FRUCTÍFERO Ó ESTÉRIL 

La palabra «fructífero», es la palabra antónima de «estéril». Ambos términos serán utilizados en este mensaje. Quienes sean infructuosos serán cortados como árboles estériles, porque estorban la tierra donde están sembrados. La esterilidad es una consecuencia del pecado. Al entrar Dios en el corazón del hombre, su semilla es plantada para llevar vida y cancelar la esterilidad del pecado. Los frutos en la vida de un cristiano son necesarios, porque la semilla de la palabra de Dios ha hecho el engendramiento de vida en él. Si se aprende a ser fructífero como Jesús lo fue, los frutos serán agradables al corazón de Dios. 

ÁRBOLES FRUCTÍFEROS 

«Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.» -Salmos 1:3. 

«Porque él será como el árbol plantado junto á las aguas, que junto á la corriente echará sus raices, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.» -Jeremías 17:8. 

Las verdades eternas de Dios tienen una comparación muy simple; pero, acertada y de acuerdo al contexto natural. Un árbol plantado comienza con una semilla muy pequeña, y con el tiempo llega a ser del tamaño y del genero al que pertenece. Mientras la semilla (la Palabra), esté sembrada en buena tierra (el corazón), ésta germinará y crecerá como la planta que tiene una nueva vida en Dios. Los plantíos del Señor deben estar donde fluyen las corrientes de aguas. Todo árbol plantado y alimentado por las aguas de Dios, tendrá su fruto perdurable y próspero. Cuando el árbol está sembrado en buena tierra, pero no corren las aguas que la alimentan, el árbol será débil, o estéril, y próximo a ser cortado. 

ÁRBOLES ESTÉRILES  

«Estos que participan en vuestras comidas fraternales son manchas, apacentándose a sí mismos sin temor alguno. Son nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos. Son árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados.» -Judas 1:12. 

Humanamente se puede caer en costumbres y rutinas de monotonía por mucho tiempo y sin productividad en nada. Los cristianos también pueden pasar etapas de pasividad espiritual, conformismo; y lo que es peor, un acomodamiento al sistema de este mundo. La esterilidad existe en un terreno baldío y sin preparación de la tierra para recibir nuevas semillas de reproducción. La esterilidad existe en personas que no dan ninguna clase de frutos; al contrario, son los que siempre quieren sacar provecho de otras cosas y de otras personas. Lo que la Biblia llama «árboles marchitos», es referente a personas que no tienen producto en sí mismos, sino más bien se recrean del producto de otros. La Biblia dice: «Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para tenerte; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.» -Isaías 64:7.

La referencia al término: «dos veces muertos»; primero, se debe al tiempo de otoño cuando los árboles parecen no tener vida; segundo, un árbol sin vida en sus raíces es inútil, y pronto estará por secarse. Según el escritor del verso anterior, los árboles marchitos existen en las congregaciones; y éstos, son afectados por el ambiente y sus raíces están muertas. Por el contrario, ser fecundos o fértiles es la voluntad de Dios para cada uno de sus hijos. Sin embargo, habrá en las congregaciones y en grupos cristianos quienes sean sin fruto, y otros que también serán estériles. 

ESCUELA DE FRUCTIFICACIÓN 

«Y aprendan los nuestros a dedicarse a las buenas obras para los casos de necesidad, con el fin de que no sean sin fruto.» -Tito 3:14. 

La vida cristiana no es el resultado de las buenas obras, las buenas obras son el resultado de la vida cristiana. Las buenas obras, son el fruto que Dios espera en todos sus hijos. Por lo tanto, todo creyente puede producir buenas obras como resultado de su aprendizaje en la fe de Jesucristo. Hay quienes creen que por hacer un bien a otros ya son cristianos. Las buenas obras hace a los seres humanos benefactores o caritativos en términos de dar de lo que tienen. Los frutos hace a los cristianos discípulos de Jesucristo, en términos de dar la misma semilla que a ellos los engendró. La filantropía ha sido una bandera levantada por los más ricos y famosos. Eso no significa, que todo aquel que es espléndido en dar, lo sea porque es cristiano. Parte de los frutos de la vida cristiana es hacer buenas obras en Dios. La enseñanza del apóstol Pablo tiene dos connotaciones importantes: 

