Cosmogonía y Teogonía

Existen varias generaciones de dioses, pero la que finalmente asume el poder es la de los Dioses Olímpicos. El origen de estas divinidades está ligado a la creación del universo o cosmogonía, un relato mítico que encontramos también en otras culturas.

“Antes de todo existió el Caos. Después Gea, la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los Inmortales... Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche... Gea dio vida primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses”. Hesíodo, Teogonía, 117-132.

“Antes del mar, y de la tierra, y del cielo que todo lo cubre, en toda la extensión del orbe era uno solo el aspecto que ofrecía la naturaleza. Se le llamó Caos... y donde quiera que había tierra, había también aire y agua...”. Ovidio, Metamorfosis.

“Al principio creó Dios el cielo y la tierra, pero la tierra era informe y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo...”. Génesis, I, 1-2. 3

A continuación tienes un esquema con todas estas divinidades. No tienes que memorizarlo, pero sí observar las relaciones que se establecen para explicar el origen de cada uno de los dioses. (Teogonía: Origen de los dioses).

 

 

Esquema de la Teogonía 

GeaEn el principio de todas las cosas Gea (la Madre Tierra) surgió del Caos. Sin intervención de ningún elemento masculino. Mientras dormía, engendró a las Montañas, al Ponto (aguas marinas) y a Urano (el Cielo) que la recubre. Contemplándola tiernamente desde las montañas, Urano dejó caer sobre Gea una fértil lluvia que penetró en sus hendiduras secretas, y le hizo producir hierba, flores y árboles, con las bestias propias para cada planta. Esta misma lluvia hizo fluir los ríos y así se crearon los lagos. Los primeros hijos de Gea y Urano fueron los Hecatonquiros (gigantes de cien brazos). Después aparecieron los tres Cíclopes de un solo ojo y los doce Titanes, entre ellos Cronos y Rea. Urano odiaba a todos estos vástagos suyos y no les permitía ver la luz, obligándoles a vivir en las profundidades de la Tierra, en el Tártaro, un lugar tenebroso en el mundo subterráneo que está situado a la misma distancia de la tierra que la tierra del firmamento; un yunque que cayera al Tártaro tardaría nueve días en tocar su suelo. En venganza Gea persuadió a los Titanes para atacar a su padre; así lo hicieron, dirigidos por Cronos, el menor de los Titanes, a quien ella armó con una hoz. Cuando llegó la noche, Urano se acercó a Gea y la envolvió por todas partes, Cronos sorprendió a Urano y lo castró con la hoz que le había dado su madre. Después lanzó los genitales de Urano al mar, pero algunas gotas de sangre de la herida cayeron sobre la Madre Tierra y ella parió a las Tres Erinias (furias que se vengan de los crímenes de parricidio y perjurio), a los Gigantes (que recuperan las fuerzas cuando tocan la tierra) y a las Ninfas de los Fresnos (violentas, puesto que el fresno era el árbol con el que se hacían las armas). De las gotas de semen que cayeron en el mar nació Afrodita (Venus), diosa del amor.

Los TitanesEntonces los Titanes liberaron del Tártaro a los hijos de Urano y Gea, y dieron a Cronos la soberanía de la tierra. Sin embargo, en cuanto Cronos se encontró en posesión del mando supremo volvió a encerrar a los Cíclopes en el Tártaro junto con los Hecantoquiros y gobernó sobre el mundo. Después, el orden del universo quedará finalmente fijado tras la Titanomaquia (Lucha contra los Titanes). El origen del mundo consiste en el triunfo del bien sobre el mal. Urano es castigado a manos de Cronos, pero cuando este último llega al poder, se comporta de la misma manera que su progenitor y es destronado por Zeus, el soberano de dioses y hombres que encabeza la última y definitiva generación de dioses, la de los Dioses Olímpicos. Cronos temía que a él le ocurriese lo mismo que a su padre, Urano, y devora a cada uno de los hijos que su esposa y hermana, la titánide Rea, engendra. Pero cuando nace Zeus, Rea envuelve una piedra en sus pañales y Cronos lo devora creyendo que traga al recién nacido. Zeus es llevado a la isla de Creta, en la que es amamantado por la cabra Amaltea y cuidado por las ninfas Adrastea e Ida. Los curetes bailan y danzan golpeando las lanzas contra sus escudos para que los llantos del niño no se escuchen.

AtlasCuando llega a la madurez, regresa a enfrentarse con su padre y con ayuda de Metis, que le entrega una poción, hace vomitar a Cronos a todos sus hermanos que lucharán contra los titanes hasta derrocarlos. A esta guerra se la conoce como la Titanomaquia, que durará diez años. Habiendo logrado por fin la victoria, los Olímpicos dividieron el botín entre ellos, otorgando el dominio del cielo a Zeus, el del mar a Poseidón, y el del inframundo a Hades. Procedieron entonces a encerrar a los derrotados Titanes en el Tártaro, las más hondas profundidades del inframundo. Sin embargo, dado que durante la guerra Océano y las Titánides Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis, habían permanecido neutrales, no fueron castigadas por Zeus. Algunos otros titanes que no fueron encerrados en el Tártaro fueron Atlas, Crono, Epimeteo, Menecio y Prometeo. Zeus dio a Atlas un castigo diferente: Urano, el cielo, casi se había derrumbado sobre la tierra tras la guerra debido a la enorme lucha que había ocurrido bajo él, por lo que Zeus dispuso que Atlas sujetase los cielos por toda la eternidad.

Tras la Titanomaquia, hubo otra guerra, la Gigantomaquia, en la que los Gigantes, engendrados por Gea, se enfrentarán a los dioses olímpicos, siendo derrotados finalmente por éstos con ayuda de Heracles.

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