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Limitación de la espontánea acción en hecho o palabras, sea por falta de tacto pedagógico o sea por necesidad para evitar males e inconveniencia. Es palabra con mala prensa pedagógica, sobre todo desde la difusión del psicoanálisis, pero de inevitable aplicación educativa.
Si se quiere ordenar la conducta del educando y evitar desarreglos o desviaciones, en ocasiones hay que reprimir sus malos instintos y a él mismo hay que enseñarle a contenerse, gobernarse y renunciar a los impulsos caprichosos o salvajes.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa