ESCENA FINAL DE «LA VIDA ES BELLA»


El pequeño Josué sale de la pequeña taquilla donde se había escondido toda la noche al no ver a nadie y al haber un absoluto silencio tal y como le había dicho su padre Guido (Roberto Benigni). Al salir se encuentra con el recinto del campo de concentración en silencio y deshabitado y empieza a caminar sin rumbo. Escucha un ruido y para su asombroso ve doblar la esquina un inmenso tanque del ejército estadounidense que se detiene justo delante de él. Su piloto abre la escotilla, se quita el casco y le dice:

  • Hi,boy. Are you alone? What,s your name?

Josué con un gesto le indica que no entiende lo que le dice. El piloto le dice mientras lo llama con el brazo:

  • Come on¡ Come on¡

Josué se dirige al tanque e intenta trepar por su parte delantera. El piloto lo alza en brazos y lo mete con él dentro de la cabina.

En la siguiente toma, se ve un camino de tierra entre las montañas en donde cientos de prisioneros del campo de concentración van descendiendo apesadumbrados y cansados por los dos bordes de la calzada mientras por el medio va bajando el convoy de los soldados estadounidenses. En él se encuentra el tanque donde viaja Josué asomado en la escotilla junto al piloto con el casco del soldado puesto en su cabeza. De repente, el niño se percata de la presencia de su madre entre l@s caminantes y grita:

-¡Mamá, mamá¡ 

El piloto grita:

  • Stop¡- y le ayuda a bajar del tanque. 

Josué se lanza sobre los brazos de su madre que está entre los matorrales a la sombra de un gran árbol. Ésta lo besa y lo estrecha entre sus brazos gritando de felicidad:

  • !Josué¡

Éste alzando los brazos y entusiasmado responde:

  • Mil puntos. !Hemos ganado¡ Volvemos a casa con el carro blindado.

La imagen de la madre sujetando al pequeño Josué mientras éste levanta los brazos lleno de felicidad se congela y la pantalla se transforma en un fundido a negro.

Cinefilo81

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