La Circuncisión del Corazón

La Circuncisión del Corazón

¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!  Deuteronomio 5:29

Desde el principio cuando el Altísimo llamó al pueblo de Israel a serle un pueblo especial y singular sobre la faz de la tierra, fue reiterativa e imperativa una orden del Altísimo hacia nuestros padres: La circuncisión del corazón.

Todos los que tenemos un conocimiento bíblico avanzado sabemos que cuando Yahveh el Eterno estableció Su pacto con Su siervo Abraham en la antigüedad dio como la señal del pacto la circuncisión del prepucio del miembro viril. Esta circuncisión debía ser realizada siete días después del nacimiento del niño, es decir en el octavo día después de su nacimiento.  Génesis 17:9-14

Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones.  Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.  Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje.  Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto. 

El primero en quien se cumplió esta demanda en esta creación fue en Isaac, esto debió ser así para establecer que él era el receptor de las promesas divinas y no solo él, sino los que saldríamos de él para cumplir nuestra comisión en el mundo. Este mandamiento fue ratificado por Yahveh a todo Israel en la Torah que el Altísimo entregó a nuestros padres en el Monte Sinaí. La circuncisión era y es la señal que caracterizaba a los hijos que salieron del seno de Yahveh y en esta creación del seno de Abraham como almas viviente llamadas a volver al seno del Abba de los espíritus como espíritus vivificados. Yahveh expresó conjuntamente con la demanda de la circuncisión física, la circuncisión del corazón.

Con esto, el Eterno dejaba vislumbrar en el pacto de las sombras lo que El ya se había propuesto hacer en Su pueblo: Circuncidar el corazón.

A raíz de los tiempos que vivimos es necesario que entremos a comprender las cosas espirituales en el Espíritu, acomodando lo espiritual de manera espiritual puesto que es imposible que el hombre natural pueda entender los mandamientos del Eterno y mucho menos cumplirlos porque La Palabra es Espíritu y en espíritu debe ser cumplida. La circuncisión del corazón trasciende a lo que hasta ahora hemos comprendido, pues esta circuncisión está directamente relacionada con recuperar nuestra condición original de hijos de Elohim.  En el Nuevo Pacto, la circuncisión del corazón tiene que ver con el proceso de regeneración de los hijos del Altísimo para volver a ser lo que fuimos. Este proceso demanda como todos los demás la intervención de los siete espíritus del Altísimo. Por ello era necesario en la antigüedad que pasaran siete días y luego el niño era circuncidado. Siendo esa circuncisión la plenitud de los siete que se establecía en el niño estableciéndolo como hijo de Elohim. Todo esto era sombra para dejarnos saber la necesaria intervención del Ruaj de Yahveh, el Ruaj Hakodesh que está conformado por los siete siendo uno en El, para volver a ser lo que fuimos desde el principio, hijos de Yahveh.

Sabemos que del corazón emanan y salen todas las cosas terrenales y espirituales que nos componen. Es necesario que también sepamos que todas nuestras emociones, acciones, palabras y sentimientos son el resultado de la condición de nuestro corazón. De ahí, que cuando un hombre o una mujer dispone por entero su corazón para agradar a su creador, todas sus palabras y acciones tendrán como propósito principal el agradar y glorificar el Nombre de su Elohim. Esto es gracias a que ese es el deseo ardiente de su corazón y todas sus acciones visibles son el resultado del estado de su naturaleza invisible que reside en su corazón. Así mismo, cuando hay un hombre o una mujer con un corazón cuyo deseo de agradar a Yahveh no es sincero, por más que intente disimular en algún punto en sus palabras y acciones manifestara lo que realmente está en su corazón, porque reitero nuestras acciones son el resultado de lo que hay y emana del corazón porque es imposible que donde hay un corazón que sinceramente quiere agradar a su Elohim no haya una vida de obediencia a la palabra. Una cosa no puede ser sin la otra, porque las dos vienen y caminan de la mano.

El corazón es el núcleo y la fuente de la vida humana y sabemos que la vida humana está compuesta por vida espiritual y terrenal. Todo, absolutamente todo en nuestro ser es regulado en el ámbito espiritual por el corazón. De ahí que si nuestro corazón no es perfecto es imposible que seamos perfectos ante nuestro Elohim.

