acurrucada a su lado? ¡Ronronea como un gato! Cuando él te diga: "Uups, lo siento, me terminé la última soda", respóndele: "YA ME CANSÉ. ME MUDARÉ A CANADÁ". Luego, sonríe y dile cuán emocionada estás por jugar hockey y ver fútbol con él.
  2. Sé tú misma. No hay nada mejor que alguien que sea totalmente genuino y que esté cómodo consigo mismo. Si puedes ser tú misma, le demuestras que puede ser él mismo y que no tiene nada de qué preocuparse. ¡El humor fluirá naturalmente cuando ambos se sientan felices y estén relajados!
    • ¡No te preocupes por ser graciosa cuando estés con él! Si eres alegre y disfrutas divertirte, él disfrutará divertirse contigo. No te preocupes de la impresión que causes. Haz lo que te haga feliz y, probablemente, él hará lo mismo.
    • Si intentas ser graciosa, será notorio que lo estás “intentando”. Actúa natural y deja que la conversación fluya naturalmente. ¡El sentido del humor aparecerá por sí solo!
  3. Sé positiva. Por supuesto, de vez en cuando nos encontramos con alguien que logra ser absolutamente gracioso porque su humor es seco, cínico, sarcástico, un poco oscuro y retorcido. Por lo general, una siempre quiere estar con ese tipo de personas en pequeñas dosis. A todos nos encanta estar rodeados de personas positivas y alegres porque su actitud es contagiosa. Ellos nos hacen sentir positivos y alegres (y, a menudo, eso significa que nos volvemos más graciosos), sacando una faceta nuestra con la que nos sentimos cómodos. Es imposible que a él no le guste eso.
    • Cuando somos optimistas, todo se vuelve más positivo. Cuando todo es un poco más positivo, es más fácil hacer bromas (y obtener una sonrisa a cambio). Es más fácil cuando tomas una situación común y la conviertes en una oportunidad para divertirte. Cuanto más te diviertas, más se reirán los dos.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Combina con su estilo

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  1. El humor es subjetivo. Lo que a ti te parezca gracioso no será lo mismo que a tus amigos les parezca gracioso. De modo que, para lograr hacerlo reír, ¡conócelo mejor! ¿Qué serie de televisión le gusta? ¿Qué comediantes? ¿Qué tipo de humor tiene? Todas estas son señales de lo que a él le hace reír.
    • La broma más apropiada sobre Foucault, por ejemplo, no será apreciada por el tipo de chico que prefiere el humor escatológico. Y esto también se aplica de forma inversa. ¿El chico que te gusta prefiere a Bro Banter? ¿Acaso hace comentarios irrelevantes sobre acontecimientos actuales? ¿Le parece divertido que digas un juego de palabras en Klingon? ¡Averígualo!
  2. Por lo general, las mujeres valoran el sentido del humor más que los hombres. ¿Qué les gusta a los hombres? Alguien que los haga sentirse “graciosos”.[1] En lugar de intentar impresionarlo, demuéstrale que “él” te impresiona a “ti”. Mostrarle que tiene derecho de reírse de sus propios chistes, porque es asombroso, hará que caiga a tus pies de inmediato.
    • No tienes que reírte de todos los chistes que él haga, como si tu mundo hubiera sido alterado. Si cuenta un chiste malo, ríete de “él”, pero como un juego. ¿Acaba de contar un chiste clásico de rubias? Oh, querida. Hazle saber que te parece lindo por intentarlo con un risita y mostrándole una gran sonrisa.
  3. Cuando nos conectamos con alguien, es difícil pasar por alto esa química. Para demostrarle que lo “entiendes” y que aprecias su humor, ¡aliméntate de él! ¿Acaba de hacer su propia imitación de una moneda al estilo de Sean Connery? Síguele el juego con tu mejor imitación de Alex Trebek o Pussy Galore (no tiene que ser buena, ya que este momento se trata de él). Si no deseas hacer una imitación, ¿podrías recitar una línea de cualquier película o retarlo, en su propio juego, a imitar a Christopher Walken?
    • Establecer una conversación graciosa puede ayudar a desarrollar una mejor relación entre ustedes. De este modo, crearán un lazo que no se romperá fácilmente. Ya sea que le guste burlarse de él mismo o que su humor provenga de alguna serie de televisión, síguele el juego. Demuéstrale que valoras lo gracioso que es.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Interactúa con él

