Todas las miradas hacia la grúa.

 

 

El izaje de cargas es una operación de alto riesgo dadas las condiciones involucradas, como el peso mismo de las cargas, las fuerzas requeridas, la necesidad de coordinación entre todos los participantes y el correcto funcionamiento de equipos y accesorios.
ARL SURA lo acompaña con información de su interés.

 

Videos de interés:

Prevención en el sector construcción

 

 

En los procesos de izaje de cargas que desarrolle en su compañía, es clave dirigir las miradas hacia la grúa:

Desde la compra, contratación o selección de la grúa

Verificar la idoneidad del fabricante y/o contratista.

Que esté diseñada para la operación que va a desarrollar.

Abstenerse de disponer de equipos modificados (pueden estar afectados los estándares de seguridad diseñados originalmente por el fabricante).

Con una capacidad de carga superior a los pesos máximos a levantar (rangos de carga para todos los ángulos y radios posibles de la pluma).

Asegurarse de que tenga un buen margen de seguridad.

Documentos del equipo (certificación previa, tarjeta de propiedad, permisos de tránsito).

Mantenimiento o revisión

Control pre-operativo (tipo de motor, manejo de fuerzas, reparaciones mayores…)

Detallado plan de mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo.

Condiciones actuales del ensamble del brazo.

Estado de los controles de los equipos.

Analizar la fiabilidad de accesorios como cuerdas, cables, cadenas, ganchos y eslingas.

La capacidad nominal descrita por el fabricante para cada pluma de la grúa o sección del mástil, deberá estar marcada sobre cada pluma o sección, en forma permanente y legible.

Asignar una cabeza responsable del plan de mantenimiento.

Área o terreno

Capacidad de las vías por las que se desplazará el equipo.

Revisar que la resistencia del terreno tenga soporte para el peso del equipo, de la carga y de los contrapesos (asegurarse de que tenga un buen margen de seguridad).

Verificar las distancias mínimas entre las líneas de energías y el área donde se desempeñará el equipo. Diseñar el respectivo plan de seguridad.

Disponer de un sistema de monitoreo o información de corrientes de vientos.

Personal

Garantizar que tanto el operador como el aparejador, tengan certificación para realizar el proceso.

Asegurarse de que todo el personal conozca el sistema de gestión de seguridad y calidad, los planes de rescate, los programas de emergencias y los estándares de control de energías peligrosas.

Planear con el personal desde diferentes escenarios óptimos, normales y críticos.

Fortalecer en el personal valores y actitudes como capacidad para mantener la calma, proactividad, habilidad para reaccionar en emergencias, responsabilidad a toda prueba, liderazgo y carácter para decir NO, entre otros. Clic aquí

Destacado

La fase de verificación de condiciones aparentemente puede ser vista como obvia y es precisamente ese concepto el que termina por desencadenar en factores que provocan accidentes, desde leves hasta fatales. El mejor ejemplo para su personal parte desde el comportamiento y las decisiones que tome el equipo de líderes, incluyendo la alta gerencia.

Artículo desarrollado con el apoyo de Andrés Mejía Ospina,
Consultor externo ARL SURA