PERSEVERANCIA

Esta palabra, traduciendo el término gr. proskarteresis, se menciona sólo una vez en el NT (Eph 6:18) y significa persistencia y continuidad en la oración. No obstante, aparece una veintena de veces, traduciendo a por lo menos otros cinco términos gr. (p. ej., 1Sa 12:25; Isa 26:3; Mat 10:22; Act 2:42; Col 4:2). Fuera del texto bí­blico se emplea también en un sentido mucho más general en la expresión †œla perseverancia de los santos†. Se utiliza para hacer referencia al tema bí­blico de que, dado que el don de la salvación de Dios es eterno, los creyentes deben persistir en su vida y en su compromiso cristianos, sean cuales fueren las circunstancias, sabiendo que Dios está de su lado (Rom 8:31; comparar 1Co 15:10; Phi 1:6; Phi 2:12-13; 2Th 3:3; 1Pe 1:5).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(persistir en la verdad, mantenerse firme, constante, y por largo tiempo en un propósito o forma de vida).

– Importantí­simo en el cristianismo: “el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. no el que sólo empieza, sino el que “persevera”, Mat 10:22, Mat 10:24.

13, Mar 13:13.

– En la oración: Luc 11:5-13, Luc 18:1-8, Mat 7:7-11, Mat 15:21-28, Col 4:2.

– En hacer el bien, Rom 2:7, Stg 1:25. Ver “Lucha Ascética”.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

[326]
Constancia, energí­a, fortaleza para mantener la decisión tomada y la pertenencia a un grupo, religioso o no, con el que se han contraí­do ví­nculos y afectos.

Es término cargado de resonancias morales y religiosas: perseverancia en la fe, perseverancia en la profesión o en el trabajo, perseverancia en el amor.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Constancia en la virtud hasta el final. La perseverancia garantiza la salvación (Lc 21, 19). Jesucristo lo dice con toda claridad: el que persevere hasta el fin, se salvará (Mt 10, 22; 24, 13; Mc 13, 13; Lc 8, 15).

E.M.N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Felipe dice a Jesús: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”. Siempre me pareció una petición muy hermosa y no entendí­a el reproche de Jesús a Felipe. Me hubiera parecido obvio que Jesús contestara: Me alegro de que por fin Felipe haya pedido lo más importante: ¡Muéstranos al Padre y nos basta! Esta petición evoca muchas otras que se han hecho famosas en la tradición eclesial: Dame tu amor y tu gracia, y esto me basta; muéstrame tu rostro, etc. Ciertamente Felipe alcanzó aquí­ una tensión espiritual elevadí­sima, sin embargo Jesús le contesta: “Hace tanto tiempo que estoy con vosotros y tú no me has conocido, Felipe”. Estamos ante una interpretación un tanto inédita del tema de la perseverancia, y notamos que estas palabras van dirigidas a cada uno de nosotros. Observemos que la palabra “me has conocido”, traducida al lenguaje neotestamentano, está en la misma lí­nea de la palabra que Jesús le dice a Pablo: “¿Por qué me persigues?”. Este “me has conocido”, “me persigues”, “¿me amas tú?”, es el yo de Cristo y de la Iglesia, en el que el hombre contempla ese rostro del Padre que desea contemplar y para el que está hecho; y su corazón está inquieto hasta que no lo contempla. He aquí­ el don de la perseverancia: no se trata simplemente de aguantar, sino de contemplar cada dí­a en la comunidad, en la eucaristí­a, en la Palabra, en la Iglesia, en la presencia misteriosa de Jesús, en la actualidad del Espí­ritu Santo, el rostro del Padre, y vivir entonces como si ya hubiéramos llegado al final, ya que este final nos es dado en cada momento del camino.

Carlo Marí­a Martini, Diccionario Espiritual, PPC, Madrid, 1997

Fuente: Diccionario Espiritual

Véase AGUANTE.

Fuente: Diccionario de la Biblia

1. proskarteresis (proskartevrhsi”, 4343), aparece en Eph 6:18: Cf. el verbo, y su etimologí­a; bajo ASISTIR.¶ 2. jupomone (uJpomonhv, 5281), véase PACIENCIA, A, Nº 1. Se traduce “perseverancia” en Luk 8:15: En Rom 2:7 se traduce en forma verbal: “perseverando en bien hacer” (Besson: “con perseverancia en obra buena”).