Pero, ¿Que es la circuncisión del corazón? La circuncisión del corazón no es más que la sustracción de las tinieblas de tu corazón. La circuncisión del corazón no es más que cuando el Ruaj de Elohim corta y hace morir en ti la vieja naturaleza y te separa como simiente del Eterno evidenciándolo en que tú tienes un corazón como el de tu Padre, un corazón en el cual las tinieblas ya no tienen incidencia, dominio ni participación porque ellas fueron cortadas de tu ser por el Ruaj.

La circuncisión del corazón es el establecimiento de la naturaleza celestial del Abba es Sus hijos. Como sabemos, la plenitud de la naturaleza de Yahveh reside en los siete espíritus que lo conforman. De la misma forma, esos siete espíritus son depositados en los hijos del Altísimo cuando nosotros nacemos de nuevo y se establece en nosotros la naturaleza de Yahveh. Esto es, en palabras más sencillas, cuando el Ruaj Hakodesh es depositado en nuestros corazones. Esa naturaleza que se establece en nosotros es una naturaleza de obediencia, contraria a la naturaleza terrenal que no puedo sujetarse a la ley del Altísimo porque no está en ella el obedecer al Abba. De ello habla el apóstol Pablo (Rabí Shaul) en su carta a los Romanos en el capitulo siete a partir del versículo siete.

En el Antiguo pacto, Isaac fue el primogénito de una gran cantidad de hermanos hijos de Israel que guardaron fielmente este mandamiento. Mas en el Nuevo Pacto, Yeshua es el primogénito de una nueva creación cuya circuncisión es en el corazón para mudar y transformar la naturaleza humana al restaurarla a su estado original de santidad. Porque nuestro Abba es Santo (Kadosh), Santo(Kadosh), Santo (Kadosh)  y como el Ruaj nos ha revelado un hijo no es más que una réplica exacta de su Abba, siendo así que los hijos del Altísimo estamos llamados a ser santos, santos, santos en nuestra entera conformación de alma, espíritu y cuerpo. Estamos en esta tierra precisamente para que esa naturaleza de santidad que perdimos por la obra de ha Satán vuelva a ser depositada en nosotros y entonces seamos como éramos en el principio, imagen y semejanza perfecta del Altísimo Melej de los cielos, Yahveh nuestro Abba. Pero para que esta naturaleza de santidad vuelva a nosotros, es necesario primeramente que la presente naturaleza caída y afectada sea sacada y desarraigada de nuestros corazones. Esto es la circuncisión del corazón. Entonces, solo y solo cuando somos circuncidados de esa naturaleza caída, la naturaleza del Abba se establece en nosotros por medio de su Ruaj Hakodesh que nos sella como una nueva creación en la cual las tinieblas ya nada tienen porque el vehículo por medio del cual hemos renacido es el nuevo lucero de la mañana, Yeshua Ha Mashiaj. ¡Amén!

La circuncisión terrenal solo tenía un efecto sobre la naturaleza terrenal para evidenciar quien era y no era hijo del pacto, pero esta circuncisión no podía restaurar la naturaleza espiritual y era ahí donde realmente era necesario que el hombre fuera limpiado y restaurado. La circuncisión del corazón, por el contrario, afecta toda la naturaleza porque al ser circuncidado tu corazón del cual emana tu vida y todo cuanto eres, toda tu naturaleza tanto la espiritual como la natural es afectada y transformada y pasas a vivir una vida de obediencia a la palabra porque la palabra es espíritu y la naturaleza espiritual, es decir, la naturaleza de la misma palabra se ha establecido en ti. Si no vives una vida de obediencia a la palabra, tú no has sido circuncidado en el corazón y por ende la naturaleza del Abba no está en ti. Puedes ser quien seas, y tener el llamado que tengas y esta es tu triste realidad. Si tienes oídos para oír, oye lo que el Ruaj te advierte en este día a ti lector.

La circuncisión de tu corazón implica un cambio en tu naturaleza, implica que tu viejo yo desaparece y un nuevo ser emerge a la vida. Puesto que la verdadera circuncisión del corazón es el cambio del corazón del que hablo el Altísimo desde la antigüedad. 

Ezequiel 36:25-27

Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.  Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. 

Circuncidar el corazón es quitar las tinieblas e introducir una naturaleza santa que viva para agradar a su Elohim. Un corazón circuncidado es un corazón que está unido al corazón de Yahveh. Que siente y padece con el corazón de Yahveh, porque un corazón circuncidado es un corazón en el cual el corazón del Padre se ha depositado.  Amen.

 

 

 

                                                                    Ev. Isaac Mercado

                                       Ministerio Mesiánico de Salvación La Sangre de Yeshua

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