Cómo criar a un hijo feliz, en 8 pasos

Varias claves nos pueden ayudar a educar en valores positivos a nuestros retoños.

criar nino feliz
No es imposible.

Uno de los mayores deseos de un padre es que su hijo crezca sano, feliz y tenga un gran éxito en todas las facetas de su vida. Pero educar a un niño no siempre es fácil, y puede ocurrir que, muchos progenitores, en un intento de darles todo a su hijos, abusen de la sobreprotección y terminen mimando a sus hijos.

Un niño feliz no es aquel que tiene la casa llena de juguetes y al que todo se le consiente, porque los regalos en exceso pueden causar que un hijo crezca malcriado. Cuando se quiere tanto En este sentido, el comportamiento de los padres y su manera de educar sus hijos va afectar a la personalidad futura de éstos y a su bienestar y felicidad a lo largo de su vida.

Cómo criar a un hijo feliz

Ser un buen padre no es darle todo lo que un hijo, incluso sus caprichos, ni dejarse llevar por sus exigencias y su manipulación. Sino que un buen padre ofrece a sus descendientes una educación que les ayude a convertirse en personas emocionalmente fuertes para el futuro y preparadas para los buenos y malos momentos que la vida les va a deparar.

Criar a un hijo feliz

Si eres padre y quieres saber qué puedes hacer para que tu hijo crezca feliz, en las siguientes líneas encontrarás 10 consejos para que tu hijo crezca emocionalmente sano.

1. Enséñale a tolerar la frustración

En la vida no todo es de color de rosa. Hay momentos buenos y momentos malos que nos toca vivir. Para crecer como personas debemos de ser capaces no solamente de disfrutar de los buenos momentos que la vida nos presenta, sino que debemos saber lidiar con aquellas situaciones que no son tan agradables.

La tolerancia a la frustración es una de esas habilidades que nos permiten hacer frente a la vida y que son esenciales para solucionar problemas y aprovechar los malos momentos para crecer como seres humanos. Desarrollar la tolerancia a la frustración es desarrollar la resiliencia y la capacidad de superar los problemas. Las personas con baja tolerancia a la frustración son vulnerables al dolor emocional, son impulsivas y tienen dificultades para adaptarse a entornos cambiantes. Por tanto, es importante educar en valores como el esfuerzo, ser coherentes y dar ejemplo, poner límites a tus hijos, entre otros comportamientos que puedes encontrar en nuestro artículo “Cómo enseñar a tus hijos a tolerar la frustración, en 6 pasos”.

2. Reconoce la perspectiva de tu hijo y empatiza con él

Los pequeños también sienten emociones. De hecho, Paul C. Holinger, profesor de psiquiatría del Centro Médico Rush-Presbyterian-St. Luke's en Chicago, identificó nueve “señales” que los pequeños emplean para comunicar sus sentimientos. Y es que los padres podemos llegar a comparar los sentimientos de los pequeños con los de los adultos, dejando de lado que su desarrollo mental se encuentra en fases iniciales.

El autor argumenta que cuando un hijo golpea a un hermano o lanza juguetes significa que está angustiado y esa es su forma de expresión. Aunque su reacción puede parecer desproporcionada, reconocer las señales que nuestro hijo nos envía ayuda enormemente a tratarle de manera apropiada. Empatizar con tu hijo es clave para generar confianza y ser un buen padre.

3. Comunícate y escucha a tu hijo

Si bien reconocer las emociones de tu hijo y empatizar con él es positivo para su felicidad, también lo es comunicarse y escuchar lo que tiene que decir. Los niños necesitan sentirse importantes y queridos, por lo tanto es bueno escuchar lo que tienen y comunicarse apropiadamente con tal de manifestar la confianza y estrechar el vínculo de afecto.

4. No cedas ante los berrinches

Puede parecer que ceder a los berrinches es la mejor opción para que nuestro hijo se sienta bien, pero esto es una manera de reforzar conductas negativas. Si cedemos a los berrinches, le estaremos dando a entender que puede conseguir lo que quiera si pega pataletas o llora. No dar todo de entrada puede ser una buena alternativa para que nuestro hijo comience a valorar las cosas.

5. Pasa tiempo con tu hijo

Los hijos deben notar que los padres sienten amor hacia ellos, porque la figura parental es necesaria para el desarrollo saludable de un hijo. Pasar tiempo con los hijos es enriquecedor para ambas partes, lo que acrecienta la confianza entre ambos. Lee cuentos a tu hijo, juega con él, enséñales cosas nuevas, llévale de excursión y diviértete a su lado.

6. Establece límites

Establecer límites puede parecer malo, pero es necesario que los niños tengan algo de disciplina para aprender que la vida tiene límites y no pueden hacer lo que quieran en el momento en que quieran, y así sean conscientes de lo que deben hacer y hasta dónde pueden llegar. No es bueno ser un padre excesivamente permisivo, porque los niños necesitan tener un patrón por el cual guíen su comportamiento.

7. Elogia sus logros

Para que un niño sea feliz debe tener una autoestima y autoconfianza elevadas, que le permitan hacer frente a los momentos menos agradables de la vida. Las personas solemos destacar los momentos malos de nuestros hijos, pero también debemos de elogiar aquellas conductas que son positivas, con la intención de darles feedback y como manera de premiar lo que hacen bien.

8. No le pongas etiquetas

Evidentemente, al ser tan joven, cometerá muchos errores, cederá a los impulsos y buena parte de su comportamiento estará lejos de ser ejemplar; es totalmente contraproducente tener una visión idealizada de la mente infantil. Ahora bien, como padres y madres, debemos realizar críticas constructivas dirigidas hacia sus acciones inadecuadas, y no hacia su identidad o su "esencia" como persona. Por eso, es recomendable no ponerles etiquetas a los pequeños de la casa; es decir, prescindir de los motes con una clara carga moral (por ejemplo, "gamberro" o "despistado"), y no criticarlos mediante adjetivos, sino más bien poniendo énfasis en los verbos. De esa manera podrán aprender de los errores en vez de autoconvencerse de que están predestinados a comportarse de esa manera problemática.

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Psicólogo de las organizaciones

Licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Máster en Recursos humanos y experto en comunicación empresarial y coaching. Posgrado en Nutrición y Alimentación Sanitaria y Social por la UOC. Especialmente interesado en el bienestar y el deporte.

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