Fenómenos físicos son aquellos
cambios en los que las sustancias no se transforman en otras diferentes,
debido a que no se altera su estructura interna. Por ejemplo,
pulverizar una piedra, congelar el agua, fundir un metal o cera,
mover un objeto de lugar, etcétera (Fig. 1).
Fenómenos químicos son aquellos
cambios en los que las sustancias se transforman en otras diferentes,
debido a que se altera su estructura interna. Por ejemplo, cuando
se quema un papel, cuando se agria la leche, la oxidación
de los marcos de hierro de las ventanas, cuando se cuecen los
alimentos, etcétera (Fig. 2).
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