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

Perseverancia (ḥāzaq en Nm. 13:20 y proskartereō en Hch. 1:14; 2:42; 6:4; Ro. 12:12; Ef. 6:18, así como en el griego clásico y en los papiros) significa una continua permanencia en algo. Teológicamente hablando, se refiere al quinto punto del sistema doctrinal calvinista en el que se afirma que los verdaderos cristianos continuarán en la fe y en la santidad por siempre (Jn. 10:28; Fil. 1:6; 1 P. 1:5). Así, Jonatan Edwards entiende que la verdadera definición de un cristiano, según Juan 8:31, es aquel que continúa en la palabra de Cristo.

Contra la perseverancia, los teólogos arminianos citan en primer lugar los pasajes bíblicos que enseñan la necesidad de esforzarse (Lc. 13:24; Col. 1:29; 2 Ti. 2:5), y los que advierten acerca del peligro de apartarse (Ez. 7:20; 1 Co. 9:27; Heb. 6:3s.); segundo, dicen que esta doctrina conduce lógicamente al antinomianismo, porque esta doctrina da un sentido de seguridad que induce a la gente a pecar; y tercero, esta doctrina haría fútil toda exhortación y mandamiento. A la primera objeción, los defensores responden que su doctrina no es inconsecuente con el hecho de esforzarse porque éste es el verdadero camino de la perseverancia. Las advertencias acerca del apartarse, dicen ellos, no son inconsecuentes porque sólo los cristianos nominales pueden apartarse de su profesión, y de ahí que sean advertidos seriamente acerca de ello (Heb. 6:3s.), en tanto que los verdaderos creyentes pueden probar su condición mediante su resistencia a la tentación. En segundo lugar, la perseverancia no sólo no lleva, sino que no puede conducir al antinomianismo, porque por definición significa perseverancia en la santidad y no en la impiedad. Añaden que, en la práctica, la perseverancia consiste en esfuerzos vigorosos por conformarse a Cristo. En tercer lugar, las exhortaciones son más apropiadas para las personas que están dispuestas para lo que se les exhorta. Y finalmente, es del todo apropiado que Dios dirija sus mandamientos a personas cuyo afán preponderante es «habla, Señor, que tu siervo oye».

BIBLIOGRAFÍA

Jonathan Edwards, Works, III, pp. 509–537; Nash, Perseverance; A.H. Strong, Systematic Theology, pp. 868s.

John H. Gerstner

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (471). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

El significado estrictamente bíblico, a diferencia del posterior significado teológico de este término, se indica en el contexto del único lugar donde aparece proskarterēsis, en Ef. 6.18. La relación con la idea de constancia, paciencia, persistencia, se confirma por el uso del verbo proskartereō, atender constantemente, continuar sin desvíos, adherirse firmemente, agarrarse bien de (MM, pp. 548). Se usa en Mr. 3.9 para describir a un esquife esperando tranquilamente el momento conveniente para alejar a Jesús de la agitada multitud, y en Hch. 10.7 para los soldados de la guardia personal de Cornelio que estaban a sus órdenes ininterrumpidamente. En su aplicación espiritual siempre tiene que ver con la perseverancia en la vida cristiana, particularmente en relación con la oración (cf. Hch. 1.14; 2.42, 46; 6.4; 8.13; Ro. 12.12; 13.6; Col. 4.2). °nbe traduce hypomonē como “constancia” en He. 12.1.

No existe ningún trasfondo doctrinal respecto a este término en el NT. Se relaciona simplemente con la continua y paciente dependencia del cristiano de Cristo. La parábola de nuestro Señor referente a la viuda insistente constituye el comentario más pertinente (cf. Lc. 18.1–8). La perseverancia cristiana es una cualidad del creyente solamente porque en primer lugar es un don de Dios. Es mediante su poder que aquellos que confían en él son “guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está pregarada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 P. 1.5).

Bibliografía. R. Shank, La vida en el Hijo, 1959; U. Falkenroth y otros, “Paciencia”, °DTNT, t(t). III, pp. 234ss; R. Le Defaut, “Perseverancia”, °EBDM, t(t). V, cols. 1048–1051; L. Berkhof, Teología sistemática, 1972, pp. 653–658; A. S. van der Woude, “Estar firme”, °DTMAT, t(t). I, cols. 730–733.

I. H. Marshall, Kept by the Power of God, 1969; W. Mundle, NIDNTT 2, pp. 767s.

A.S.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico