Introducción
La onicomadesis es el desprendimiento espontá neo completo de la uña desde su extremo proximal, pudiendo afectar manos y pies. No siendo un hallazgo muy frecuente en niños, su presencia genera gran preocupación entre sus familiares y cuidadores1. Dentro de las probables etiologías de desprendimiento de la lámina ungueal están las causas locales, como paroni quia y traumatismos, en que lo habitual es la afección de una o dos uñas; y las causas sistémicas, en que se suelen afectar varias uñas de manos y pies2, dentro de las cuales se debe considerar la desnutrición, el uso de fármacos (antibióticos, retinoides, litio, anticonvulsivantes y citotóxicos), algunas infecciones (candidiasis, sífilis, escarlatina, enfermedad pie-mano-boca) y otras patologías, como síndrome Kawasaki, trombocitopenia, lupus eritematoso sistémico, acrodermatitis enteropática, epidermólisis bulosa, hipoparatiroidismo y síndrome de Stevens-Johnson. También hay formas familiares con patrón de herencia dominante y formas congénitas, posiblemente relacionadas con el estrés del parto2,3.
En los últimos años se ha descrito la asociación en tre onicomadesis y enfermedad pie-mano-boca, de la cual se hizo referencia por primera vez el año 20004. Desde entonces, se ha seguido reportando casos tan to esporádicos como epidémicos que evidencian esta relación5.
La enfermedad pie-mano-boca es una infección frecuente de la infancia, causada por los Enterovirus de la familia Picornavirus. Se presenta principalmente en verano y otoño, transmitiéndose entre las personas vía fecal oral y en menor proporción por secreciones respiratorias6.
Los agentes etiológicos más frecuentes reportados en la literatura son el virus Coxsackie A16 (más común) y el Enterovirus 71 (mayor morbimortalidad), pudiendo también aislarse otros serotipos7.
Clínicamente se caracteriza por una erupción vesi cular palmoplantar y estomatitis erosiva. Se presenta generalmente en niños bajo los 10 años de edad, pero puede también comprometer a pacientes adultos, dado su alto grado de contagiosidad8. Además de las presen taciones clínicas típicas en boca, manos y pies, en el úl timo tiempo se ha descrito cuadros más generalizados y severos, encontrándose adicionalmente en algunos pacientes erupciones en el área perioral, cuello, tronco, extremidades y desprendimiento de piel en palmas y plantas. Estos cuadros más severos se han descrito aso ciados a virus Coxsackie serotipo A69.
Nuestro objetivo fue presentar un caso clínico ca racterístico de enfermedad pie-mano-boca con los consecuentes hallazgos ungueales descritos.
Caso clínico
Paciente de sexo masculino, de 3 años de edad, sin antecedentes mórbidos. Es traído por sus padres por un cuadro de 5 días, caracterizado por lesiones microampollares de borde eritematoso, en un comienzo peribucales, para luego extenderse a manos, brazos, glúteos, muslos y pies, con buen estado general, asintomático.
Se realiza el diagnóstico de enfermedad pie-mano- boca, con lesiones más extensas que el cuadro habitual.
Se indica medidas generales de lubricación y con trol según evolución.
Evoluciona con resolución completa de las lesiones y remisión sin secuelas.
Al cabo de 1 mes, se constata desprendimiento pro ximal completo, asintomático de láminas ungueales, lo que corresponde a la onicomadesis característica como complicación tardía de esta virosis (Figura 1). A los po cos días de la consulta inicial, el padre presenta cuadro cutáneo similar, más leve, cursando también con des prendimiento posterior de sus uñas (Figura 2).
Padre e hijo presentan onicomadesis en algunas uñas de manos y pies, con caída completa de láminas ungueales, lo cual se resolvió espontáneamente entre 6 a 8 semanas, con crecimiento de uñas nuevas sanas.
Discusión
Las alteraciones ungueales que se presentan con frecuencia, como una secuela tardía en la enfermedad pie-mano-boca son las líneas de Beau y la onicomadesis. La detención en la proliferación de la matriz ungueal puede llevar a la aparición de daños parciales o totales de la lámina ungueal. Las líneas de Beau son surcos transversales en la uña que van desde un pliegue lateral a otro, resultado de la interrupción temporal en la formación de la placa ungueal. La onicomadesis representaría la forma más severa de este mismo fe nómeno, ya que el agente causal actuaría durante más tiempo, con el compromiso de todo el espesor de la lámina y su consecuente separación del lecho1. Esto es consecuencia de la inhibición completa y transito ria del crecimiento ungueal por 1 o 2 semanas. La uña continúa avanzando sobre el lecho ungueal, permane ciendo adherida a los tejidos subyacentes y desprendiéndose al perder la conexión con la uña nueva que está comenzando a salir a esas alturas10.
Su mecanismo de producción en la enfermedad pie-mano-boca no ha sido completamente aclarado. Además de la detención de la función de la matriz un gueal, se ha propuesto la maceración debida a las am pollas digitales, inflamación del lecho ungueal proxi mal y efecto tóxico directo del virus11.
El diagnóstico de onicomadesis es clínico, por lo cual es fundamental realizar una acuciosa anamnesis dirigida a buscar las asociaciones previamente descri tas. Sólo sería necesario realizar exámenes complementarios en los casos en que los antecedentes no sean claros o confiables, si se sospecha alguna causa sistémica o la presencia de algún agente infeccioso local. Cabe mencionar la ultrasonografía del aparato ungueal como un recurso complementario en caso de duda diagnóstica, aportando además datos cronológicos que nos permitan establecer la fecha de la injuria original12. Esta modalidad de estudio sólo se realiza en casos ex cepcionales, ya que no está siempre disponible, es operador dependiente e implica un costo adicional que en un cuadro clínico característico es innecesario.
Dado que al desprenderse la lámina ungueal afec tada, ya ha aparecido la nueva uña en crecimiento, no es necesario realizar ningún tratamiento. En la mayoría de los casos, se produce recuperación completa de la uña entre las 6 y 12 semanas.
Sólo se aconseja medidas de limpieza en la región y evitar traumatismos1.
Conclusión
Dado que la frecuencia de casos de enfermedad pie- mano-boca ha ido aumentando10, es probable que nos enfrentemos con mayor probabilidad a esta patología y a sus consecuencias. Es por esto que debemos saber re conocer no sólo las características del cuadro clínico en su fase aguda, sino también secuelas más tardías como la onicomadesis.
En los niños que consultan por onicomadesis debe buscarse el antecedente de enfermedad viral en los 2 meses previos a la aparición de este fenómeno. En este contexto, la etiología reportada con mayor frecuencia es la enfermedad pie-mano-boca.
Así mismo, cuando se realice el diagnóstico de esta virosis, debe advertirse a los padres y cuidadores, la posibilidad de que se presente onicomadesis a partir de las 4 semanas posteriores a la infección viral13. Este fenómeno ocurre con mayor frecuencia en las uñas de las manos, pudiendo también ocurrir en los pies14.
Dado que son los pediatras quienes reciben la gran mayoría de los casos, es fundamental estar familiariza dos con esta asociación. Esto permitirá tranquilizar a los familiares del niño afectado y evitará derivaciones y tratamientos innecesarios.
Responsabilidades Éticas
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Confidencialidad de los datos: Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
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Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflicto de intereses.