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  1. Cuando la vida es deprimente, no nos reiremos sin importar lo que suceda. Para ver el lado humorístico de las cosas, debemos estar dispuestos a hacerlo. Pon manos a la obra para ayudarlo a ser feliz (hacer” a alguien feliz es imposible, ya que ellos mismos deben querer serlo) al ser tú misma y alegrarle el momento con tu presencia.
    • Al ser positiva y graciosa, ya estás haciendo todo lo que puedes. Sé su amiga (o lo que mejor se adecúe a su relación), haz cosas pequeñas por él y solo intenta facilitarle la vida (en especial si las cosas no le han ido bien). Hazle ver el lado positivo de la vida para que el humor comience a fluir.
  2. Solo hay pocas cosas que son más graciosas (y que levantan el ánimo) que una persona que puede burlarse de sí misma y seguir con el juego. Solo hay pocas cosas “peores” que una persona que se burla de sí misma y luego se siente tímida y avergonzada. Ve y derrama esa soda sobre ti misma y solo di que la estás guardando para más tarde y que, de todas formas, el color marrón va mejor contigo que el blanco. Además, es como dos perfumes en uno. ¡Solo estás siendo económica!
    • Algunos estudios demuestran que burlarte de ti misma puede hacer que les caigas bien a los demás y que confíen más en ti. Casi tiene sentido: cuando demuestras que eres centrada, alegre, y que eres un simple ser humano como ellos, eso aleja toda posibilidad de intimidación y estrés.[2]
  3. Slapstick, o comedia física, es el único tipo de comedia que ha estado presente durante toda la historia de la humanidad y, por alguna razón, aún lo está. Si los comentarios ingeniosos no fluyen naturalmente, ¡no te estreses! Puedes convencerlo de que eres la persona más graciosa después de Tina Fey si tan solo utilizas la hilaridad no verbal.
    • ¿Palomitas de maíz? ¡Oh, sí, por favor! Es hora del concurso para averiguar quién tiene la mejor puntería. ¿Qué hay del espagueti? Es hora de la Dama y el Vagabundo.
    • ¿Te encuentras en la cola del cine esperando por tu película favorita? ¿Estás tan increíblemente aburrida que harías cualquier cosa por encontrar algo que hacer? ¿Por qué no empezar a bailar la Macarena?
      • Siempre y cuando él no sea del tipo que se avergüenza con facilidad, claro está.
    • Intenta jugar a las peleas, hacerle cosquillas o fingir atacarlo. El lazo creado por el contacto humano es tan fuerte como el acero. ¿Ya es hora para una pelea de pulgares?
    • Solo ríe. ¡No necesitas tener una buena razón para hacerlo! Reír genera una reacción en cadena ya que, a menudo, ocasiona que los demás empiecen a reír. También te hará más feliz.
  4. Relájate. Si es evidente que estás muy tensa o estresada, ninguna situación en la que te encuentres estará libre de preocupaciones y tampoco será graciosa. ¿Conoces a esa persona que siempre se queja y es negativa? ¡No seas aguafiestas! Relájate. Esa es la única manera de ser tú misma, de actuar como tonta, y de crear un ambiente en que las risas fluyan naturalmente. Si ambos están relajados y disfrutan la compañía del otro, ¡la risa empezará sola y de manera espontánea!
    • Está bien si él no se ríe de tus chistes. piensas que eres graciosa y eso es lo único que importa. Si él te ve en tu elemento, actuando natural, no hay nada que pueda no gustarle. Date un respiro… Lo tienes bajo control.
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Consejos

  • Sé paciente y deja que el flujo natural de la conversación te guíe.
  • No cuentes chistes que puedan ofenderlo. Lo mejor es permanecer en territorio seguro; eso funciona para todos.
  • No debes forzar las cosas. Si te esfuerzas demasiado por ser graciosa, él pensará que estás poniendo demasiado esfuerzo.
  • Nunca temas decirle algo. Es importante que te sientas cómoda cuando estás con él.
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Advertencias

  • No te decepciones si él no se ríe, ya que puede tener otras cosas en mente. Inténtalo nuevamente la próxima vez que estén juntos.
  • Cuídate de los chistes comunes. A veces puede parecer que cuentas un chiste solo para encajar. Asegúrate de que suene natural e improvisado.
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Categorías: Citas y noviazgo
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