Calamar y sepia: ¿cuál es la diferencia?

El calamar y la sepia son dos productos que puedes encontrar fácilmente en las pescaderías de proximidad. No obstante, es cierto que se trata de cefalópodos muy parecidos y que a veces puede llevar a confusión.

A continuación  exponemos las principales diferencias para que, cuando vayas a comprar a tu mercado municipal o tienda de proximidad, tengas claro lo que quieres comprar.

Diferencias físicas

Una de las principales confusiones que se genera alrededor de estos dos invertebrados es que ambos cuentan con numerosos tentáculos. Pero, si te fijas bien, verás que en realidad el calamar tiene dos brazos y ocho tentáculos, mientras que la sepia cuenta con diez tentáculos.

Otra diferencia clara es el tamaño. El calamar es alargado y su longitud media es de 15 a 25 centímetros, aunque se pueden encontrar ejemplares de hasta 40 centímetros. Por otro lado, aunque el cuerpo de la sepia es considerablemente más amplio, en general, esta es más pequeña que el calamar, ya que sus tentáculos son más cortos y mide unos 20 centímetros de largo.

En cuanto al color, es cierto que ambos tienen tonalidades muy parecidas, pero en los calamares se puede apreciar algunas partes de color rosado que los distinguen del resto de cefalópodos. En cambio, la sepia tiene un color entre gris y beige.

La sepia y el calamar en la cocina

Tanto la sepia como el calamar son dos productos típicos de nuestra dieta, pero tanto la forma de utilizarlos en la cocina como su sabor es diferente.

El calamar rebozado es uno de los platos más conocidos y que encontrarás en muchos restaurantes. La forma más frecuente de prepararlos es en anillas, aunque también se pueden ver a tiras. Aunque esta es la opción más conocida, hay más formas de preparar el calamar, como a la plancha, rellenos o guisados en su propia tinta.

En cuanto a la sepia, es muy utilizada en la cocina mediterránea por sus ventajas nutricionales, ya que es rica en yodo y apenas tiene grasas. Es muy típico prepararla a la plancha con una salsa de ajo, aceite y perejil o en un guiso.

Los prepares como los prepares y compres el producto que compres, recuerda que siempre ganarás en calidad si lo haces en las pescaderías de proximidad, ya que cuentan con los productos más frescos.