1-APRENDIZAJE: Para darse al servicio y dar para las necesidades de otros, hay que pasar por la escuela del aprendizaje de las buenas obras. El aprendizaje es un proceso. Solo se aprende si se sabe lo que se quiere hacer. Si hay una vocación específica, el aprendizaje se da cuando la persona busca ser instruido. Con vocación todo aprendizaje se conduce a la acción. Sin vocación ninguna instrucción es agradable. Todo cristiano debe ser discípulo que se acerca al ejemplo de Jesús. Jesús vino para hacer las obras de Dios. Todo lo que Jesús hizo fue bueno y marcó la historia. El amor por el prójimo, la sensibilidad a los más necesitados, la solidaridad con los sufridos, y la dedicación a los demás; fueron ejemplos del ministerio de Jesús. El libro de los hechos apostólicos, dice: «Cuanto á Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dios de Espíritu Santo y de potencia; el cual anduvo haciendo bienes, y sanando á todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con Él.» -Hechos 10:38. 

2-DEDICACIÓN: Las buenas obras para aquellos que realmente lo necesitan, debe ser motivo de dedicación para dar y servir. La dedicación envuelve la vocación, el tiempo, y la sensibilidad hacia las condiciones de necesidad entre los demás. La dedicación específica al Señor y el enfoque en la ayuda a los demás, es sinónimo de fructificación. Al contrario, no hacer buenas obras es sinónimo de esterilidad en la fe. Vivir dedicados por vocación al Señor será vivir con propósitos en Dios. La persona que no entienda lo que es el servicio a los demás, no estará claro en lo que respecta a la voluntad de Dios. La Biblia dice: «Porque esta es la voluntad de Dios; que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres vanos:...» -1 Pedro 2:15. 

La vida cristiana debe producir frutos prácticos que agraden al Señor. Las buenas obras y el crecimiento en el conocimiento de Dios, son producto de una vida entregada a Dios. No se puede vivir sin propósito en el Señor teniendo todos los recursos divinos a disposición; pero, mal aprovechados. Se requiere aprendizaje, dedicación y disciplina para la realización constante de la lectura bíblica, la intercesión, la evangelización, etc. Muchas de las cosas prácticas de la vida cristiana requieren un poco más de esfuerzo y empeño en producirlo. 

«…para que andéis como es digno del Señor, a fin de agradarle en todo; de manera que produzcáis fruto en toda buena obra y que crezcáis en el conocimiento de Dios;…» -Colosenses 1:10. 

CONCLUSIONES:

¿Qué clase de árbol eres? — Cada persona en particular tiene la respuesta en sí misma. El fruto de un cristiano se ve a través de lo que hace. Si todo lo que emprendes en la fe de Jesucristo permanece y prospera; entonces, eres árbol con vida en Dios. 

Las obras del cristiano nacido de nuevo se manifiestan por medio de la luz. Jesús dijo: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos.» -Mateo 5:16. — La luz interior en el cristiano es producto de Dios. La luz de Dios ilumina primeramente los hechos del que la proyecta; y luego, otros serán testigos de esa luz. 

Lea el tema: LUZ EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS 

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Publicado por ovidiobarrios

Me considero dichoso de tener una familia integrada, principios cristianos; y sobre todo, de tener mis metas y mis sueños enfocados en lo que creo. Esta vida es para aprender a vivirla con entusiasmo y energía. Sobre todo, considerando a aquel que nos sostiene con aliento de vida desde que nacemos, hasta que demos el último suspiro. Dios es el creador de todo. Es el autor de la vida y de todas las cosas que nuestros ojos pueden ver. Dios no es la naturaleza. Dios es el creador de la naturaleza. El es invisible, sabio, omnipotente y misericordioso. Su gracia se muestra en el amor por medio de Jesucristo, el Señor. Su vida entregada en la cruz, es la muestra mas grande de amor para toda la humanidad. Sencillamente, "el don inefable de Dios."

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