MALO, MALDAD

(heb., ra, rasha; gr., poneros, poneria). La RVA utiliza estas palabras a menudo. Contienen la idea de una persona o cosa que es mala, despreciable, depravada y corrupta; y especialmente una persona o cosa que se opone a Dios, a su voluntad, a su Mesí­as y a su evangelio (p. ej., Gen 6:5; Salmo 37; Mat 16:4; Act 2:23; Rom 1:29).

El origen y fuente de la maldad ha de buscarse no en los corazones malvados de los hombres, sino en la obra y astucias del diablo, quien es el maligno o malo (Mat 13:19; Mar 4:15; Luk 8:12; Eph 6:12). Los creyentes no deben tener nada que ver con el maligno o la maldad (1Jo 5:18-19; 1Jo 2:13) y han de usar el escudo de la fe (Eph 6:16). Dios permite la maldad en esta era, pero no la pasa por alto, y él juzgará a sus responsables (Mat 13:49). Ver MALDAD; Ver MALICIA.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Desde el momento en que la primera y más importante demanda que Dios hace al hombre es una perfecta obediencia a su voluntad revelada (Gn. 2:16s.), se desprende que cualquier ausencia de conformidad, o transgresión a la ley de Dios es pecado. Tanto en el AT como en el NT, se usan diferentes palabras para describir la condición pecaminosa de los hombres que han caído. Se usan palabras tales como maligno, pecado, iniquidad, transgresión y maldad. «Malo» (maldad) es la traducción de más de una docena de palabras hebreas y cinco palabras griegas. La palabra que más frecuentemente representa a «malo» es rāšaʿ (252 veces). Aparentemente, malo siempre envuelve un estado moral, no así raʿ (traducida generalmente como «mal») que puede describir desgracia y aflicciones resultantes del pecado, como también el pecado mismo. El malo es contrastado con el «justo» (ṣaddîq), especialmente en Proverbios (p. ej., 12:5; 13:5; 29:2) y en el Sal. 37. La maldad es un principio destructivo, activo (Pr. 21:10; 29:16). Esta oposición activa a Dios y a su pueblo causa sufrimiento y aflicción (Sal. 10). Pero es vana; el malo perecerá en su maldad (Sal. 9:16). Es por la oración confidente y la expectación del justo que esto puede ser verdad (Sal. 11; 68:13). La prosperidad del malo prueba la fe del justo (Sal. 73). «Malo» es usado con menos frecuencia en el NT, donde generalmente representa la palabra fuerte ponēros (p. ej., Mt. 13:19, 38, 49). Pero la palabra pecador (hamartōlos), que representa frecuentemente a rāšaʿ en la LXX, también se usa frecuentemente en el NT.

Oswald T. Allis

LXX Septuagint

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (375). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología